domingo, 20 de octubre de 2013

ESQUIZOANÁLISIS Y LOCURA

ESQUIZOANÁLISIS Y LOCURA

Una historia posible y sus proyecciones en la actualidad

(Trabajo presentado en diferentes versiones en: 7º Encuentro Nacional de Psicólogos de Salud Pública -Uruguay-, 4º Congreso Internacional de Esquizoanálisis y Esquizodrama -Brasil-, 12º Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos -Argentina-, II Jornadas Gilles Deleuze -Argentina-, y además una de sus versiones anteriores fue publicada en Revista Campo Grupal -Argentina-).

Lic. Alfredo Perdomo (Psicólogo que se desempeña en clínica liberal y en el Hospital Vilardebó, Esquizoanalista egresado del Centro Félix Guattari de Montevideo y Miembro del equipo docente del mismo).

¿Por qué generar una práctica de trabajo con la locura, por qué creer que vale la pena? Los flujos esquizoanalíticos están ligados desde el arranque a los movimientos vitales, liberadores, revolucionarios. Por ello es que sentimos profundamente estas bellas palabras de Guattari: “Este deseo de liberación fundamental para introducirnos a una práctica revolucionaria llama a que salgamos de los límites de nuestra persona, que volquemos en nosotros al sujeto, que salgamos de la sedentariedad, del estado civil para atravesar los espacios del cuerpo sin fronteras, y vivir en la movilidad deseante más allá de la sexualidad, más allá de la normalidad, de sus territorios, de sus repertorios.” (“Para terminar con la masacre del cuerpo”. 1973)

Las fuerzas del sacerdote, del resentimiento, del capitalista, del esclavista enferman, generan miseria, desamor, desencuentro, mala locura. Por ello es necesario y deseante romper ciertos modos de la normalidad y el sedentarismo, de una adaptación pasiva en el mundo. Vivir en la “movilidad deseante” implica también un querer, amar al otro (tal vez otro modo de amarse a sí mismo, siguiendo aquella frase que tanto han popularizado las Madres de Plaza de Mayo: el otro soy yo). Por ese querer, por ese amor (o Deseo, o Producción), vale la pena vivir.

Desde 1994 estoy conectado a prácticas diversas dentro del ámbito del denominado “hospital psiquiátrico” y la locura en su más crítico y angustiante sentido (aunque no en el más preocupante, coincidiendo plenamente con Baremblitt en una conferencia sobre Guerra y Locura realizada en uno de los Congresos de Salud Mental y DDHH, donde señala que los locos más peligrosos son los que ocupan los principales lugares del poder mundial). Con el amigo y compañero de ruta Raúl Penino hemos hecho varios viajes, con diversos compañeros, en el campo de la denominada “Rehabilitación” (campo que prefiero denominar Acompañar o Humanizar siguiendo también a Penino, o potenciar o subjetivar siguiendo conceptualizaciones esquizoanalíticas). Penino es un colega que fundó el Programa Puertas Abiertas en 1993, permitiendo que voluntarios hagan diversas praxis desmanicomializantes en el principal Hospital Psiquiátrico del país, integro este Programa nómade desde 1994 y llevo desde hace algunos años la co-coordinación del mismo.

Talleres lúdicos, teatro, clínicas tanto dentro como fuera del consultorio e incluso fuera del hospital en muchos momentos (lo que se denomina comúnmente “acompañamiento terapéutico”, que no son más que modalidades de la clínica e incluso de la psicoterapia), grupos con diversas modalidades de trabajo, etc. En 1996 me marcó la primera vez que fui a Buenos Aires en mi vida, y la primera semana de convivencia a su vez con compañeros internados y externados que componíamos junto a estudiantes de psicología y el equipo director y técnico a cargo, un intenso grupo de teatro. Fue en el marco del Encuentro Internacional de Artistas Internados en Hospitales Psiquiátricos. Una experiencia riquísima, donde por primera vez escuché no sólo la voz de los profesionales, de los expert, sino también la de los más involucrados porque son quienes padecen la cuestión: los pacientes, los internados, los usuarios. Antipsiquiatría y Desmanicomialización fueron dos términos que empezaron a pegar fuerte en mi ECRO (Término del Dr. E. Pichón Rivère: Esquema Conceptual, Referencial y Operativo).

Antipsiquiatría no es estar contra los psiquiatras, ni desmanicomializar es cerrar los manicomios y a otra cosa. Los principales gestores del movimiento antipsiquiátrico y desmanicomializador han sido psiquiatras. Y no han dejado de dar medicación ni atención médica. Desmanicomializar es llegar a un sistema que sustituya la actualidad de la atención aún muy centrada en el hospital psiquiátrico, por una red que sostenga, por ejemplo: las internaciones en hospitales comunes y/o comunidades terapéuticas, aumento considerable de los centros diurnos y nocturnos de rehabilitación, trabajo  y leyes y estructuras sociales que sostengan económica y laboralmente al sujeto con trastornos mentales crónicos, programas de vivienda digna sustentable, inclusión social en su más amplio sentido, etc. Indudablemente que toda la difusión en pro de sensibilizar la situación de estas personas y desestigmatizar es fundamental. Desmanicomializar es también generar conciencia crítica en nuestras cabezas, y que no sean las lógicas psiquiátricas ni las manicomiales las que imperen el pensamiento y acción sobre la locura, incluso en el más amplio sentido: sobre la vida.

Movimientos socio-históricos mundiales vienen gestándose, en forma clara al menos desde los años 50-60, arrancando con los antipsiquiatras europeos (Basaglia, Laing y Cooper entre los más destacados), proponiendo modos de integración y terapéuticas psico-sociales a la problemática de los internados en los manicomios. Así se ha desplegado todo un movimiento de activistas, profesionales de la salud e intelectuales (entre los cuales podemos destacar a Castel, Guattari, y Rotelli, entre tantos otros) en Europa y América que han trabajado a lo largo de varios encuentros y movidas que pudieron llegar a logros en lo institucional, legal, sanitario y social, incluso en cuanto a avances en democracia y derechos humanos al respecto de estas personas sumergidas en una cosificación subjetiva histórica a lo largo de varios siglos. En varios países se lograron cambiar reglas de juego como en Italia, Brasil y Argentina, donde se prohibió la creación de nuevos hospitales psiquiátricos y se llevan a cabo reformas desmanicomializantes, apuntando a otras estrategias de intervención sanitaria y de inclusión social.

Y vale aclarar que en este camino, quienes trabajamos el esquizoanálisis, desde el lugar de psicólogos, educadores, artistas, filósofos o el que fuera, tenemos mucho para aportar, desde lo técnico, inventivo y crítico-productivo. Porque sin dudas es necesario tanto hacer como formarse, estudiar, profundizar. En esa línea rescato las palabras de Félix Guattari en 1991, quien señaló que con la Antipsiquiatría tuvo “muchas afinidades pero también muchas ambigüedades”. “Lo que me molestaba en Laing era que para él las dimensiones políticas y sociales no tenían prácticamente ningún valor” (Guattari, F. “Antipsiquiatría, psicoanálisis  e institución”. En: Guattari, F. (1998) “El devenir de la subjetividad”. Santiago de Chile, Ed. Dolman). Participó el francés con Basaglia y Jervis en Italia, moviéndose con los partidos políticos, buscando abolir los hospitales psiquiátricos. “Pero al mismo tiempo, la dimensión prepersonal, analítica, de producción de subjetividad, no solamente en el campo social, sino también en el de la creatividad social y del análisis en su sentido más amplio (psicoanálisis, autoanálisis, análisis de grupo, pedagogía institucional), carecían de interés para Basaglia” (idem).  Guattari le reprochaba mucho esta postura, señalándole que al margen de lo capital de las acciones sociales, se debía tener también una posición crítica y de formación en el terreno de las técnicas: psicoterapia para los psicóticos, técnicas de psicoterapia para los niños, psicoterapia de grupo, psicoterapia institucional, etc.  En 1965 se crea la Red Alternativa a la Psiquiatría, con muchos encuentros en Europa y América. “Las cosas se deshicieron mucho porque todo se deshizo en Europa. Actualmente atravesamos  un período de hielo, pero el problema sigue ahí. Afortunadamente, aún perduran algunos centros alternativos muy interesantes que se originaron a partir de esa red, por ejemplo en Trieste, en torno a Franco Rotelli, que es el sucesor de Basaglia. Ahí asistimos a un principio de síntesis entre diferentes perspectivas. A la vez, hay todo tipo de actividades microsociales, con la creación de cooperativas, en los cuales se encuentran no solamente los antiguos enfermos mentales, sino también personas con problemas sociales, delincuentes, cesantes, prostitutas.  Son centros de creación institucional muy apasionantes. Siempre hay esa perspectiva de acción en el campo social, no solamente en Italia, sino a nivel internacional. El grupo de Franco Rotelli interviene en Brasil, Grecia, entre otros países” (idem). Cabe resaltar la gran implicación que tuvo Félix Guattari con la locura desde su praxis iniciada desde muy joven en la clínica La Borde, espacio en el que trabajó hasta su muerte, y donde su experimentación se plasmó en buena parte de la obra esquizoanalítica, tanto la escrita a dúo con Deleuze como sus textos personales. Hoy día La  Borde en Francia es un lugar clave de las prácticas desmanicomializantes en el mundo (ver Grebert, L, en Bibliografía)

Mis más recientes contactos con ese tipo de experiencias han sido en algunos de los Congresos Internacionales de Salud Mental y DDHH (organizados por Madres de Plaza de Mayo), donde se han expuesto experiencias de este tipo en Brasil y Argentina, así como han mostrado la continuación y la actualidad del proceso en Trieste. En 2012 visitó nuestro país Ramón Blasi, psiquiatra catalán que con varios colectivos lleva más de 30 años haciendo camino en el mismo sentido, logrando no solo una importante des-hospitalización sino también la inserción al mundo laboral de varios locos, la apuesta a proyectos comunitarios y cambios legales que apoyan la reinserción socio-laboral de estas personas. También estuvo en el mismo marco de conferencias y cursos que el Ministerio de Salud Pública llevó a cabo ese año, el terapeuta ocupacional chileno Alejandro Guajardo, quien con varios compañeros chilenos han llevado 4 procesos de desmanicomialización en diferentes lugares de su país, y nos ha invitado a trabajar desde una impronta ética y estética muy compartibles.

En Uruguay se prometió desde este gobierno en la Facultad de Psicología en el 2012 que las Colonias Psiquiátricas se cerrarían en 2020. Y cabe esperar de aquí en más cambios en este sentido. Evidentemente este cambio que el Estado y la Psiquiatría a su servicio están iniciando, van de la mano con la ética de la eficacia neoliberal: “el neoliberalismo al igual que el cientificismo, se conciben, sustentan en una ‘racionalidad instrumental’ es decir: la racionalidad de la acción humana con ‘arreglo a fines’ y no con ‘arreglo a valores’. Esto implica una ‘ética de la eficacia’” (Giorgi, V; Rebellato, J.L.; del Huerto Nari, M. “Incidencia de la cultura neoliberal sobre la salud, sus técnicos y sus instituciones”. En: “Segundas Jornadas de Psicología Universitaria”. Montevideo-Uruguay. 18 y 19 de agosto de 1995. Ed. Multiplicidades.). Y es que los administradores estatales han visualizado el enorme gasto que acarrean las estructuras de atención psiquiátrica tal cual están en la actualidad. “Esto es un cálculo ya hecho por Franco Basaglia veinte años atrás, que cuesta muchísimo menos una Red que el Hospital Psiquiátrico. Cuesta mucho menos, ¿por qué?. Porque directamente dentro del Hospital Psiquiátrico hay estructuras que se están alimentando no sabemos muy bien para qué” (idem).

Evidentemente estos cambios tienen su raigambre en los nuevos devenires sociohistóricos. Estamos pasando de las sociedades disciplinarias a las sociedades de control. Pasaje que marca la crisis de los  “moldes” de los encierros (prisión, hospital, escuela, etc.) a la “modulación” de los controles que actúan  “como un molde autodeformante que cambiaría continuamente, de un momento a otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un punto al otro” (Deleuze, G. “Posdata sobre las sociedades de control”. En “Conversaciones”, Ed. Pre-textos). Según Deleuze tal pasaje marca el principio del fin de las grandes organizaciones de encierro fundadas en el siglo 19 (escuela, fábrica, cuartel, etc.) y productoras de subjetividad disciplinada, al control de la subjetividad a través de espacios abiertos modulándola a través de la organización del tiempo libre y la vida cotidiana, la televisión, la informática, el control satelital, etc…. produciendo básicamente una subjetividad diagramada por el marketing, endeudada y consumista. Y en estos cambios urge la modificación de las instituciones. “Por ejemplo, en la crisis del hospital como lugar de encierro, la sectorización, los hospitales de día, la atención a domicilio pudieron marcar al principio nuevas libertades, pero participan también de mecanismos de control que rivalizan con los más duros encierros” (idem).

El capitalismo sabe digerir y procesar en función de sus intereses aquello que se le resiste. Así está pasando con el cierre de los manicomios, uno de los principios más caros de la Antipsiquiatría y la Contracultura en los años 60 y 70. Dicho movimiento no se restringió al cierre de los manicomios, lleva intrínseco un devenir ético-político de cambio en las relaciones sociales y en el lugar del poder médico-psiquiátrico. Celebremos la desmanicomialización y estimulémosla en los lugares donde aún falta mucho por desplegar y potenciar (como es muy evidente en Uruguay), pero urge no quedarse alli. Las políticas de normalización continúan y aún podemos esperar monstruos tanto o más temibles que el manicomio (basta esperar los aún insospechados alcances que pueden tener los descubrimientos genéticos, la tecnología de la clonación entre otros). Por ello vale la pena re-visitar  críticamente, desde los textos antipsiquiátricos clásicos, los de los institucionalistas y esquizoanalistas y los de sus seguidores, al igual que los de la Psicología Social rioplatense, así como investigadores de la talla de Goffman, Szaz o Foucault. Porque en ellos hay toda una tradición de posicionamiento crítico hacia el poder psiquiátrico, que puede ser muy útil para la generación de nuevos valores y prácticas alternativas, transformadoras y desalienantes.

Desde este lugar reafirmo mi pertenencia e invito a sumarnos en el marco de la lucha por cambios que genera el múltiple colectivo denominado “Asamblea Instituyente Salud Mental, Desmanicomialización y Vida Digna”, integrado por diversos actores profesionales y sociales. Surgió a mediados del 2012 este gran colectivo compuesto por trabajadores de la salud, estudiantes, usuarios, familiares y otras organizaciones sociales. Colectivo que se propone realizar este año, en la semana de la Salud Mental en Octubre, el Primer Encuentro Antimanicomial en Uruguay. Lleva en su planteo fundante las siguientes propuestas que presento en este documento generado por el colectivo:

“Caracterización de la Asamblea:

Instituyente:
•          Visibilidad de condiciones de vulneración de Derechos, de producción de violencia institucional y de relaciones de poder.
•          Multiplicación de prácticas de acción colectiva que promuevan vínculos solidarios y de encuentros con la diferencia.
Salud Mental:
•          Entendemos la Salud Mental desde una perspectiva integral y como un Derecho Humano fundamental. Salud entendida desde la acción transformadora.
•          Como se define en la propuesta de Anteproyecto de Ley de Salud Mental, implica:
“...la capacidad de participar en las manifestaciones del entorno, promoviendo el desarrollo físico, intelectual, afectivo y social y el de una serie de capacidades actuales o potenciales como la solidaridad, la creatividad y la responsabilidad, la capacidad de amar, trabajar disfrutar y tolerar. Y está vinculada a la concreción a los derechos al bienestar, al trabajo, a la seguridad social, a la vivienda, a la educación, a la cultura, a todas las expresiones artísticas, a la capacitación y a un medio ambiente saludable, entre otros, inherentes a todas las personas, teniendo en cuenta la equidad entre los géneros y las generaciones y la no discriminación.” (Anteproyecto de Ley de Salud Mental, 2009)

Desmanicomialización:
•          Desestigmatización de la locura
•          Entendemos la lógica manicomial como una lógica de normalizacion y homogeneizacion, lógica victimizante, estigmatizante y patologizante, de producción de aislamiento y soledad.
•          Consideramos que la lógica manicomial no sólo está ubicada en el espacio hospitalario, entre muros o rejas, sino también en las formas de relacionamiento y la construcción de identidades psiquiatrizadas.
•          Ante esta realidad, se hace necesario promover prácticas sustitutivas humanizantes, participativas, creativas y transdisciplinarias.
-           Generación de un modelo de atención que tenga en cuenta los siguientes puntos: vivienda digna para las personas que egresan de internaciones, no a las insalubres casas de salud, apoyar un sistema de cuidados adecuados, generación desde el Estado y con regulación de éste de más centros de rehabilitación y sostén social, des-hospitalización adecuada y progresiva, creación de espacios de atención para crisis agudas en hospitales comunes y en pequeños centros al estilo de comunidades terapéuticas (no más de 20-30 pacientes) con internaciones lo más breves posibles.

Vida Digna:
•          Promovemos una ética que permita y promueva el ejercicio de la vida desde la autonomía, la libertad, la singularidad y la acción transformadora, que garantice el acceso pleno a condiciones de vida digna.
•          Por una Ley de Salud Mental
•          Por la despatologización de los modos de existencia no-hegemónicos
•          Por la no mercantilización de la salud
•          Por la participación y restitución de derechos de los usuarios y usuarias de la salud”.

En esa lucha estamos, enfrentando las lógicas manicomiales que más que en edificios represores están en los modos de pensamiento reaccionarios estigmatizantes y discriminadores, en ese sentido circulan estas lógicas en todo el campo social y subjetivo. Por eso es que la máquina de guerra que enfrente este aparato de captura estatal debe ser múltiple y atacar diferentes espacios de poder, buscando la mayor cantidad posible de alianzas. Al modo de la lucha de Basaglia y los antipsiquiatras italianos, buscando alianzas con organizaciones sociales y movimientos políticos que se comprometan con la cuestión de la locura. El modelo de Italia, con sus claros y oscuros, sigue siendo señero en este sentido, está a la vanguardia en el mundo en lo que respecta a una Salud Mental Desmanicomializadora e Inclusiva. Así al menos lo muestran los diferentes documentos publicados recientemente en Uruguay en el libro compilado por Nelson de León (pieza clave de la Asamblea Instituyente) titulado “Abrazos. Experiencias y narrativas sobre la locura y la salud mental” (ver Bibliografía), donde aparecen trabajos de varios uruguayos que hicieron pasantías en diferentes lugares de Italia y, sobre todo, el artículo de Pasqualino Evaristo, psiquiatra brasileño que ha trabajado en la reforma italiana desde 1978.

La situación de Argentina ha mejorado mucho desde los procesos desmanicomializantes en provincias como Río Negro y San Luis, junto a la aprobación de una ley muy beneficiosa en lo que respecta a la salud mental, a la que obviamente la multitud instituyente debe defender. Brasil ha tenido un fuerte movimiento con su reforma psiquiátrica que ya lleva varios años en marcha (ver Amarante), donde Félix Guattari (entre tantos otros intelectuales europeos y latinoamericanos) han dado sus aportes conceptuales y de debate (ver de Guattari y Rolnik “Micropolíticas”). Gregorio Baremblitt, introductor del Esquizoanálisis en el Río de la Plata y buena parte de América Latina, lleva a cabo con sus compañeros y organizaciones aportes en ese sentido, trabajando con psicóticos en proyectos laborales sustentables y apostando a la inserción laboral y social de estas personas, y sobre todo a su re-invención subjetiva, en el estado de Belo Horizonte (ver Bibliografía: Baremblitt y Bichuetti). También el Filósofo Peter Pál Pelbart lleva a cabo una tarea muy interesante en el mismo sentido, con una agrupación teatral integrada por personas con padecimientos psiquiátricos en Brasil.
Cabe agregar que el próximo Congreso Internacional de Esquizoanálisis y Esquizodrama, que será el año próximo en Montevideo, tendrá como eje la situación de la Salud Mental en América Latina y Uruguay, y debatirá las propuestas de cambio y desmanicomialización. Sigamos pues haciendo camino, conectando deseantemente las diversas máquinas científicas, analíticas, artísticas y revolucionarias (entre otras), generando procesos de afirmación de la vida.

BIBLIOGRAFÍA:

-Amarante, P. (2006) “Locos por la vida. La trayectoria de la reforma psiquátrica en Brasil”. Bs. As. Ed. Madres de Plaza de Mayo.

-Baremblitt, G. (2003) “Introducâo à Esquizoanálise”. Belo Horizonte, Ed. Biblioteca do Instituto Felix Guattari.

-Bichuetti, J. (1999). “Lembranças da Loucura”. Belo Horizonte, Ed. Biblioteca do Instituto Felix Guattari.

-Bichuetti, J. (2000). “Crisevida. Outras Lembranças”. Belo Horizonte, Ed. Biblioteca do Instituto Felix Guattari.

-Cano, A. (2013). “Algunos desafíos para la desmanicomialización en el Uruguay”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y narrativas acerca de la locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.

-Curto, M. (2013) “Locura: aproximaciones éticas y estéticas”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y narrativas acerca de la locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.

-Deleuze, G. (1990) “Posdata sobre las sociedades de control”. En “Conversaciones”, Ed. Pre-textos.

-Evaristo, P. (2013) “La desinstitucionalización de la psiquiatría en Trieste y en Italia”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y narrativas acerca de la locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.

-Giorgi, V; Rebellato, J.L.; del Huerto Nari, M. “Incidencia de la cultura neoliberal sobre la salud, sus técnicos y sus instituciones”. En: “Segundas Jornadas de Psicología Universitaria”. Montevideo-Uruguay. 18 y 19 de agosto de 1995. Ed. Multiplicidades

-Grebert, L. (2013) “Clinique La Borde. Un espacio de vida”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y narrativas acerca de la locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.

-Guattari, F. (1998) “El devenir de la subjetividad”. Santiago de Chile, Ed. Dolman

-Guattari, F. “Para terminar con la masacre del cuerpo”. 1973. Texto publicado originalmente de manera anónima en la revista francesa Recherches n° 12, 1973, intitulada “Tres mil millones de pervertidos: Gran enciclopedia de las homosexualidades”, en la que entre otros participaron Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jean Genet, Guy Hocquenghem y Jean-Paul Sartre. El gobierno francés decomisó y destruyó todos los ejemplares de la revista y tomó cargos contra Félix Guattari, director de la publicación, acusándolo de “afrontar a la decencia pública”. Publicado en http://artilleriainmanente.blogspot.mx


-Guattari, F; Rolnik, S. (2006) “Micropolíticas. Cartografías del deseo”. Bs. As. Ed. Tinta Limón.