sábado, 29 de julio de 2023

ARTÍCULO EN REVISTA CHIMERES 102

 


REVISTA CHIMERES 102


Muchas gracias a todo el equipo de la Revista fundada por Deleuze y Guattari, Chimeres, por publicar en su último número, el 102, mi artículo 67 años de Clínica Esquizoanalítica. Agradezco en especial a Zorka Domic por todo su deseo e interés de que el artículo esté presente en este número, y además a Monique Zerbib y Marcelo Real por su traducción.




https://www.cairn-mundo.info/revista-chimeres-2023-1.htm 







lunes, 1 de mayo de 2023

PRESENTACIÓN DE CLÍNICAS GUATTARIANAS - SUBJETIVIDAD Y ESQUIZOANÁLISIS

 PRESENTACIÓN DE CLÍNICAS GUATTARIANAS - SUBJETIVIDAD Y ESQUIZOANÁLISIS


texto preparado -pero no leído- para la presentación en Buenos Aires este pasado 28 de abril de 2023.


Si quieres conseguir el libro en Buenos Aires y Montevideo: psicoper@hotmail.com y +59899375258


El Esquizoanálisis es uno de los tantos nombres que Gilles Deleuze y F. Guattari le dieron a varias  series de sus propuestas analíticas y de intervenciones sobre la realidad. Tanto juntos como por separado, también propusieron otros nombres: pragmática, empirismo trascendental, psiquiatría materialista, rizomática, ecosofía, micropolítica….

El que más prendió en sus discípulos, y en ellos mismos, sin dudas es el de esquizoanálisis. Y creo que a los psicólogos ese nombre nos viene al pelo. Sobre todo porque marca bien la diferencia de base con el psicoanálisis. Si este último tiene su fundamento en la neurosis, el esquizoanálisis lo tiene en la psicosis. Y del sustento de parte de este funcionamiento esquizofrénico, funcionando con sus esquicias, fragmentando, y dando conexiones originales, rizomáticas, es que proponen en su ética que intentemos devenir esquizos. Que no es psicotizarse, sino justamente actuar rizomáticamente: por conectividad de mundos diversos, por heterogénesis, multiplicitariamente, en base a rupturas asignificantes, cartografiando. Ser esquizo no es convertirse en un andrajo enfermo. Es tener la certeza de que no somos islas, no somos Robinson Crusoes, somos seres sociales en conexión compleja permanente con lo humano e inhumano, con las fuerzas de lo cósmico, actuando por causas y azares. Es también llevar a cabo aquello de que nada del dolor del otro nos es ajeno. Es actuar en lo macro y micro, porque no hay modo de no hacerlo así. Todo lo que hagamos tiene repercusiones de una forma u otra en todo plano.

En este devenir esquizo intento andar hace 30 años, desde mis primeras llegadas de oídas sobre algunos conceptos deleuzo-guattarianos (grupo sujeto, grupo objeto, transversalidad, liso, estriado, etc.) y luego con la lectura inicial de El Anti Edipo. Un compañero de facultad, uno de mis principales amigos, hoy maestro, tiene mucho que ver con esto. Osvaldo Da Costa, psicólogo que no siguió estos caminos y prefirió el de la educación, fue el primero que me dijo: “lo que dicen los profesores de psicología social (entre ellos Alfonso Lans, amigo y uno de los prologuistas de este libro), estos nombres raros, los sacaron de este libro”. Y ahí empezábamos a leer El Anti Edipo, sacándolo de la biblioteca cuando podíamos, o en la biblioteca mismo cuando estaba vacía, pues era lectura a voz alta, con comentarios, críticas e ainda mais.  A partir de ahí estos “mostros” me maravillaron, y comencé a leer cuanta cosa de ellos o sobre ellos podía. El primer ejemplar de El Anti Edipo recién me lo pude comprar un año antes de terminar la carrera.

A su vez, desde los 19 años, emprendía mis primeros pasos en la militancia en la salud mental. Comencé a concurrir al Hospital Psiquiátrico Vilardebó, al Programa Puertas Abiertas de Voluntarios, coordinado por Raúl Penino (amigo que también prologa este libro). Mi participación en este Programa, que llevaba un año de funcionamiento, es en un grupo de teatro que integramos estudiantes de psicología junto a usuarios internados y ambulatorios. Fue una experiencia riquísima, que duró 8 años. En 1995 logramos venir aquí, a Buenos Aires, al Festival Latinoamericano de Artistas Internados en Hospitales Psiquiátricos. Fue una semana fascinante, en el Teatro San Martín y en otros lugares, donde actuamos (junto a la obra teatral llevábamos un espectáculo murguero, todo escrito por usuarios, con trajes que nos facilitó la murga Araca la Cana, y tuvimos a Eduardo Larbanois que nos guió en lo musical) y además de espectáculos presenciamos varias conferencias. Los términos antipsiquiatría y desmanicomialización comenzaron a tomar un vuelo alto en mi consciencia. También a partir de ahí me interesé por todo lo que podía implicar revolucionar el campo de la salud mental, generando dispositivos menos torturantes y más dignos que los clásicos manicomios. Teniendo el norte de la subjetivación, del mayor coeficiente de libertad posible y de los derechos humanos. No en vano Raúl le puso Puertas Abiertas al programa, porque fue en homenaje a Basaglia. Dice que Basaglia abrió las puertas del manicomio para que los internos salieran, su programa hizo algo parecido aunque al revés. Intentó abrir las puertas del manicomio para que los voluntarios entrasen y lo horadasen por dentro, le den aire fresco, espacios de libertad. Antes de Puertas Abiertas no era fácil ingresar al Hospital Vilardebó, principal recinto de la psiquiatría manicomial uruguaya. Incluso para los canales de televisión. Recuerdo que en un festival que armamos con Raúl y toda la barra de Puertas Abiertas (éramos entre 40-50 voluntarios por año), a los que denominamos VilardeRock, donde presentábamos la obra teatral del grupo (se denominaba “La Claraboya”), iban bandas de rock e incluso artistas populares como Larbanois y Carrero, o Washington Carrasco y Cristina Fernández, llegaron por primera vez al Vilardebó varios programas de TV, y era toda una novedad en aquel momento. El hospital estaba teniendo un cambio en los 90, pasando de hospital de crónicos a de agudos (al menos en el plano formal).

Pues bien, de estas dos vertientes principales, la psicología (con la llegada del Esquizoanálisis) y de la práctica de Puertas Abiertas (además de la teatral, acompañamientos terapéuticos, grupos diversos), fui sedimentando mi estrato esquizo. También la militancia política partidaria, con algo de desconfianza y más por vínculos de amistad, en la Juventud Socialista (del Partido Socialista, integrante del Frente Amplio). Lo que más me gustaron de esos de cerca 10 años de militancia orgánica, fue el trabajo hacia plebiscitos como el de la Defensa del Agua. El ir hacia diversos sitios, instituciones, organizaciones barriales, etc., hablando de esta problemática, de la importancia de defender este recurso natural que pretendía ser vendido por el gobierno de derecha, y sobre todo ver que pregnó en la población que votó a favor del recurso público, fue algo importante en mi construcción de ser socio-político (y no esencialmente partidario). Mi militancia a posteriori fue más en el plano de la salud mental, siendo la apuesta fuerte la de cambiar la legislación que databa de 1936. Varias organizaciones civiles, sociales, universitarias, con usuarios y familiares implicados en Salud Mental, logramos generar un espacio denominado Asamblea Instituyente por Salud Mental, Desmanicomialización y Vida Digna. Pusimos el tema sobre la mesa, organizamos debates, y sobre todo la propuesta de una ley en salud mental novedosa. La misma formó parte del insumo que tomó el gobierno del Frente Amplio para generar su ley, votada por todos los partidos políticos. No es la que hubiéramos querido, pero no está tan mal al fin y al cabo. Plantea entre otras cosas la desaparición de hospitales psiquiátricos monovalentes para 2025 y todo un sistema que refuerza las internaciones en crisis en hospitales generales y el fortalecimiento de la red social comunitaria, con instituciones y dispositivos pertinentes que hagan a la inclusión social y el respeto por los derechos humanos. Como todo, sólo falta que se cumpla, y se den los recursos y la voluntad política y técnica necesaria para llevar a cabo estos planteos. Tarea nada fácil y que demandará tiempo y mayor presión y contralor social de las instituciones y personas implicadas en la cuestión.

De estas historias también se puebla este libro. Quien conoce algo de la vida de Guattari, no dejará de hallar ciertas analogías con algo de mi transitar. Guattari comienza muy joven a trabajar en un centro psiquiátrico (por supuesto, no era un hospital tradicional, que en su época eran peores que el hospital Vilardebó de los 90), es psicoanalista de formación (yo entré a facultad motivado por el Psicoanálisis, el Esquizoanálisis me “salvó” en tal sentido, jaja) y militante político de izquierdas (obviamente más radicales y en tiempos en que no era fácil ser militante de izquierdas). Por eso también el título, Clínicas Guattarianas, porque además el real hacedor del esquizoanálisis en tal plano fue Félix. Deleuze era filósofo, y si bien tiene conceptualizaciones para mi gusto geniales para la clínica no era el que trabajaba en clínica en tal sentido. Además le tenía una repugnancia declarada a los usuarios con que trabajaba Félix en La Borde. Extrajo con Félix diamantes de la locura, pero no quería aproximarse a un esquizofrénico. Por eso también marco en el libro como fecha de inicio del Esquizoanálisis clínico, en el sentido psicológico del término, el año del primer artículo relacionado con clínica e instituciones psiquiátricas de Félix. Fue realizado en 1955, junto a Jean Oury, como un diálogo entre ellos, y es parte del primer libro de Guattari (“Psicoanálisis y Transversalidad” de 1972): “Sobre las relaciones enfermeros-médicos”. En las primeras páginas de este libro hago un análisis de este artículo que me parece realmente muy jugoso, donde ya hay varias de las ideas en germen del Guattari que iremos conociendo a posteriori.

Sobre Clínica hay bastante, argumentaciones al respecto de una clínica esquizoanalítica o guattariana o como se la quiera llamar. De hecho aparecen dos denominaciones más en este libro: clínica del acontecimiento (cuya firma inicial la da, desde lo que sé, Adriana Zambrini, en su libro El Deseo Nómade), y clínica rizomática. La cuestión principal pasa no tanto por discriminarla de otras clínicas (psicoanalítica, conductista u otra), sino por ser como decía Guattari, una metamodelización. No un modelo, sino una máquina de guerra que pueda abastecerse de diferentes modelos cuando estos le son pertinentes, o inventándolos cuando ninguno de los modelos que aprehendimos nos son de utilidad en el momento. Deleuze y Guattari nos han ayudado a comprender que nuestro trabajo es el de un barco pirata, donde debemos navegar robando teorías y técnicas que nos puedan ser útiles para el trabajo con la subjetividad. Realizando con ellas composiciones singulares. Cartografiándolas con las ideas-fuerzas que el esquizoanálisis da, y también con otras conceptualizaciones. De la psicología, de diversas ciencias, artes, la locura, la brujería, la mística, el saber popular, etc. Nada descartamos.

Una clínica que se entiende debe ser esquizo y de resistencia. De resistencia al poder capitalista, a la política subyugante del organismo social que nos implanta modos seriales dóciles y entristecidos para servir a nuestros amos. En contra de los protocolos que quieran implantar (que ya están haciéndolos en buena parte del norte), por fuera de los controles de calidad (como si el encuentro o el acontecimiento se pudieran medir en laboratorios), en contra de autómatas que creen que pueden contra el caos y las singularizaciones. Clínica de líneas de fuga vitales y liberadoras, como plantea el psiquiatra Daniel Ferioli. Clínicas contra el sujeto o la personología, pues sabemos que el asunto no está dentro de ninguna psique o cerebro, sino que está en los agenciamientos donde estamos, que nos transversalizan, de los que formamos parte. Clínica inevitablemente social, ecosófica. Siquiera familiar o sistémica. Clínica grupal así sea con una persona, pues ya es grupalidad plegada como decía Juan Carlos de Brasi. Clínica entre estares molares y moleculares siguiendo la fórmula de Tato Pavlovsky y Kesselman. Clínicas del cuerpo sin órganos, intentando seguirlo y aportando para sus desviaciones más potentes. Rupturas de estratos con excesiva suavidad y prudencia, nada de andar a los martillazos con estructuras tan importantes (como nos advierten Deleuze y Guattari en Mil Mesetas). Generación de planos de experimentación más que de interpretosis.

La clínica debe dar lugar al sufrimiento, a su expresión, a su mapeo histórico y transversal, porque ninguna biografía es sólo individual, es también social, ecosófica. Pero se debe pasar del sufrimiento al pensamiento, para llevar el plano de las pasiones a otras latitudes. Generar una clínica del porvenir más que de repetición del pasado. Los síntomas, los lapsus, los sueños, no sólo remiten al sufriente pasado, también tienen construcciones que nos hablan de producciones, de fábricas subjetivantes hacia el futuro. El inconsciente-fábrica que produce.

Parte de este libro de clínicas, crítica social, esquizoanálisis, política, desmanicomialización y vida -un mix de algunos de su artículos-, es editado en la revista francesa Chimeres 122, su número último, en francés, y es de descarga libre según tengo entendido. Es un honor para mí haber sido invitado a participar en este número de la revista fundada por Deleuze y Guattari. Agradezco a la amiga Zorka Domic (quien conoció y trabajó con Tosquelles, Oury y Guattari), quien mostró interés por mis artículos y me instó a presentar uno para su publicación. “67 ans de cliniques schizoanalytiques à Montevideo” se titula. Agradezco mucho a Anne Querrien (amiga de Guattari, quien al decir de Stephane Nadaud, es de las pocas personas que insiste en una clínica esquizoanalítica en Francia) quien aportó su mirada para su publicación, y al amigo uruguayo Marcelo Real que colaboró en la traducción y facilitación de varios aspectos idiomáticos y comunicacionales. Yo apenas sé español.

Con Stephane Nadaud, (psiquiatra, filósofo y psicoanalista francés que tiene a cargo la edición de la obra inédita de Guattari, como los libros que nos han llegado: 65 sueños de Franz Kafka, Líneas de fuga, o Escritos para El Anti Edipo), tuvimos un encontronazo en Montevideo. Hizo unas ponencias presentando su libro “Fragmento(s) subjetivo(s)” y defendió férreamente la institucionalidad psicoanalítica menospreciando a todos aquellos que pensamos que no es desde el psicoanálisis que el esquizoanálisis puede proliferar, o al menos no exclusivamente con el psicoanálisis. Es más, declaró para él la inexistencia de una clínica esquizoanalítica. Y ni hablar de incluir aspectos de otras corrientes psy. A no ser que sean de la filosofía, de autores como Nietzsche, que maneja bastante bien. Arrogancia de un franchute ortodoxo, poco parecido al material que está sacando a la luz. Es más, una de sus ponencias, que a mí particularmente fue la que más me gustó, fue bastante cuestionada por el psicoanalismo presente, y tildada justamente de no psicoanalítica. A lo sumo les pareció algo bastante “junguiana”. Este traspié de Nadaud lo aproveché para decirle que acordaba con el público crítico, y que me parecía una ponencia muy esquizoanalítica justamente, lo cual lo enojó un poco poniendo el énfasis de que lo que expuso era Psicoanálisis. Claro, a lo sumo un psicoanálisis muy guattariano, el cual le da ya de por sí una línea de fuga de los encuadres y lugares comunes del psicoanálisis.

Este episodio con Nadaud me da para pensar aquí con ustedes el tema de la institucionalidad, sobre todo pensando en el esquizoanálisis. Tal vez yendo a contra-corriente de lo que puedan pensar muchos deleuzo-guattarianos, yo también soy un defensor de cierta institucionalidad esquizoanalítica. ¿Qué quiero decir? Que es importante que nos organicemos, que tengamos instituciones que nos convoquen a pensar, a formarnos, a construir, a experimentar. Corremos un gran riesgo si no lo hacemos, que es la de la desaparición de lo que hemos heredado de estos autores, incluso de quienes los han tomado, trabajado.  Y no sólo esto puede pasar con Deleuze y Guattari, sino también con autores recientemente desaparecidos, como Baremblitt, Pavlovsky, Kesselman, Saidón, De Brasi. Gente que han creado estilos clínicos que son muy fermentales, y que valen la pena rescatar y seguir trabajándolos. Eso sí, obviamente, no estoy a favor de instituciones fundamentalistas. No hablo de generar organizaciones que funcionen superyoicamente, para decirnos qué es lo que se debe y no se debe hacer, para fundar más una moral que una ética. No, se trata de organizaciones que acepten lo multiplicitario, las diferencias, las composiciones. Una apuesta a lo creacional, apuntando al paradigma ético-estético-político del esquizoanálisis. Psicologías, Ciencias, Filosofías y un largo etcétera de aportes. Y esto lo digo pensando en organizaciones para trabajar la clínica, así como para la filosofía, la política, el arte, etc. Necesitamos de las mismas, sino esto corre el riesgo de perderse. Y perder una herramienta de trabajo que, al menos para nosotros, es tan valiosa, sobre todo en tiempos donde los paradigmas neuro-científicos, cibernéticos, conductistas y todo tipo de apuestas a la adaptabilidad y al control social están cada vez más potentes y al servicio de las fuerzas del poder. Organizaciones como el Centro Félix Guattari, el Instituto Félix Guattari, La Deleuziana, la revista Chimeres y tantas otras son imprescindibles. Y hacer sinergias entre estas lo es aún mas. Hagamos diversas clínicas de la creación, la libertad y la resistencia, capaz de conectarse con diversas máquinas: políticas, científicas, sociales, artísticas, etc. No perdamos la potencia de estas máquinas de guerra insurgentes.


Cierro con fotos tomadas en la presentación en Espacio Taura el 28 de abril.









domingo, 7 de agosto de 2022

NUEVAS-VIEJAS LUCHAS. ¿REFORMA SOCIAL O CAMBIO SOCIAL?

 

NUEVAS-VIEJAS LUCHAS. ¿REFORMA SOCIAL O CAMBIO SOCIAL?

Lic. Ps. Alfredo Perdomo

 


 

Estamos en tiempos difíciles. En Uruguay y en buena parte del mundo estamos viendo una embestida de franco corte neoliberal y fascista dirigida hacia la clase social obrera. Se trata de intentos de reforma de la seguridad social basados en el supuesto de que la gente vive más tiempo de vida y que hay además menor natalidad. Por ende, el supuesto es que hay menor reposición de la fuerza trabajadora y menos aportes. Yo quisiera saber: ¿desde cuándo faltan trabajadores que no me he enterado? ¿Acaso llueven las ofertas de trabajo y están satisfechas todas las órbitas productivas del país?

Nos están mintiendo, la realidad es otra. No hay trabajo, y esto no es nuevo. Ya hace décadas sabemos que por la tecnificación de la industria, cada vez más digitalizada y con menos personal, hay una masa importante de gente que no es necesaria para la producción. No hay trabajo para todos, es más, hasta se podría decir que cada vez para menos parte de la población. La clase obrera está viviendo hace tiempo el drama de no poder ser trabajadora, de no poder ser obrera. ¡Vaya paradoja! Pero es así, ya hay generaciones de gente sin cultura laboral instalada, porque ya se les decretó por parte del capitalismo como excluídos, o al decir de Robert Castel: desafiliados. Desafiliación cada vez más prolongada y sin vuelta atrás, trasgeneracional.

Masas desafiliadas que son carne de cañón de una de las pocas industrias en crecimiento, donde la complicidad del sistema capitalista lo permite porque deja ganancias a la elite sin pagar un peso de impuestos: el narcotráfico.

El tema no pasa por generar mayor explotación de aquellos que todavía accedemos al mercado laboral. El tema es si el capitalismo se decide a integrar o no a la humanidad en su plan. Estas reformas insisten en hacernos creer que todos trabajaremos, nos costearemos nuestra jubilación y alegremente viviremos entre 10 y 20 años felices sin trabajar. Es toda una falacia. De esa forma condenamos a los jóvenes que tendrán que esperar más para entrar al mercado laboral, pues viejos de 65 o más estarán ocupando los puestos de trabajo que van quedando. Y además, ¿qué pasará con los de 50 o más cuando los echen de las empresas privadas para pagar menos salarios y tener gente más activa y enérgica? ¿Quién los va a tomar? ¿Cómo llegan a los 65 para jubilarse?

Estimo que la clave está en no generar exclusión y llevar el sistema hacia una sociedad más igualitaria. Hay que pensar en clave inclusiva, donde todos puedan acceder a sueldos dignos y al trabajo también. Para eso hay que cambiar la clave del trabajo, que este se torne en un valor cooperativo y no competitivo. No es la cuestión ir a competir con los demás, sino producir para sí mismo y todo el colectivo, el común. Cuestiones que se vienen pensando hace tiempo, como una renta básica universal desde el nacimiento, que se entienda que cada persona deba poseer por pertenecer a un colectivo, pago que garantice las necesidades básicas satisfechas. Se puede generar en tal sentido un nuevo contrato social, donde cada individuo desde el nacimiento se compromete a aportar a su sociedad a través del estudio y/o el trabajo. También está la estrategia de achicar la jornada laboral, tal vez entre 4 y 6 horas, para permitir que cooperativamente más gente participe del trabajo.

Tal vez se tache a estas ideas de utópicas e irrealizables, pero están a la altura de un cambio subjetivo y social importante que se ha de propiciar si es que queremos vivir en un mundo posible para todos y no para cada vez menos. Si el capitalismo no cambia en su plan, las masas de gente excluída serán cada vez mayores, y por ende más la insatisfacción y las posibilidades de sublevaciones armadas. Yo soy amigo de la paz. Creo que la inteligencia humana tiene la capacidad de darse cuenta de que hay que evolucionar, cambiar el rumbo, generar otros valores. La explotación desenfrenada e irracional de la humanidad de esta manera, además de la de la naturaleza y todo el planeta, nos están llevando a peligrar la vida, al menos tal como la conocemos. Un cambio ecosófico es central.

sábado, 2 de julio de 2022

TALLER DE LECTURA SOBRE FÉLIX GUATTARI

 TALLER DE LECTURA SOBRE FÉLIX GUATTARI



Trabajaremos en estos tres meses textos diferentes de este apasionado autor francés. Guattari fue un psicoanalista, creador del Esquizoanálisis junto al filósofo Gilles Deleuze. Además fue militante político, social y en el campo de la salud mental, ecologista, analista del mundo, uno de los pioneros de la psicoterapia institucional. 

En este taller la idea es centrarnos en lecturas que aborden los siguientes tres campos conceptuales: Clínica, Revolución Molecular y Ecosofía. Son tres de las áreas fundamentales de las teorías, prácticas y militancias de Félix. Fallecido en 1992, este autor aún tiene una vigencia fundamental para las praxis y el pensamiento actual en múltiples áreas: psicología, filosofía, política, arte, ecología y...y...y...

 Coordina Alfredo Perdomo, psicólogo uruguayo, quien viene trabajando el esquizoanálisis y el esquizodrama en diferentes áreas, sobre todo la clínica. Es especializado en Clínica Esquizoanalítica en el Centro Félix Guattari de Montevideo y es docente del mismo, tanto a nivel nacional como internacional. Autor de diferentes artículos en sus campos de saber y trabajo, publicados en medios nacionales e internacionales, y presentados en diferentes congresos nacionales e internacionales. Co-organizador desde 2004 de diferentes Encuentros Latinoamericanos e Internacionales de Esquizoanálisis, generados por el Centro Félix Guattari (en ocasiones junto a otras instituciones). Participante en la Red de estudios latinoamericanos Deleuze y Guattari.

La idea es juntarnos por zoom a partir de agosto de este año 2022, los jueves a las 20 hs. de Uruguay, continuando los meses de septiembre y octubre.

El costo  es de 1000 uruguayos, 25 dólares o 20 euros al mes. 

Por más info e inscripciones: +598 99 375 258 y psicoper@hotmail.com


Bienvenidos a este viaje!!!!

 



sábado, 21 de mayo de 2022

TALLER DE LECTURA: MIL MESETAS DE DELEUZE Y GUATTARI















 TALLER DE LECTURA: MIL MESETAS DE DELEUZE Y GUATTARI

Coordina: Lic. Ps. Alfredo Perdomo

 

Un viaje singular, como en todas las lecturas de estos geniales autores. Clínica esquizoanalítica (y aportes en general a las clínicas y psicoterapias), filosofía, política, ciencias, brujerías..... devenires múltiples de aprendizajes. La Segunda Parte de Capitalismo y Esquizofrenia, iniciada con ese Anti Edipo que hoy cumple 51 años. A 33 años de su edición, el libro más propositivo y heteróclito de la teoría esquizoanalítica no pierde su vigencia y nos muestra su brutal actualidad. Para seguir trabajando, pensando-nos, multiplicándonos. 

En esta oportunidad va dirigido sobre todo a estudiantes y profesionales de psicología, psiquiatría y psicoterapias en general.

Te invitamos a participar. Cupos limitados!!!

 Jueves 20 hs de Uruguay, por zoom. Inicio en marzo 2023.  Actividad arancelada: 1000 uruguayos o 25 dólares por mes.

Info e inscripciones: +598 99 375 258 y psicoper@hotmail.com

 

sábado, 19 de diciembre de 2020

Presentación en: Deleuze e Guattari Latinoamérica - 25 de agosto de 2020

 Presentación en:  Deleuze e Guattari Latinoamérica - 25 de agosto de 2020

Presentación de mi autoría de "Una clínica rizomática" on line.

Agenciamentos Contemporaneos.  Jornada sobre Deleuze y Guattari:

Sebastián Pimentel (Peru)

Julian Ferreyra (Argentina)

Alfredo Perdomo (Uruguay)

Verônica Damasceno (Brasil)

 Este es el link, copiar y pegar-ir para ver el video en YouTube.

https://www.youtube.com/watch?v=Yx7dIY6xZlM&feature=emb_logo

 


 

 

CLÍNICA Y ESQUIZOANÁLISIS

 CLÍNICA Y ESQUIZOANÁLISIS

 

por Lic. Alfredo Perdomo. Van las fotos del libro donde se publicó este trabajo presentado en las 5as Jornadas de Psicología Universitaria, Facultad de Psicología de la Universidad de la República.