sábado, 29 de marzo de 2014

GRUPO DE ESTUDIO SOBRE FÉLIX GUATTARI

“FÉLIX GUATTARI Y SUS LÍNEAS DE FUGA. ESTUDIO DE UN ESQUIZOANALISTA”

GRUPO DE ESTUDIO SOBRE LA OBRA DE FÉLIX GUATTARI, Y SUS IMPLICACIONES Y HERRAMIENTAS EN Y PARA DIVERSOS CAMPOS: CLÍNICA PSICOLÓGICA, LO SOCIAL, LA FILOSOFÍA, EL ARTE, LA POLÍTICA, ETC.

Se propone estudiar en profundidad la obra de Félix Guattari, tan potente para la clínica, el arte, el pensamiento, la política y las prácticas sociales. Famoso por su obra a dúo con el filósofo Deleuze, ha desplegado una prolífica serie de libros y artículos, algunos de ellos con otros autores (como Bifo Berardi o Toni Negri), muchos de los cuales se están traduciendo y publicando al español recientemente. Se priorizará en el dispositivo la obra en solitario de Félix, así como recientes estudios aparecidos sobre su producción.

COORDINACIÓN: Lic. Alfredo Perdomo (Psicólogo y Esquizoanalista).

DIRIGIDO A TODO PÚBLICO, MUY RECOMENDADO PARA ESTUDIANTES Y PROFESIONALES DE PSICOLOGÍA, CIENCIAS DE LA SALUD, FILOSOFÍA, ARTE Y CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES EN GRAL.

Algunas perspectivas a desplegar en forma diagramática:

-De la transferencia psicoanalítica al agenciamiento maquínico.
-Grupo sujeto y grupo objeto.
-La transversalidad
-La perspectiva ecosófica
-Caos, cosmos y caosmosis
-La revolución molecular y el capitalismo mundial integrado
-La ética micropolítica.
-Cartografías esquizoanalíticas
-La servidumbre maquínica
-De la moral al uso de los valores
-La clínica cartográfica
-Rizoma y multiplicidad
-Modos esquizoanalíticos de ver los sueños, el delirio, los síntomas y otros fenómenos subjetivos.
-El deseo para el esquizoanálisis.
-Cuerpo e implicación.
.

Bibliografía diagramática y flexible (o sea, en función de la pertinencia se pueden agregar textos):

-Gabriela Berti: Félix Guattari, los ecos del pensar entre la filosofía, el arte y la clínica (autores varios)

-Franco Berardi : "Félix" (Narración del encuentro con el pensamiento de Guattari, Cartografía visionaria del tiempo que viene).

-Cadernos de Subjetividade (varios números con aportes de Guattari, Rolnik y otros).

-Baremblitt: Introduçâo à Esquizoanálise.

-Berardi, Bertetto  y Guattari: "Deseo y revolución"

-Guattari y Negri: Las verdades nómades.

-Libros de Guattari: Psicoanálisis y transversalidad; La revolución molecular,  El inconsciente maquínico; Las tres ecologías, Máquina Kafka, Cartografías esquizoanalíticas, Caósmosis, Líneas de fuga (por otro mundo de posibles), El devenir de la subjetividad, Micropolítica (con Suely Rolnik), Cartografías del deseo, Plan sobre el planeta (Capitalismo mundial integrado y revoluciones moleculares), Sesenta y cinco sueños de Franz Kafka, De Leros a La Borde (Prácticas analíticas y prácticas sociales).

TODOS LOS VIERNES DE CADA MES, DE 20.30 A 22 HS.

INICIO 2015: MES DE MARZO.

COSTO: $ 700 POR MES
.
EN: MAGALLANES 1484 BIS APTO 204, ENTRE COLONIA Y MERCEDES.


Inscripciones: psicoper@hotmail.com, 2509 0667, 099 375 258


lunes, 6 de enero de 2014

CLINICA Y ESQUIZOANALISIS.

CLINICA Y ESQUIZOANALISIS.



                                                           
“Escribir es un asunto de devenir, siempre inacabado, siempre en curso, y que desborda cualquier materia vivible o vivida”
Gilles Deleuze. (1 Pág. 11)










Tal como expresa Deleuze, el acto de escribir es mucho más que intentar describir lo vivido, a tal punto que ya ni siquiera es otra inscripción de lo ya vivido, pues es otra forma de vida. Y es de vida de lo que quiero hablar aquí. Esa vida que trascurre en ese espacio-tiempo artificial (más no por ello menos real) creado por la humanidad: la clínica. Y, como Michel Foucault nos ha enseñado, la clínica tiene su origen sociohistórico en las prácticas y discursos médicos. “La medicina se inventó un artefacto –dispositivo- de transmisión de sus saberes, para la capitalización de este saber y el desarrollo de su poder, sobre la sociedad civil” (2  pág. 183). Es en función de este dispositivo que se originan las prácticas  de la Psiquiatría y más adelante de la Psicología. Y en nuestra ciencia se han creado múltiples modelos a seguir. Pero: ¿estos modelos se deben repetir? Joaquín Rodríguez Nebot plantea que: “la clínica es en tanto y en cuanto se investiga, en la propia acción del proceso, sin la investigación no hay clínica posible, solamente es reproducción, estereotipia, y por lo tanto es discurso y acción de poder” (2 pág. 191). Y es que esta acción técnica y discursiva, que sólo presta oídos a lo que la teoría quiere escuchar, es sólo una repetición a-crítica de un molde que recorta la multiplicidad de la realidad en la que estamos insertos. No se puede pensar prácticas en el plano de las Epistemologías del Ser, de lo estático, de las Ciencias del Estado, con su tradición racionalista especializada en medir espacios primero, para luego ocuparlos. La Filosofía de Estado pone hincapié en el orden, en lo racional, en lo absoluto. Este modo de pensar, esta tecnología, hace que la diversidad, la multiplicidad, el movimiento, queden diluidos, reducidos a una sola racionalidad. ¡Y si habrán racionalidades a seguir en nuestra ciencia plagada de doctrinas y de instituciones que llevan adelante la política de legitimación de las mismas!

Lógica de la identificación, de la individualización: “yo soy guestáltico, yo soy kleiniano, etc”. Lógica del reconocimiento, de la diferencia, pero de una diferencia que hace a lo homogéneo, pues es un identificarse con otros que son iguales. Craso error el de decir: “yo soy”. En realidad no se trata de Ser. Trampa de nuestro sistema de lenguaje, cristalizador del movimiento vital. En realidad se trata de estar siendo, de devenir. Devengo lacaniano, conductista o psicodramatista, al igual que devengo padre, mujer o policía. Lógica de territorios, trazados por múltiples recorridos. “Porque me-pertenezco, me-reconozco en un transcurrir témporo-espacial y en cada tramo me reconozco siendo yo-mismo” (3 pág. 126). ¿Por qué aferrarse, por qué trazar estos límites imaginarios de la existencia, al decir de De Brasi? Miedo a lo diverso, a lo múltiple, a caer en el “horror” del caos. Entonces: es mejor estriar, sedentarizar, anclarse en un lugar. Falsa ilusión  de la identidad y la pertenencia.

No es en esta línea imaginaria de pensamiento en la que me ubico. Me posiciono en Epistemologías que privilegian el devenir y lo fluido. Su pensamiento es nómade, le interesa el movimiento, por ende se mueve en función de vecindades, es decir en función de los medios con que contacta cambia de naturaleza y produce problemas. En esta dimensión se trata de construir conceptos, de valor local (no universal), útiles a un campo de análisis y de problemas específicos. El punto de vista nómade extrae del medio lo que sirve para pensar, ocupa el espacio y luego lo “mide”. Produce teorías locales para pensar el medio, construyendo los instrumentos para operar ahí. Comprende al caos no como desorden, sino como la confluencia de diversas lógicas, cada una con un orden específico. Nada más lejos de la anarquía. En definitiva, es un problema de miradas.

Las teorías y técnicas “psi” han sido históricamente diseñadas en función de problemas específicos. Por ende, no se trata de un asunto de fidelidad (decir: “soy freudiano o rogeriano, etc”... nos lleva a pensar como “el ano”, al decir de De Brasi), sino de multiplicidad. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de multiplicidad? Es, para Deleuze y Guattari (4) lo múltiple tratado como sustantivo. No es decir que el individuo, el grupo o la institución es múltiple. Sino que en primer lugar está lo múltiple, en eso que hemos construido sociohistóricamente como unidad. No es que, por ejemplo: el Hospital Vilardebó está compuesto por determinadas leyes, normas por las que se rigen determinadas personas, en donde hay una función social de atención psiquiátrica, etc.. Así lo que hacemos es santificar la unidad, el Hospital. En sí, ocurre que históricamente las formaciones sociales han rechazado todo aquello que escapaba de sus racionalidades, y han inventado determinados espacios donde recluir e intentar adaptar a los que diferían de las normas sociales, etc... Esto es rescatar la multiplicidad, colocarla en primer lugar. El individuo, el grupo, la institución, etc... son entidades abstractas, construidas o “inventadas” (al decir de Nietszche)  con determinados fines y propósitos. En nuestro devenir sociohistórico capitalista, los fines son la cuantificación, el medir para controlar, individualizar. Construcción de límites imaginarios, dualismos del adentro-afuera. En el mundo “psi” muchas veces nos “tragamos” estas “naturalidades”. Entonces decimos: “yo trabajo con mi paciente, en mi consultorio”, y hasta nos negamos trabajar con otras personas con las que “nuestro paciente” se vincula en su vida cotidiana. 

Naturalizamos el individuo y limitamos nuestro accionar por nuestro deseo de trabajar exclusivamente con él. Pero ese individuo no vive sólo, aislado, también sufre y padece con otros. Y esos otros no sólo remiten a una novela familiar, a lo edípico. También está el campo cultural, institucional, social, en donde la persona produce y es producida.

Producción de Subjetividad entendida como aquello relacionado con lo subjetivo, pero que no prioriza al sujeto (o grupo o institución, etc..) sino a la Multiplicidad. Entonces, el  movimiento implica no quedar atrapado en la noción de individuo (o persona o sujeto). Desde el esquizoanálisis, priorizar lo múltiple implica reconocer que en primer lugar estamos ante una situación problemática. Y esa situación problemática desborda a esa persona; y por ende puede demandar el trabajo con otros. E incluso fuera del espacio santificado del consultorio, en la calle, en una plaza, en su casa, etc...  Todo en función de una estrategia de trabajo que procura lograr determinados efectos en esa subjetividad. Allí, diferentes nociones y técnicas psi pueden utilizarse, pero como herramientas y no como saberes trascendentes a respetar y repetir. Del mismo modo, también podemos construir múltiples modos de intervención. Un método de la multiplicidad da cuenta de lo heterogéneo, descentra y conecta diversos eslabones semióticos, organizaciones de poder, políticos, científicos, artísticos, etc...

“Me peleé con mi marido.  Él me engañó. La culpa la tuve yo. Yo tengo que cambiar”, dice una subjetividad sufriente. Para esta señora el trabajo clínico implica trabajar con ella para aceptar la situación tal cual es para que no sufra. Mas eso es imposible. En un trabajo de movimiento, analizando su Edipo, su historia y la moral implantada, llega a la conclusión de querer cambiar su situación familiar. Esto implica un trabajo familiar, ya que no sólo apareció el marido sino su hijo con múltiples síntomas. Trabajo familiar que implica un trabajo en redes a posteriori. Trabajo con la maestra del niño, con la cuñada con la que convivían, pieza fundamental del funcionamiento maquínico familiar.

Trabajo de alisamiento-estriamiento. Ante lo amorfo e informal de la situación que se nos presenta, es decir lo liso, primero intentar comprender las líneas múltiples que la producen. Allí vienen a nuestra mano las diferentes teorías que dan luz sobre lo liso: trabajo de estriamiento. Estriar implica homogeneizar, sedentarizar, fijar, medir, dar forma. Estrategia local de intervención. Estriar, dar forma a eso múltiple para poder operar, hasta la producción de una línea de fuga que nos conecta con otras realidades que tenemos que dar cuenta pues también producen esta situación. Nuevo trabajo de alisamiento, que requiere posteriores estrategias. No se puede ser exclusivamente nómada o sedentario, liso o estriado. Mas bien devenimos en nuestro trabajo, en momentos alisamos, en otros estriamos. Sin estriar en nuestro trabajo psicológico, corremos el riesgo de no comprender nada y de ser inoperantes. Sin alisar el riesgo es la estereotipia, la rigidez en nuestro trabajo.

Dicen Deleuze y Guattari que una de las principales tareas del Esquizoanálisis  es: “descubrir en un sujeto la naturaleza, la formación o el funcionamiento de sus máquinas deseantes, independientemente de cualquier interpretación” (5 pág.332).

Esto es, sus multiples conexiones y constituciones, su complejidad. Lo que lo hace funcionar como tal, como máquina. Realidades siempre parciales, moleculares, no totales, molares  o absolutas. La realidad para el esquizoanálisis es siempre parcial (los totalizadores paranoicos hemos sido los humanos). De lo que se trata es de desmontar máquinas, de analizar sus flujos y los cortes de los mismos, las conexiones de sus partes. Acto de deconstrucción con la finalidad de construir un nuevo acto singular. Otra producción de subjetividad, menos alienante, más llena de vida.

El esquizoanálisis entonces enriquece, amplia y potencia la práctica psicológica en cualquier ámbito de desempeño profesional. No se trata de un dogma, sino de “una ético- política en el campo de la producción de subjetividad” (6 pág.25)., como afirma Guattari en 1991. “En el inconsciente no hay más que poblaciones, grupos y máquinas” (5 pág. 293). Otra noción de inconsciente es la que surge, más de la que surge del Psicoanálisis, es decir: el inconsciente reprimido, representativo. El inconsciente ezquizoanalítico produce, se expresa, crea. Y no habla de una novela familiar exclusivamente, también nos habla de lo sociohistórico, del entramado vincular de la subjetividad. El deseo no está entramado en el Edipo, sino en las multiples conexiones subjetivas maquínicas deseantes. “El deseo es máquina, síntesis de máquinas, disposición maquínica máquinas deseantes. El deseo pertenece al orden de la producción, toda producción es a la vez deseante y social” (5 pág. 306). Los procesos económicos, políticos, sociales, no están desligados de la sexualidad. Ahí ponemos también nuestra líbido, y esos procesos también nos producen. 

Por eso afirman Deleuze u Guattari que lo primero que catectiza la subjetividad es el campo social, que forma parte del familiar (que se coloca en segundo lugar). Por eso tal vez la insistencia de la Profesora Silvia Castro, encargada del Área de Psicología Social (al menos en mis épocas de estudiante, entre 1993 y 1999), en marcar en primer lugar lo social, en esa tan mentada palabra que intenta posicionarnos en el territorio de la complejidad: socio biopsico cultural. Buena parte de mi posicionamiento profesional lo debo a las enseñanzas de los cursos de su área en esta institución.








BIBLIOGRAFÍA:

1)-Deleuze, Gilles. “Crítica y clínica”. Ed. Anagrama, Barcelona. 1996.

2)- Rodríguez Nebot, Joaquín. “En la frontera”. Ed. Multiplicidades, Montevideo.1995                      
                                                                                 
3)-Lans, Alfonso. “Subjetividad y transformación social”. Ed. Multiplicidades, Montevideo. 1995.                                  
                                                                                                                                                                                               
4)-Deleuze, Gilles y Guattari, Félix. “Mil Mesetas”. Ed. Pre-textos, Valencia. 1994.

5)- Deleuze, Gilles y Guattari, Félix. “El Anti Edipo”. Ed. Paidós, Barcelona.1995.

6)- Guattari, Félix. “El Devenir de la Subjetividad”. Ed. Dolmen, Santiago de Chile. 1998.



Autor: Licenciado en Psicología Alfredo Fernando Perdomo Maldonado. Egresado de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República Oriental del Uruguay.


Este trabajo es un resumen del presentado en las “V Jornadas de Psicología Universitaria” realizadas en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República en Setiembre de 2000 y publicado en el libro de las mismas editado por la Universidad de la República Oriental del Uruguay. Expuesto en Primeras Jornadas sobre el pensamiento de Deleuze y Guattari en 2001, organizadas por Imagen Cristal y Campo Grupal en Argentina. 















                                                                                          








ACONTECIMIENTO Y CLÍNICA



ACONTECIMIENTO Y CLÍNICA

(Viejo artículo publicado hace unos años en la web de los amigos de Imagen Cristal)



¿Cómo pensar el acontecimiento en la clínica o, mejor dicho: el nocepto de acontecimiento en la clínica? ¿A qué me refiero con “nocepto”? Juan Carlos De Brasi usa este término para referirse al uso de una palabra que intenta dar cuenta de una realidad concreta como proceso, teniendo en cuenta su de(s)terminación, sin caer en la vaguedad de la noción ni en la rigidez del concepto. Como afirma el propio autor: un proceso “de pensamiento rizomático abierto desde una temporalidad historizada y el trabajo con materia prima diversificada” (en: “ La Monarquía Causal ”, pags. 81-87, Montevideo, Ed. Multiplicidades, 1996).

En toda la terminología de Deleuze y Guattari no hay ningún afán de dar por terminadas, por finalizadas, por “definidas” en forma “clara y distinta” (como sí lo intenta el platonismo y el pensamiento heredero de algunos conceptos de Descartes) las palabras con las que intentan dar cuenta de las realidades que han percibido. Gilles y Félix siempre han preferido trabajar con términos lo suficientemente “fluídos”, que no tengan demasiada atadura estática, es decir, que no intenten aprehender y dar cuenta en forma absolutista de una porción de la realidad, ya de por sí inabarcable, in-finita en el entendido de que siempre se trata de realidad procesual, dinámica, en movimiento. Una maquinaria lingüística nómade (aunque nunca en estado puro, obviamente), en contraposición a la malacostumbrada terminología “científica” propia del pensamiento sedentario de Estado.

El pensar noceptualmente no es hacerlo en forma absolutista con una ortodoxa máquina de interpretar y de creer que lo entendemos todo, ni caer en el total escepticismo y visión acrítica de que todo es tan relativo y vago que es imposible dar cuenta de nada o que da lo mismo cualquier cosa. ¡No! Es respetar la realidad como proceso en su devenir, en su naturaleza. Es, paradójicamente, acercarnos más férreamente a aquello que Kant planteó cuando dijo que no podemos nunca conocer “la cosa” en sí, sino sólo intentar aproximarnos a ella. Obviamente que aquí lo pensamos en forma distinta, y llamamos a “las cosas” Campos de Problemas en los que trabajamos y en los que también somos parte.

La clínica, sea esta en cualquier lugar o ámbito en el que se lleve a cabo (un consultorio, la calle, un hogar para ancianos, una institución cualquiera, un grupo cualquiera, un barrio, una asamblea, etc.), debe siempre respetar la naturaleza procesual de la realidad en la que trabaja y no puede nunca atarse a pre-conceptos obtenidos de formaciones académicas (incluso las esquizoanalíticas). Una actitud “deleuziana” o esquizoanalítica es siempre la de respetar la singularidad, procesualidad y complejidad de aquello en lo que operamos (como ya señalé: siempre incluyéndose en el campo al propio esquizoanalista o como se lo quiera llamar al operador terapéutico).

Con tal espíritu es que el nocepto “Acontecimiento” tiene un lugar fundamental. Desde el diccionario encontramos (Aristos, Ed. Sopena, Barcelona, 1998) que tiene significados este término que Gilles y Félix despliegan en su obra con intensidad. “Suceso, cosa que sucede”. Por su parte encontramos que “Acontecer” significa “suceder, efectuarse un hecho”. Devenir, procesualidad y movimiento son otros términos que pueden acercarse o conectarse con estos significados.

En “Gilles Deleuze para principiantes” (de Florencia Abbate y Pablo Páez, Ed. Era Naciente, 2001, Bs. As.) encontramos en muchas ocasiones una interesante guía para algunos desarrollos deleuzianos. Tal es el caso para el nocepto Acontecimiento. Partiendo de su lectura de la obra de Nietzsche, Deleuze toma el acontecimiento como una afirmación de la vida, de la realidad procesual. “El eterno retorno reclama decir “sí” a la existencia, a la realidad tal como aparece, favorable a nosotros o no, en cada acontecimiento” (Op. Cit. Pág. 45). Evidentemente esa realidad tal como nos aparece necesariamente siempre nos implica, porque no estamos separados de ella, somos parte de esa misma realidad que acontece. Como esquizoanalistas no estamos neutros o alejados de la situación en la que intervenimos, no estamos “frente” a un paciente, familia, grupo, organización, etc; somos una parte más de esa situación. Y como tal, jugamos con los otros, o más exactamente, con los flujos subjetivos (entre otros), buscando la estrategia pertinente para los montajes y/o desmontajes que se pueden hacer para incrementar focos autopoiéticos que en la medida de lo posible generen cambios vitales. Desde ese lugar es sumamente importante la afirmación de la existencia, del acontecimiento. Esto es: aceptar la realidad, el suceso que se nos presenta “como tal”. ¿Qué quiere decir esto? Verlo, aceptarlo, vivirlo en primera instancia como nos sea posible, tratando de no ponerle “tapujos teórico-técnicos” que sobre-interpreten la realidad y obturen su comprensión. Y tener la capacidad para poder darle las lecturas imparciales (aunque siempre subjetivas) que nos ayuden a comprender lo que allí pasa para poder trabajar; disponiendo de las teorías y técnicas que nuestra caja de herramientas nos posibilite. E inclusive produciendo esas máquinas de lectura y operación cuando lo que sabemos nos es insuficiente. Delicado equilibrio de movimientos de alisamiento y estriamiento que siempre debemos intentar hacer.

“Amar lo que sucede en tanto sucede equivale a afirmar el azar” (Op. Cit, pag. 46). Enunciado que nos mueve a pensar en la complejidad y procesualidad de los fenómenos en y con los que trabajamos, donde es imposible en forma radical “predecir y controlar” (como le gusta afirmar a ciertas visiones de la psicología que colocan estos ideales positivistas dentro de los objetivos de su disciplina). El azar, la procesualidad de fenómenos sumamente complejos, rizomáticos, siempre juegan, más allá de las posibilidades de lo que pensamos como estrategia. Respetar el azar y aceptarlo es aceptar el acontecimiento y la vida. Amar la vida.

El acontecimiento, más que nada es movimiento, y tal vez corresponda mejor denominarlo “acontecer”. “El sentido es un acontecimiento: ocurre, pasa. Es un efecto del encuentro entre palabras y cuerpos. Algo se transforma”…”El acontecimiento es el verbo, aquello que expresa la relación”….”pero carece de entidad física y no está en el interior ni de uno ni de otro” (Op. Cit. Pág. 84). Estos desarrollos deleuzianos nos hacen pensar el acontecer como efecto, como algo que sucede en el “entre”. Nos hace pensar en la dinámica procesual de la realidad. Nos acerca a lo que los sistémicos denominan sistemas abiertos, afirmando la imposibilidad de la existencia de sistemas cerrados. Lo que sucede, más allá de en dónde podamos visualizarlo, percibirlo, siempre es efecto de una lógica de afecciones, que como Spinoza afirmó siempre se da en el encuentro de los cuerpos. Pensemos en el acontecer “llorar”. Podemos ver (o percibirlo en función de nuestra lógica aprendida) que una persona llora, pero ese llorar es el efecto del trabajo de varios cuerpos. Es imposible llorar desde la “interioridad” (término que amerita una visión crítica y despliegue que no es posible desarrollar aquí). Cuerpos se encuentran para producirlo como efecto (un hecho traumático, un golpe, un recuerdo, una fantasía, un insulto, vulnerabilidad para llorar, etc.; siempre efecto entre cuerpos).

“Los acontecimientos son verbos en infinitivo: “rasgar”, “morir”, “reír”, “enfermar”, etc. (Op. Cit pag. 87). Verbos que incitan a pensar en su producción, en cómo se efectúa el acontecer y, en función de la estrategia, cómo podemos ayudar a intentar que se produzca o no un determinado acontecimiento. Esto último es una operación-pieza clave de un engranaje terapéutico, analítico (en su concepción más amplia, es decir, no ligada en exclusiva al Psicoanálisis), libertario, o esquizoanalítico (entre otros muchos posibles abordajes operativos, pensando en todos los ámbitos posibles). La invitación es a dejar el platonismo de las esencias, de “las cosas son”, y pasar a los aconteceres, a los “verbos, cosas que pasan”. Una línea clave: “dejar de lado el problema de la verdad de lo que son las cosas, y enfrentar el problema del sentido que le damos a las cosas que pasan y nos pasan” (Op. Cit. Pág. 88).

En “El Pliegue. Leibniz y el barroco” (Ed. Paidós, Barcelona, 1989), Deleuze asevera que “el acontecimiento se produce en un caos, en una multiplicidad caótica, a condición de que intervenga una especie de criba. El caos no existe, es una abstracción, puesto que es inseparable de una criba que hace que de él surja algo” (pág. 101, Op. Cit). Es sumamente importante este enunciado, que va de la mano de este desarrollo, pensando en los aconteceres de la clínica. La clave está en la criba, es decir, en lo que hace a la producción del acontecer, que tiene que ver con el encuentro de cuerpos en un régimen de afecciones, con un devenir procesual, en una historicidad.

“El caos sería el conjunto de los posibles, es decir, todas las esencias individuales en la medida en que cada una tiende a la existencia por su cuenta; pero la criba sólo deja pasar composibles” (Op.Cit. pág. 102). Toda una lógica de fuerzas, de multiplicidades en movimientos, que generan posibilidades reales y concretas de procesos perceptibles por nuestros aparatos de captura, nuestras máquinas de generar visibilidad, con sus virtudes y limitaciones. “Si el caos no existe, es porque sólo es el reverso de la gran criba, y porque ésta compone hasta el infinito series de todo y de partes, que sólo nos parecen caóticas (series aleatorias) por nuestra incapacidad para seguirlas, o por la insuficiencia de nuestras cribas personales” (Op. Cit. Pág. 102). No podemos aprehender “la cosa en sí misma”, sólo nos podemos aproximar en función de la visibilidad que podemos lograr en la intervención en el campo de problemas en el que operamos.

Es en sí misma la clínica la generación de acontecimientos, buscando en el propio acontecer las fisuras de lo estático, de aquello que genera malestar, sufrimiento. Siempre nos encontraremos los focos autopoiéticos, las líneas de fuga moleculares que marcan la resistencia a lo molar. Potencia de deseo del cuerpo que siempre lucha por su mejoría, por su felicidad, por la vida. Ahí está nuestro trabajo: ayudar a esos focos autopoiéticos, intensificarlos, en todo un proceso de liberación. ¿Las herramientas? Cada operador las usará en función de su disponibilidad, de los utensilios de la caja. Eso sí: siempre respetando el acontecimiento, buscando nuevos y mejores aconteceres, tratando de producir Acontecimientos con mayúsculas, es decir: cambios, bienestar, mayor libertad, más y mejor autopoiesis, más vida.

Alfredo Perdomo Maldonado




FRAGMENTOS DE DISTINTOS AUTORES PARA PENSAR LA CLÍNICA ESQUIZOANALÍTICA Y EL ENCUADRE MÓVIL



 FRAGMENTOS DE DISTINTOS AUTORES PARA PENSAR LA CLÍNICA ESQUIZOANALÍTICA Y EL ENCUADRE MÓVIL



Ian Buchanan (“Esquizoanálisis. Un proyecto incompleto” en "Félix Guattari. Los ecos del pensar"):
“el esquizoanálisis puede ser considerado un ‘proyecto incompleto’ porque existe en un estado de ‘revolución permanente’” (pág. 141)
“en ninguno de los escritos de D-G se explica exactamente cómo se hace la práctica esquizoanalítica” (pág. 141)
“esto no significa que tengamos que abandonar el empeño de desarrollar una metodología esquizoanalítica porque paradójicamente –y este es el otro sentido en el que es importante decir que el esquizoanálisis es un proyecto incompleto- por muy difícil que sea extrapolar un método para aplicar la práctica esquizoanalítica a partir del trabajo de Deleuze y Guattari, sin un esfuerzo contante en esa dirección, su pensamiento resulta literalmente inerte” (142).


Suely Rolnik en “Guattari no cesa de proliferar” (Félix Guattari. Los ecos del pensar):
“No por casualidad, Guattari se refirió a un ‘paradigma estético’ (o ‘protoestético’), para designar al principio que rige a esta ética del pensamiento. Podríamos atribuirle los atributos de clínico y político,  ya que, desde esta perspectiva, pensar es necesariamente una práctica de ‘cura’ de las obstrucciones del flujo vital, y también una práctica política, dado que esa acción pensante participa activamente en la definición de los destinos de esa sociedad. En suma, estética, clínica y política son inmanentes a este tipo de práctica del pensamiento” (pág. 33)
Sobre el esquizoanálisis (o mejor dicho la obra de D-G), en el mismo texto: “Una cartografía en la cual el rigor de los conceptos es indisociable de su poder de dar cuerpo a una experiencia de desplazamiento real, lo que los hace portadores de una potencia de contagio, responsable de sus resonancias en las prácticas cuestionadoras de la contemporaneidad que encuentran en ese pensamiento una rica fuente de oxígeno para la invención de sus dispositivos singulares” (pág. 43)
Cita  Suely a Deleuze en el mismo texto (cita de “Entrevista sobre El Anti Edipo (con F. Guattari)”:  “Nos dirigimos a los inconscientes que protestan. Buscamos aliados. Tenemos gran necesidad de aliados. Tenemos la impresión de que nuestros aliados están ya por ahí, que se nos han adelantado, que hay mucha gente que está harta, que piensan, sienten y trabajan en una dirección análoga a la nuestra: no se trata de una moda, sino de algo más profundo, una especie de atmósfera que se respira y en la que se llevan a cabo investigaciones convergentes en dominios muy diferentes” (pág. 44).

Del mismo libro, pero de Berti, Forcadell, Serra y Sol de Grupo Esquizo Barcelona (“El pensamiento desde la fontera: de Tosquelles a Guattari”):
Cita de F. Guattari (“De Lerós a La Borde”): “La institución de curación, si atiende a su fin, puede devenir un instrumento de la subjetividad individual y colectiva, de recomposición de territorios existenciales que conciernen a la vez al cuerpo, al yo, al espacio vivido, a la relación con el otro”. (pág. 61)
“…las instituciones (en este caso psiquiátricas) son algo más que un espacio confinado de curación, tratamiento o contención, más bien deben convertirse en un despliegue de multiplicidades: espaciales, subjetivas, etc. , que desequilibren, perturben los conceptos y prácticas ocluídas. Sin embargo la desestabilización de los sistemas tienen siempre una tendencia a volver a sistematizarse, es decir, a unificarse y a sedimentarse, pero es el trabajo del pensamiento y la función del teórico, quien a través de sus formulaciones y propuestas puede provocar la diferenciación, evitando el estancamiento. Esto es lo que hizo el revolucionario catalán desde sus primeras experiencias en Reus y, más tarde, también Guattari siguió en esa línea en sus prácticas de La Borde”. (pág. 61)

Ian Buchanan (“Esquizoanálisis. Un proyecto incompleto”):
“Guattari opinaba que la psiquiatría no puede ser considerada una disciplina o práctica aislada y que debe incorporar todo aquello que hace de la vida la compleja realidad que es” (pág. 142).

Grupo de los Lunes (“Grupo-virus y experiencia institucional en un centro de protección de menores”):
“Se trataba entonces de reinventar la institución: cumplir el encargo institucional, pero ir más allá, hacer de la institución un espacio dinámico, creativo, vivo y vinculado a lo social. “La transversalidad es una dimensión que pretende superar las dos impasses, la de una pura verticalidad y la de una simple horizontalidad; tiende a realizarse cuando una comunicación máxima se efectúa entre los diferentes niveles y sobre todo en los diferentes sentidos” (Guattari: Las Tres Ecologías). Transversalidad como una forma de estar, de hacer, de situarnos en el complejo entramado de una institución; como una actitud que nos permite atravesar, no dejarnos atrapar, ganar pequeñas batallas sin necesidad de confrontación directa.
Hay que ‘pensar lo que se puede en una institución’, pensar su reconstrucción creativa y democrática, pero no podemos suponer una solución fácil que nos haga elegir entre horizontalidad y verticalidad. El “coeficiente de transversalidad”, en palabras de Guattari, sale de la ecuación vertical-horizontal para hablarnos de reversibilidad, de escucha, de plasticidad, de lo múltiple. Guattari introduce la idea de que la institución democrática no es la que elimina la verticalidad, sino aquella que no se atemoriza por los movimientos de las composiciones horizontales”. (Ecos, pág. 338)

Osvaldo Saidón (“La clínica de Guattari y los post-guattarianos”):
“en el esquizoanálisis, se trata menos de una técnica y más de una actitud, de la generación de un territorio existencial que dé cuenta de la diversidad y la potencialidad en que cada singularidad se manifiesta, ya sea en la sesión, en la institución o en el grupo” (Ecos, pág. 225).


Baremblitt (Compendio de Análisis Institucional):
Una clínica esquizoanalítica es un procedimiento para pensar y comprender lo real, y se compone de tareas negativas (crítica y desconexión de valores dominantes) y tareas positivas (destinadas a propiciar el libre fluir de la producción y del deseo en la vida en todos sus aspectos: biológico, psicológico, comunicacional, político, ecológico, etc.).

Baremblitt (Psicoanalisis y Esquizoanalisis.) 
Puede el esquizoanálisis acontecer-devenir en una disciplina, por ejemplo la Psicología. Y lo  hace para intentar asumir y desempeñar la singularidad, para parodiar lo que ella tiene de reproductiva o anti-productiva, como para transmutar e intensificar lo que tiene de virtualmente productivo e inventivo.
Puede haber una infinita variedad de modos singulares de devenir esquizoanalista.
El esquizoanálisis consiste en el montaje en variación continua de redes rizomáticas “en” y “entre” “todo” tipo de materialidades y de praxis discursivas y no discursivas, “animadas” y “recorridas” por el Deseo-Producción.

Miguel Denis Norambuena (prólogo de El devenir de la subjetividad de Guattari):
No parar nunca de preguntarse que hacemos en nuestro jardín secreto, con nosotros mismos, con los que queremos, en el trabajo, con los colegas, con las ideas, con el mundo, con esos millares de mundos que nos rodean y que danzan jubilosamente melodías propias que no siempre se entienden.

Guattari (“El nuevo paradigma estético”-1992, en “La ciudad subjetiva y post-mediática. La polis reinventada”. Fundación Comunidad. Cali-Colombia. 2008. )
La cuestión de la transversalidad implica replantear el cerco disciplinario, el re-encerramiento de Universos de valor, hoy prevalecientes en muchos dominios. Ej: re-definición abierta de los cuerpos, necesario para la promoción de agenciamientos terapéuticos de la psicosis: cuerpo concebido como intersección de componentes autopoiéticos parciales, en configuraciones múltiples y cambiantes, trabajar en conjunto tanto como cada uno por sí mismo, todos los cuerpos: cuerpo propio especular, cuerpo fantasmático, esquema corporal neurológico, soma biológico y orgánico, sí-mismo inmunitario, identidad personológica en el seno de los eco-sistemas familiares y medio-ambientales, la rostridad colectiva, los ritornelos míticos, religiosos, ideológicos. Territorialidades existenciales enlazadas por la misma caósmosis transversalizada.
Estrategia combinada: análisis, psicot. Institucional, psicofarmacología, re-composición personal delirante o de carácter estético.

Guattari (“Vértigo de la inmanencia. Refundar la producción del ICC. Junio 1992, entrev. Hecha por John Johnston. Inmanencia.net):
Lo que me interesa del esquizoanálisis es el carácter heterogéneo de esta práctica. Cada cura desarrolla una constelación de universos singulares, construye una escena, un teatro particular, forja instrumentos para captar esa diversidad, singularidad, heterogeneidad.

Hernán Kesselman (La psicoterapia operativa 1. Crónicas de un psicoargonauta. Lumen Humanitas. Bs. As. 1998).:
Pág. 23 y 24 (se seleccionan algunos puntos coinicidentes): paradigmas en la caja de herramientas para una clínica esquizoanalítica (para Kesselman: psicoanálisis operativo):
-desmitificación de la institución que forma a los psicoanalistas oficialmente con sus reglamentos de encuadre y de “asepsia” con el paciente y la sociedad.
-una Psicología Vincular que desmitifique la neutralidad del analista. No hay enfermedades sino enfermos. No hay terapias sino terapeutas. Cada enfermo responde con mayor o menor fragilidad a los ataques patogénicos y reacciona de manera singular para defenderse de esos ataques. Las generalidades de un padecimiento figuran en un manual pero las singularidades de cada enfermo hay que explorarlas en ese ser humano, en la persona. Los recursos técnicos de las corrientes terapéuticas figuran en manuales pero las singularidades  con que lleva a cabo esos recursos dependen del terapeuta como persona. Terapeuta y paciente se conectan cada uno desde su psicopatología singular, configurando geometrías, figuras pasibles de ser diagnosticadas para elegir las herramientas y el momento táctico de emplearlas, según convenga al desarrollo productivo del encuentro de ambas patologías. Para poder ser curador, hay que conocer y reconocer primero al herido que llevamos dentro.
-desmitificación de la figura idealizada del psicoterapeuta y del coordinador de grupos.
-multiplicación: final de la monarquía causal. Desmitifica la vocación reduccionista, de simplificar, de llegar a lo simple, a la causa única. Multiplicidad de disposiciones presentes en un fragmento, cada uno con su devenir  y sus conexiones, desde el inicio, y no ya de lo Uno a lo Múltiple, ni de lo múltiple a la unidad. Multiplicidad desde el comienzo, para desplegar, para multiplicar en lugar de reducir.
-clínica antropofágica: contagiarse de ideas de otras disciplinas para transformarse y producir nuevos conceptos. Valerse de la caósmosis transdisciplinaria que ayude a fundar utopías dominadas  por el paradigma de la creatividad (el que es alternativo al paradigma cientificista que domina el universo capitalista). Estamos hablando del paradigma estético y de una ética de la multiplicidad.
-cartógrafo operador en salud mental: desmitifica en sus quehaceres y saberes los axiomas más rígidos de la psicología dominante, que hacen de la palabra el vehículo privilegiado por excelencia, oponiendo uso de la palabra y actividad corporal. Dos estares (molar y molecular) como dos formas de docencia, coordinación y cura de pacientes. Se vale de la antropofagia, aceptando intervenciones de diferentes corrientes con las que se simpatiza. Estimula la invención (tanto por el terapeuta, estudiantes o pacientes) de nuevas intervenciones para operar, dando legitimidad actual a los multirrecursos, intervenciones múltiples.
25 - 26: investigar estrategias y medios que permitan trabajar para cambiar (operar: trabajar para cambiar) en el campo de la cura e interrogar los instrumentos para ese cambio. Operar significa abrir para explorar. Una psicología es abierta cuando se dispone a alojar al extraño que se introduce por esa puerta abierta y transitar con él el malestar de la incertidumbre. Una psicoterapia es abierta o no cuando está desprovista de cualquier tipo de racismo para alojar pensamientos de corrientes diferentes y es capaz de llegar a considerar válido cualquier tipo de medios de expresión en el camino ético de la cura. Incluso acudir a la música, pintura, literatura, etc.
Pichón Rivière refiere que operar es desplegar sin prejuicios lo que se aborda, para ponerlo a la vista y ensayar soluciones para el alivio de los padecimientos subjetivos.
32: entrenarse para ser cartógrafos es acostumbrarse a la tensión de ser artistas científicamente y científicos artísticamente. Que el camino de la cura se oriente para hacer de la propia vida una obra de arte.

Lans: Esquizoanálisis. Cartografías clínicas. Ed. Psicolibros universitario. 2008 mdeo.
9: clínica psicológica como una práctica de extrema humanidad, más que científica se trata de una práctica ética, aunque de lo científico también se nutre, pero si no deviene en una tarea amorosa de nada sirve. Sólo el amor cura, de ello no queda dudas. La cura afecta tanto a pacientes como a psicoterapeutas.
10: a los psicoterapeutas, humildemente ejercitarse para vivir el esfuerzo de cuidar a otros en la incertidumbre, tener en cuenta a Sócrates: “sólo sé que no sé nada”.
40: la unidad elemental del lenguaje no es el significante sino el enunciado, porque pone a la palabra en relación a una sociedad concreta, a un campo social en el cual en definitiva el lenguaje se va a jugar. Esto introduce un problema clínico fundamental pues lo que hacemos no es un análisis del discurso sino un análisis pragmático, de los actos, efectuaciones y actualizaciones que están jugados e incluídos en el discurso del paciente.
76: el problema es hacer oscilar el deseo, desde el polo paranoico hacia el polo esquizo, jamás hacia el nudo neurótico pues eso lo envenenaría todo, haría caer el proceso en el círculo de la posición depresiva. Un loco no te envenena, un neurótico sí, no es una metáfora ni una provocación de D-G, es así, lo neurotiza todo, es contagioso, es la peor de las pestes.
87: el esquizoanálisis rechaza lo estructurado en un discurso y se opone a la reducción en función de un código pre-establecido. La situación clínica nos obliga a abordarla bajo sus tres síntesis: conectivas, disyuntivas e inclusivas. Más que introducir  las “o” que afirman las disyunciones excluyentes hay que afirmar las síntesis conectivas que nos introducen en un medio rizomático. Más que decir “o bien esto, o bien aquello”, hay que decir “y, y, y además”.
113: el deseo no carece de nada, el sujeto expresa la totalidad del mundo. La noción de sujeto contiene todo lo que acontece en el mundo, y en tanto el mundo acontece es lo que le sucede al sujeto, de modo que lo que constituye la identidad del yo no es otra cosa que un punto de vista sobre el mundo. La perspectiva esquizoanalítica en psicoterapia recupera la diferencia como afirmación de un mundo posible. Como señala el perspectivismo de Leibniz: “cada uno de nosotros expresa la totalidad del mundo, solo que lo hace oscura y confusamente”. En la terapia se pliega la totalidad del mundo pero lo hace bajo la forma de la pequeña percepción, percepciones infinitamente pequeñas de carácter icc que afirman la diferencia. Las pequeñas percepciones son diferenciales de cc, es decir percepciones sin cc. La porción del mundo que se expresa en forma clara y distinta es la que afecta al cuerpo. Nuestras percepciones cc nadan en un flujo de pequeñas percepciones icc diferenciales, pero la percepción no es un elemento, sino una relación, lo diferencial es la relación.
121: en un esquizoanálisis nada está dicho sobre cuál será el camino o el resultado. No acepta la idea de regresión. El bloque de infancia no es un recuerdo, pertenece auténticamente a la experiencia de la niñez y nada edípico se expresa en él. Se encontrará un conjunto de conexiones maquínicas que forman la verdadera actividad icc, ésta no es figurativa ni simbólica, sino un agenciamiento maquínico.
122: en los procesos esquizoanalíticos nos proponemos como tarea extraer del recuerdo los bloques de infancia, éstos son los fragmentos de experimentación del niño. La combinación de agenciamientos maquínicos y producción de enunciados se opone al proceso de interpretación que reposa sobre el recuerdo de infancia. Se lo hace para favorecer todo tipo de devenires: moleculares, animales, minerales, niño, mujer, guerrero, poeta, negro, indio, etc.
En el esquizodrama, en el trabajo con escenas, e incluso  la instrumentación del encuentro en un dispositivo de análisis individual busca promover potencias de liberación autopoiéticas, éstas son aquellas que nos afectan de afectos alegres, el dispositivo funciona produciendo diversos devenires, intensos e imperceptibles para devenir otro.
La enfermedad tiene las caras del resentimiento y la mala consciencia, modos en que “el poder” se opone a la potencia.  Estos poderes a los que se hace referencia son fundamentalmente instituciones hechas para afectarnos de tristeza. Las instituciones sociales nos suministran modelos, a la vez que nos llenan de afecciones, son máquinas sociales, máquinas de afectos que instituye un juego de compensaciones que como resultado nos fijan al subjetivarnos, bloquean la experimentación nómade del esquizo que nos habita para sedentarizarnos.
El proceso esquizoanalítico, psicoterapéutico o como quieran  llamarlo se produce en función de liberar a las personas ya sean tratadas grupal o individualmente de sus puntos de subjetivación, modificar su ángulo de significancia y afectar su estrato orgánico a los efectos de experimentar su vida de un modo diverso al que lo ha arrojado el sistema institucional que lo enferma.
Es importante trazar el mapa de los puntos de subjetivación: familia, trabajo, historia, amistades, organizaciones sociales, sexualidad, pareja, barrio, modo de vida, etc. Todo esto compone un campo de problemas en que se puede discernir  atravesamientos y transversalidades como transferencias ilocalizables que se diagraman en el campo corporal y afectivo.
124: el pasaje del padecimiento al pensamiento es lo que el esquizoanálisis propone como vía “psicoterapéutica”, es lo que se experimenta en el proceso clínico, en tanto el primero es efectuación de un campo corporal y afectivo y el segundo actualización de un campo de problemas.
La estrategia no depende del saber ni de la práctica del terapeuta, sino del modo en que se agencia la situación. Esto nos lleva a la instrumentación de un encuadre móvil y a la elección de una caja de herramientas, tanto conceptuales como técnicas.
La clínica es una práctica creativa en la que el diálogo espontáneo es fundamental, pero que además debe crear lo que sea preciso para que el dispositivo continúe funcionando y el proceso tienda a su realización. La intuición es su principal herramienta a los efectos de poder captar toda relación, detectando aquello que, como señala Baremblitt: “da a percibir a la percepción, imaginar a la imaginación, a desear al deseo, a impulsar la voluntad, a pensar el pensamiento”.
Nadie soporta un grado de frustración absoluta como el silencio. A veces es necesario decir algo intrascendente, aunque mas no sea para sostener el diálogo, otras el equívoco cumple un papel importante, pero siempre se pregunta, se indica, se sugiere, se concuerda y se difiere el punto de vista, otras se informa. Hay tiempos de espera, otras en que todo discurre a una velocidad asombrosa, hay líneas que se prosiguen y luego no arrojan nada y muchas veces un imprevisible destraba un relato repetitivo y monocorde que gira en el vacío.
125: muchas veces por mucho tiempo nada significativo pasa y sin embargo se puede comprobar una notoria mejoría en el paciente, dando cuenta que precisamente ese largo contacto con su alternancia de presencia-ausencia, conexión-desconexión, es lo que “cura”, en tanto es el vínculo como planteaba Pichón, lo relacional, el agente diferencial que posibilita experimentar el juego de fuerzas que conforma el campo corporal y afectivo, lo que da consistencia a la irrupción de focos autopoiéticos que producen líneas de fuga creativas, al instrumentar la relación psicoterapéutica se produce en el “entre” un diferencial, un juego de variación continua que se constituye en un singular, es una inflexión en sí misma en la curva de singularidades que componen al sujeto, ampliando de ese modo el ángulo de significancia al producir un nuevo punto de vista y por ende nuevos puntos de subjetivación. Nociones como la de holding juegan aquí un papel muy importante debido a que sostiene no sólo el proceso de subjetivación que el paciente inaugura, también al cuidado analítico que el analista ensaya. La clínica es la práctica de un arte, en el que la autopoiesis se produce. La psicoterapia esquizoanalítica en tanto dispositivo de producción de subjetividad deviene en desvío de la producción-reproducción que implica los procesos de subjetivación sedentarios o de estado, y puede devenir en clínica móvil o nómade que tiende a producir variaciones problemáticas al privilegiar sus líneas de fuga. La clínica nómade responde a la lógica de las ciencias menores propias de la lógica turbulenta de la máquina de guerra, estas ciencias son problemáticas por naturaleza y tratan con realidades difusas, su método es de variación continua, de ahí nuestros esfuerzos por componer encuadres móviles que no se separen de los procesos para entenderlos y abordarlos desde una exterioridad, los encuadres móviles ponen las variables de los procesos en estado de variación continua y acompañan sus variaciones desde dentro y para su instrumentación requieren de un paradigma ético-estético.
126: en la clínica es necesaria una invención permanente de recursos conceptuales de intelección e intervención. Requieren del diseño y montaje de diversos dispositivos y tantas operaciones de transformación como sean necesarios. A su vez la clínica requiere realizar un raspaje de todos los instituidos organizados como Edipo, la familia, el capital, entre otros a los efectos de desbloquear las líneas de fuga, desviaciones e invenciones deseantes que produzcan nuevos procesos de singularización de la subjetividad, nuevos devenires. Para ello es necesario provocar, incitar, afirmar, preguntar, responder, dramatizar, como cuidar y acompañar ayudando a montar defensas protectoras y estrategias de sobrevivencia contra las fuerzas reactivas.  Antes que interpretar, sostener la experimentación del consultante, esta estrategia lleva a privilegiar el encuentro en lugar de la transferencia, promoviendo así el proceso productivo deseante. Se trata de componer un campo problemático en donde la formulación de los problemas indica un pasaje del padecimiento al pensamiento dando consistencia a los procesos de experimentación intensiva que el encuentro promueve en la inmanencia del campo. Los abordajes esquizoanalíticos se revelan rigurosos a la hora de captar devenires y líneas de fuga, que son los que se requieren para acceder a un conocimiento de lo difuso en tanto objetos estéticos, como funcionales al éthos que envuelve toda acción humana. En último término se trata de que el sujeto pueda armonizarse para ser digno de los acontecimientos que la vida le depara sean estos amores o catástrofes. Ser dignos de los acontecimientos que en la vida suceden, esa es la ética del esquizoanálisis.
129: Alfonso toma a Winnicott: si a ustedes la persona les habla y ustedes no se aburren seguramente podrán ayudarla, si la persona habla, habla y habla  y ustedes en un determinado momento se aburren, ya no podrán ayudarlo.

Joaquín Rodríguez  “En la frontera. Trabajos de Psicoanálisis y Socioanálisis”. Cap. Dispositivo y Encuadre:
131:  El encuadre es una forma de organizar el pensamiento y la experiencia. Un fenómeno siempre es demasiado complejo para ser estudiado en su totalidad, por eso nos vemos en la obligación de limitarlo, parcializarlo y separarlo, es decir, aislarlo, para poder estudiarlo. Y se aísla desde un modelo de pensamiento, con una hipótesis. El investigador, cientista o psicólogo sostiene el modelo de pensamiento desde su praxis social e ideológica, desde su inserción histórica y política, y por si fuera poco, de su advenir como sujeto del inconsciente (novela familiar mediante) y con sus obstáculos epistemofílicos. El encuadre tiene su base en la vida cotidiana. Ésta es organizada en una serie interminable de encuadres, por lo menos para hacerla un poco más tolerable.
132: Freud tuvo que construir el encuadre y la teoría al mismo tiempo. El encuadre es parte de la teoría. El encuadre no solamente contiene la organización del espacio y del tiempo, también contiene los principios teóricos que sustentan tanto al encuadre como a su objeto de trabajo. Es un dispositivo de semiotización. Existen dos tiempos: el que ocurre dentro del encuadre y el tiempo que desarrolla el encuadre en sí mismo.
133: en los dispositivos no existe un adentro y un afuera temporal. El pasado es una construcción del presente con un sentido prospectivo (futuro).
135: encuadre viene de encuadrar (dicc. Ideológico Casares): “encerrar en un marco o cuadro, encajarlo, introducir una cosa dentro de otra”, “incluir dentro de sí una cosa, servirle de límite”. Etimológicamente (Corominas) deriva de Quadrum (cuadrado), perteneciente a la familia Quattor (cuatro), “cuadro”, “cuadra” que significa “encerrar los animales en la cuadra”; otras derivaciones “cuadrilla: grupo de personas para un fin determinado especialmente si van armados”, etc. Quadrare: “encuadrar, hacer cuadrado, y también acomodarse, estar perfectamente adaptado (a algo), etc.
138-139: cuando proponemos un encuadre funciona desde el punto de vista simbólico la/ s teoría/s a las que adscribimos, desde lo imaginario el o los maestros de turno y desde el contexto práctico la adscripción o afiliación institucional.  Entra en el mismo también el estilo del terapeuta o clínico, su condición deseante, la singular articulación de su intertextualidad o multiplicidad.
152: el encuadre es vivido como algo dado, y a la vez impuesto (arbitrario). Juegos con sus afectos en juego, sus transgresiones, etc. El encuadre implica un contrato explícito.
192 (cap. Clínica móvil o re-pensar la clínica: En la frontera): las subjetividades construyen cuadros que no se ajustan a ningún modelo, las patologías tienden a reformularse ya que el cotidiano social cambia paulatinamente.
193: las patologías nos llevan la delantera, son las consecuencias de los malestares en la cultura, permanentemente en movimiento. Cuando modelamos la teoría, ya está vieja y hay que construir nuevamente. La clínica es móvil, la invención del artefacto clínico debe acompañar las subjetividades y se encuentra en indagación y cuestionamiento de sus propias prácticas. No existe una clínica sino muchas, es un artefacto múltiple, que se redimensiona en los acontecimientos. Las singularidades de la subjetividad son múltiples. La característica central del plano de problemáticas es el sufrimiento de los agentes, que produce síntomas y analizadores. La clínica móvil es la resultante de la construcción de espacios situacionales, de planos de problemáticas, de fuerzas, que operan en el que cristalizan en un punto de fuga; su captura es el síntoma y la precipitación discursiva es la demanda.


Alfonso Lans (“Cuerpo e imagen. Clínica de la sociedad de consumo”)
102: Encuadre móvil: intención explícita de que es una herramienta para desplegar las potencias inmanentes al proceso de trabajo. Importante para sostener lo que cada uno pone en juego, para dejar venir el campo. Permite focalizar la mirada desde un punto de vista que deviene móvil.
103: Dice Deleuze en “La imagen movimiento” que “el cuadro está relacionado con un ángulo de encuadre, porque el conjunto cerrado es él mismo un sistema óptico que remite a un punto de vista sobre el conjunto de las partes”. Se propone encuadrar pero no totalizar, delimitar pero no encerrar. El encuadre deviene soporte para el proceso de trabajo y permite focalizar la mirada en un punto, producir una profundidad de campo y una diversidad de planos. Fija un plano en la medida que configura un cuadro, no obstante, no desconoce que (como señala Deleuze en la misma obra) “el plano es la imagen-movimiento, en cuanto relaciona el movimiento con un todo que cambia, es el corte móvil de una duración”. Operamos arrojando una visibilidad en relación a un punto de vista, en sí mismo variable. El punto se configura como efecto del encuentro de dos fuerzas de diferente valencia, expresión de la acción y reacción de los cuerpos en referencia a relaciones de poder concretas. Allí donde se produce un pliegue  hallamos, sin duda, un punto de encuentro de fuerzas diversas. Al seguir el flujo de las líneas que componen un pliegue, se determina un movimiento del propio punto de vista y al proseguir  su movimiento, se arrastra al foco fuera del cuadro, para producir en su movimiento un nuevo cuadro, un nuevo punto de vista.


Alfonso Lans “El esquizoanálisis. Una clínica en movimiento” (cap. Devenires de la subjetividad)
95: las clásicas definiciones de encuadre señalan que es lo fijo, lo que no puede variar.  Se dice que dentro del encuadre hay un marco teórico, lo cual, en realidad, sólo es así en cuanto convenimos que una teoría es un modo de ver, un modo de registrar, algo así como un lente, pero de ningún modo una teoría puede enmarcar lo real. Es la teoría un instrumento que permite componer un modo de ver. El encuadre es una delimitación, y puede ser concebido desde una perspectiva geométrica o dinámica. Desde una perspectiva geométrica es una serie de coordenadas, al menos dos, que anteceden al cuadro, o sea que ya tengo el encuadre dado como su a priori, pues antecede al cuadro y al contenido de aquello que va a ser encuadrado.
96: desde la perspectiva dinámica el encuentro de fuerzas produce una diferenciación de intensidades que se hace figura. Se conforma un observable, manifestándose desde un determinado ángulo de encuadre y con el cambio del punto de vista, lo que varía es el propio cuadro. Es una forma móvil que lo que trata de capturar es el movimiento. Esta modalidad de trabajo, más que interpretar, permite desplegar una línea de experimentación.
98: el encuadre es el arte de seleccionar los elementos, es un sistema óptico e informático.
99: no lingüístico, sino informático, signalético, en tanto es un sistema abierto de informaciones disponibles, actuales o virtuales, con sus reglas específicas de producción, distribución y consumo en el cual, tanto la visión como la palabra son factibles de componerse para actuar por postas, donde un acontecimiento le va dando sentido a otro y activando diversos devenires. Debemos diferenciar esta noción de encuadre como sistema óptico del encuadre como institución desde el planteo clásico de Bleger, que es el sistema de normas que queda establecido en el contrato. (clase de Alfonso en 1998 en Peñarol: dos elementos básicos componen todo encuadre decía Pichon, roles y tarea). Esto nos sitúa en el problema del devenir. Para Bleger el encuadre es el no-proceso, aquellas líneas que se mantienen constantes de tal manera que el proceso pueda hacerse visible. Es un modelo de registro de la psicología experimental, positivista, con sus conceptos de invariante, constante, etc. Es asimilable a filmar con una cámara de video estática. Pero si movemos la cámara podemos ver distintos territorios, intensificar el movimiento, o seguir la acción, varío mi punto de vista, selecciono otros elementos, relaciono otras cosas. La visión cientificista ya no nos interesa. Se ha aceptado a la psicología y al psicoanálisis como una ciencia hermenéutica diferente a las positivas. Además el paradigma científico no nos interesa, y sí la invención y la puesta en práctica de paradigmas ético-estéticos de referencia y de universos incorporales de valor o consistencia.
100: hay encuadre en la ciencia, en psicología como en la vida cotidiana y ese encuadre va a estar siempre en referencia a la producción de un punto de vista, pero recordemos que ese punto de vista esencialmente es un acto, una interacción. Estamos en el registro de la percepción.

“Comunidad: clínica y complejidad” (coord. por Lans). Art. De Leggiadro: ¿Ustedes curan el corazón?:
99: para producir puntos de vista, deben existir tres dimensiones o dicho de otra forma, debemos movernos en espacios y no en planos. Como cuando sacamos una foto, se produce un punto de vista fijo y estático, nos puede gustar o no pero no admite nuevos enfoques o puntos de vista. Pensamos en el encuadre móvil que pemite recuperar en parte el espacio perdido ya que  al realizar varias tomas de una situación, posibilita –montaje de por medio- generar al menos una imagen tridimensional, algo parecido a lo que sucede con las imágenes en tres D.
100: también es útil la noción de enfoque (siguiendo con la metáfora de fotos y videos o cine), donde una vez encuadrada la toma, nos permite desplazarnos dentro de la misma, trabajar con la profundidad del campo y producir diversos cortes en un mismo plano.  Tanto el foco como el cuadro son variables espaciales y están en relación con la coordenada temporal en la cual se está desplegando la escena que pretendemos tomar. En este sentido debemos señalar que la foto es un corte inmóvil de una duración. La foto congela el tiempo mientras la imagen cinematográfica lo modula. Como señala Deleuze la fotografía es una especie de moldeado, el molde organiza las fuerzas internas de la cosa de manera que en un instante determinado alcanzan un estado de equilibrio (corte inmóvil). Pero la modulación (cine) no se detiene por haberse alcanzado el equilibrio, y no cesa de modificar al molde, de constituir un molde variable, continuo y temporal (La imagen movimiento). De todos modos el tiempo de filmación no es el tiempo cronológico, ya que se produce igual una deformación temporal.
102: por ende es importante en la consulta no cerrar el campo, tomando la mayor cantidad de escenas posibles para luego poder trabajar sobre ellas. Ej: trabajar en una casa de flia del/los consultantes permite el despliegue de muchos puntos de vista. Importancia de la distancia psicólogo-paciente, con la posibilidad de trabajar este vector produciendo acercamientos o alejamientos en función de lo que es necesario, lo cual abre nuevos campos de visibilidad. Ubicarse a la distancia más adecuada para trabajar en función de lo necesario. La distancia es importante a la hora de producir puntos de vista, hay dos formas de no percibir un objeto que está dentro de nuestro campo visual: por muy cercano o por muy lejano.  Es importante con todos estos puntos de vista ir construyendo el guión que de sentido a la situación. Es en el montaje de los diversos puntos de vista donde se irá construyendo la trama.


Idem. Cap. “El devenir: entre la formación y la clínica” (Jorge Chávez):
131: una clínica móvil no naturaliza una técnica, pues esto implica una no problematización del ejercicio, la repetición de un dispositivo que sólo adquiere justificación en sí mismo, en su propio corpus teórico.  Es el posicionamiento ético el que posibilita generar líneas de fuga, atravesar, producir quiebres, y, y,y… Abrir visibilidad no es sólo tener múltiples miradas, es hacer rizoma, entrando en contacto con otras líneas, ritmos, diversas velocidades y afectos, que desde su clínica imponen un par que es indisoluble a ésta: la crítica.
132; quien llega a la consulta es una persona perteneciente a una comunidad, de ciertas condiciones económicas, con una familia particular, con un trabajo, etc. Líneas: individuos o grupos estamos hechos de líneas, de líneas de muy diversa naturaleza. La idea de complejidad da cabida a una concepción de sujeto no reducida a su Yo o al mito edípico, sino que hecha luz sobre las líneas que lo forman, lo modulan: líneas segmentarias duras como las instituciones, leyes, la escuela, el liceo, el cuartel, el trabajo; líneas moleculares como los amigos, la red de vínculos, vecinos, las máquinas y universos incorporales  con los que se conecta (de todo tipo: estéticas, científicas, revolucionarias, etc.). La teoría del campo subraya la importancia del hecho de que todo acontecimiento es resultante de una multitud de factores, dejar venir el campo indica el carácter múltiple que incide para que un sujeto (múltiples líneas) consulte.  Requiere nuestra disposición de permitir expresar en todos sus sentidos las líneas que trazan ese padecimiento.  Disponerse es ser afectado en ese encuentro. Nietzsche refiere que conocer es interpretar los hechos, valorar las cosas según la manera como nos afectan, ya que el mundo es susceptible de muchos sentidos e interpretaciones, e interpretar no puede ser sino subjetivizar (Deleuze-Parnet, Diálogos).
133: Como paso siguiente a esa afección se debe producir distancia y discriminar para la elaboración del “problema” a resolver. El problema tiene siempre la solución que merece en función de la forma en que se plantea, de las condiciones bajo las que es determinado en cuanto problema, de los medios y los términos de que se dispone para plantearlo (Deleuze, El Bergsonismo). Posibilidades de enunciación y visibilidad  que puede propiciar un dispositivo clínico que problematice sobre su propia disposición y los efectos que produce. Lograr sostener el deseo de quien consulta, propiciar que ese deseo experimente, que produzca agenciamientos: no pueden captar o concebir un deseo al margen de determinado agenciamiento en un plano que no preexiste, sino que debe ser construido. Lo importante es que cada uno, grupo o individuo, construya el plano de inmanencia que le permita sacar adelante su vida” (Deleuze-Parnet Diálogos).

Trabajo del compañero Marcelo Méndez sobre "Esquizofrenia. Rehabilitación Psicosocial Integral".

Introducción.

En el marco del curso seminario “Esquizofrenia. Rehabilitación Psicosocial Integral” hemos tenido una aproximación a las características de la rehabilitación, profundizando en el estudio de la esquizofrenia como psicosis crónica con evolución deficitaria.

El interés personal fue guiando mi aproximación más específica sobre reconocer los aspectos potenciales de la persona con esquizofrenia más allá de la sintomatología negativa que presente y también entender la influencia de la alta emoción expresada y el estrés en el aumento del riesgo de reagudizaciones. Puntualmente me centraré en torno al suicidio como consecuencia de la evolución deficitaria y el quiebre existencial, la pérdida de libertad y autonomía de la persona; y un tipo de tratamiento de rehabilitación que apunta a un abordaje “humanizante” en particular: el programa “Puertas abiertas” que funciona en la sala 14 del Hospital Vilardebó.

Para este fin, realizamos una entrevista en conjunto, con los compañeros Marcelo De Boni y Mariela Frontini, al Psicólogo Alfredo Perdomo, co-coordinador del programa; y se contó con la participación activa del usuario Herton Jerez Gerez por su propia iniciativa, quien nos compartió parte de su obra en el marco del programa (un cuadro y un bellísimo poema-canción de su autoría).

La experiencia significó en lo personal una vivencia de una intensidad inusitada, hasta en la percepción temporo-espacial, casi como si se tratara de un viaje.


Esquizofrenia.

Definición de Henry Ey:

Psicosis crónica que altera profundamente la personalidad y que debe ser considerada como una especie dentro de un género, el de las psicosis crónicas. Caracteriza por una transformación profunda y progresiva de la persona, quien cesa de construir su mundo en comunicación con los demás para perderse en un pensamiento autístico, o caos imaginario. Generalmente el diagnóstico se entiende como un conjunto de trastornos en los que dominan la discordancia, la incoherencia idea-verbal, la ambivalencia, el autismo, las ideas delirantes y las alucinaciones mal sistematizadas y perturbaciones afectivas profundas, en el sentido del desapego y de la extrañeza de los sentimientos, trastornos que tienden a evolucionar hacia un déficit y hacia una disociación de la personalidad.”

Desde el Manual de Psiquiatría de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (Vallejo Ruiloba, entre otros, 2009), se aborda la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos de una manera conjunta, y explica que las razones son las siguientes:

“a. No existen síntomas patognomónicos de la esquizofrenia, y los diferentes trastornos psicóticos en gran medida se diferencian entre sí por criterios arbitrarios de intensidad, duración y tipos de síntomas.
b. Los diferentes trastornos psicóticos se comprenden mejor como formando parte de un continuo de factores de riesgo, mecanismos fisiopatológicos, síntomas y curso/pronóstico.
c. Todos los trastornos psicóticos tienen en común tanto el tratamiento antipsicótico como el psicosocial, con aspectos particulares que variarán en función del tipo y gravedad del trastorno.”

El concepto de esquizofrenia no ha sido nunca uno, único y las diversas concepciones de la enfermedad han generado distintos modelos psicopatológicos sobre los síntomas y su origen. Por ejemplo, Emil Kraepelin puso mayor énfasis en el aspecto deficitario de las funciones psíquicas afectadas, EugenBleulersin embargo, sobre la desorganización del pensamiento y la afectividad, y Kurt Schneider en “el valor de las experiencias psicóticas psicológicamente incomprensibles”. (1970)

A partir de éstos y sus interpretaciones mezcladas es que surgen todas las otras. El DSM-IV es un ejemplo de cómo los “consensos”integran a los modelos clásicos en un único modelo, pero que los desvirtúa en una gran mezcla de síntomas, por lo que se registran unas 23 definiciones de esquizofrenia en el último siglo, esto ha motivado que históricamente se hayan descrito más de cien síntomas en la esquizofrenia, aunque muchos de ellos lo que cambia es la  intensidad o cualidad del mismo síntoma.

El patrón clínico más característico de la esquizofrenia podría ser la cronicidad de una combinación de síntomas negativos, desorganizados y psicóticos; sin embargo, el establecimiento temporal de la cronicidad no es algo del todo claro, así como la delimitación de otros trastornos psicóticos como el trastorno esquizo-afectivo, el trastorno delirante y determinadas psicosis atípicas.

La esquizofrenia se manifiesta por fases: premórbida (inespecífica), prodrómica (semiespecífica) y psicótica (específica). Habitualmente ocurre un tiempo de enfermedad no tratada, el que transcurre entre los primeros síntomas y el primer tratamiento. La evolución es muy difícil de prever porque depende de todo tipo de factores, como las redes sociales de apoyo, accesibilidad a la salud, consideración en el empleo y la familia; pero también factores que influyen negativamente, a saber: “antecedentes familiares de esquizofrenia, sexo masculino, mal ajuste premórbido, baja capacidad intelectual, edad de comienzo precoz, comienzo insidioso, ausencia de factores desencadenantes, síntomas negativos marcados en el primer episodio y falta de conciencia de enfermedad o de colaboración con el tratamiento.” (Peralta, Víctor y Cuesta, Manuel; 2009)

 Rehabilitación.

La palabra re-habilitación ha sido, por un tiempo, eje de discusión en el campo de la salud mental.

Ésta parece sugerir, que hay que volver a habilitar o de recuperar algo que se perdió, que actualmente no se tiene,Pero esta concepción ha cambiado, en la actualidad se interpreta que lo que se afectó de una forma u otra, debido a la enfermedad, ya no se pretende que vuelva a un estado anterior, sino que se piensa en la actualidad de la persona.

Siguiendo el Consenso Intercentros del Uruguay (Comisión Intercentros de Rehabilitación Psicosocial del Uruguay, 2005):

“…la Rehabilitación puede definirse como un modelo terapéutico integral basado en el paradigma biopsicosocial que apunta a mejorar la calidad de vida del paciente, su familia y la comunidad. Se encuentran entre sus objetivos específicos la prevención primaria, secundaria y terciaria, y está dirigido a las personas con trastornos mentales severos y persistentes. El trabajo en rehabilitación biopsicosocial desde lo cultural y ambiental, implica el encuentro entre la persona que presenta un trastorno mental, su familia, su entorno y el equipo referente.”

A nivel internacional surge la Declaración de Consenso con respecto al concepto de Rehabilitación Psicosocial entre diferentes organizaciones en el año 1997, en la cual se plantea:

“La Rehabilitación Psicosocial es un proceso que facilita la oportunidad a individuos – que están deteriorados, discapacitados o afectados por el handicap - o desventaja - de un trastorno mental – para alcanzar el máximo nivel de funcionamiento independiente en la comunidad. Implica a la vez la mejoría de la competencia individual y la introducción de cambios en el entorno para lograr una vida de mejor calidad posible para la gente que ha experimentado un trastorno psíquico, o que padece un deterioro de su capacidad mental que produce cierto nivel de discapacidad. La RP apunta a proporcionar el nivel óptimo de funcionamiento de individuos y sociedades, y la minimización de discapacidades, dishabilidades y hándicap, potenciando las elecciones individuales sobre cómo vivir satisfactoriamente en la comunidad”

A partir de las distintas definiciones, se trata entonces de “habilitar” funciones que no se ejercen lo suficiente y alentar el aprendizaje de otras funciones, que favorezcan habilidades sociales y laborales, es necesario un empeño consistente para entrenar estas funciones, debido a la “abulia”, o la poca motivación para cualquier actividad. De lo que se trata, entonces, es de fomentar un nuevo proyecto de vida, a través de nuevas capacidades potenciales.

Pero la rehabilitación tiene como condición necesaria, para que sea posible, que el usurario esté compensado, con la medicación adecuada y que no esté totalmente deteriorado psíquicamente.

En caso de ser efectiva la rehabilitación, se reducen notablemente las internaciones por reagudización, las dosis de medicación y se favorece la reinserción socio familiar.

A lo que se apunta, en definitiva, es a la mejora integral de la calidad de vida.

Calidad de vida.

El concepto dentro del campo de la salud es relativamente reciente, de la década de los 90.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) define calidad de vida como la “percepción del individuo de su posición en la vida en el contexto de la cultura y sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, expectativas, estándares y preocupaciones”

La longevidad característica de la vida moderna, no se relaciona directamente con una mejor calidad de vida. El estilo de vida moderno implica una serie de factores estresantes, potenciado por los cambios socio-tecnológicos. Hoy por hoy, se sabe que el estrés es determinante para enfermar y por supuesto, deteriora la calidad de vida.

“El Grupo de Trabajo Europeo de la Organización Mundial de la Salud (Levi, L., 2001) estima para el 2020 que el stress sea la causa principal de muerte, vinculándola en primer lugar a afecciones cardiovasculares y a las depresiones con su consecuente riesgo suicida.”(“Calidad de vida relacionada con la salud: Aspectos conceptuales” Schwartzmann, Laura; 2003)

Por otro lado, esto ha repercutido también en la atención en salud, la preocupación está puesta en los aspectos tecnológicos en detrimento de la relación comunicacional paciente – profesional; se sobrevive a un número mayor de enfermedades pero poco se promueve el bienestar.

El estrés propicia la cronicidad de determinadas enfermedades, lo cual determina la necesidad deuna medida como la de Calidad de Vida Relacionada con la Salud (CVRS)

Esta medida toma la percepción del paciente,para la evaluaciónde los resultados en salud. La medicina tradicional no tiene en cuenta que, el estado de ánimo es sumamente importante para el estado de salud, y también el soporte social.

El estrés y una medida pobre de la Calidad de Vida Relacionada a la Salud, traen como posibles consecuencias; especialmente entre pacientes esquizofrénicos; un estado depresivo que, en muchas ocasiones, tiene un desenlace fatal porque la persona decide acabar con el sufrimiento de modo definitivo.

 Depresión y suicidio.

“No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no vale la pena de que se la viva es responder a la pregunta fundamental de la filosofía. Las demás, si el mundo tiene tres dimensiones, si el espíritu tiene nueve o doce categorías vienen a continuación. (…) Matarse, en cierto sentido, y como en el melodrama, es confesar. Es confesar que se ha sido sobrepasado por la vida o que no se comprende ésta. Sin embargo, no vayamos demasiado lejos en estas analogías y volvamos a las palabras corrientes. Es solamente confesar que eso "no merece la pena". Vivir, naturalmente, nunca es fácil. Uno sigue haciendo los gestos que ordena la existencia por muchas razones, la primera de las cuales es la costumbre. Morir voluntariamente supone que se ha reconocido, aunque sea instintivamente, el carácter irrisorio de esa costumbre, la ausencia de toda razón profunda para vivir, el carácter insensato de esa agitación cotidiana y la inutilidad del sufrimiento.”(Camus, Albert; “El mito de Sísifo”; 1942)

El ensayo de Albert Camus: “El mito de Sísifo”, toma su título de un personaje de la mitología griega.Sísifohizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia; como castigo, fue condenado a quedar ciego y a empujar eternamente una roca gigante hasta la cima de una montaña, sólo para volver a caerse rodando hasta abajo, desde donde debía recogerla y empujarla otra vez hasta arriba y así para siempre.Sísifo representa a aquél que se muestra consciente de la completa inutilidad de su vida. También es aquél que, incapaz de entender el mundo, lo enfrenta sin embargo en todo momento a pesar de no comprenderlo. El hombre rebelde va a ser entonces, el que se encuentre en todo momento de frente al mundo y para ello se necesita una ética de la cantidad, no de la calidad, que sume la mayor cantidad de experiencias. Esta "eterna vivacidad", este enfrentarse siempre con el absurdo a través de muchas experiencias es justamente lo que daría sentido a no huir ni lamentarse de lo absurdo de la vida. Para Camus, Sísifo experimenta la libertad por un momento, cuando llega arriba con la roca y todavía no se ha caído. Ahí, Camus sentía que Sísifo, aun siendo ciego, sabía que en la cima, el paisaje sería hermoso y debía sentir como gratificante el haber conseguido el ascenso, aun cuando la recaída es inminente: "Uno debe imaginar feliz a Sísifo", dice Camus, y estos momentos de felicidad, aparentemente es lo que lo salva del suicidio.

Cástulo Cisneros, nos indica en “Depresión, suicidio y esquizofrenia” (2005) la importancia de la depresión en los pacientes con esquizofrenia, y que además muchas veces pasa desapercibida para los clínicos o confundida en otros síntomas, desencadenando que el suicidio sea lamentablemente común en personas con este padecimiento.

La atención debe estar fundamentalmente colocada en los elementos premórbidos, sobre todo los síntomas depresivos, a fin de poder tener un diagnóstico precoz y por ende un tratamiento adecuado.

Las observaciones clínicas han mostrado que las ideas suicidas se dan más, en los pacientes con alucinaciones auditivas y que más les cuesta el relacionamiento social. Varios autores relacionan a las ideas de autoeliminación con la disminución de la calidad de vida, es decir, depresiones recurrentes. “La disminución de la calidad de vida no es solamente el resultado del proceso esquizofrénico, sino que también está originada por la presencia de insatisfacciones vitales severas y los síntomas extrapiramidales desencadenados por la medicación antipsicótica.”(Cisneros, 2005)

La depresión se presenta en cualquiera de las etapas del curso clínicode la esquizofrenia.Es muy importante poder distinguir los síntomas depresivos de los síntomas negativos. En la depresión la tristeza es el eje en el que gira el cuadro clínico, sin embargo, en el paciente esquizofrénico sin depresión sobresale el embotamiento afectivo.

Además del cuadro depresivo propiamente dicho, se les debe sumar la atención también a otros indicadores de riesgo de suicidio, como la desesperanza y el aislamiento en lo social, generalmente potenciado por una mala situación en lo económico.

Desde el psicoanálisis se sostiene; a partir de planteos históricos, como los de Freud o Lacan; que en el suicidio:“habría un deseo de matar a otro, es evidente que el suicida supone triunfar sobre ese Otro inconsistente, herirlo de muerte o matarlo, con su propia muerte, como recurso último, ofreciendo su desaparición como sujeto y quedando como resto, como cosa, definitivamente, sin pretender un después.”(Barrionuevo, J. “Suicidio e intentos de suicidio”, 2009)

Cástulo Cisneros;en la revista de Psiquiatría Biológica;como complemento a su planteo de un posible tratamientocon antipsicóticos con determinadas características fundamentadas en su presentación, menciona también el tratamiento psicosocial, en el que incluye estrategias de psicoterapia de tipo individual, grupal y familiar, con el fin de captar cuanto antes los síntomas depresivos y la sensación de desesperanza, intentar en la medida de lo posible mejorar redes sociales que pueda tener de apoyo, en definitiva, desarrollar estrategias tempranas de para enfrentar una probable depresión

Tomando como referencia el artículo “Hacia una Rehabilitación Psicosocial Integral en el Uruguay” de  Dogmanas,del Castillo y  Villar, sabemos que en los últimos 25 años en nuestro país se han ido realizando una serie de cambios en el marco del Plan Nacional de Salud Mental (1986), la humanización de los tratamientos, la descentralización de los servicios asistenciales, la creación y desarrollo de la Red de SaludMental y la mejora de los tratamientos psicofarmacológicos, todo esto ha llevado a que la población de los asilos haya disminuido. Esto habilita a la profundización de los abordajes psicosociales.


 “Humanización de los tratamientos”.

La búsqueda entre tanto absurdo, del momento de felicidad del Sísifo; de esos momentos,que lo salvan del suicidio

Un ejemplo para referirnos a la “humanización” de los tratamientos, para la profundización de los abordajes psicosociales en la rehabilitación de pacientes con esquizofrenia, es justamente el denominado por sus coordinadores “Espacio humanizante”;programa “Puertas abiertas” que funciona en la sala 14 del Hospital Vilardebó.

“Este espacio, que para la dimensión técnicoinstitucional es de rehabilitación psicosocial, para nosotros es un espacio humanizante y productivo”(Perdomo, A; Penino, R; “Un espacio humanizante en un hospital psiquiátrico”, 2012)

Se trata de un dispositivo de Rehabilitación Psicosocial para pacientes internados en el sector Hombres del Hospital PsiquiátricoVilardebó; consta de diversos talleres y modalidades grupales, con fundamentos en la Terapia Gestalt y el Esquizoanálisis esencialmente.Está a cargo de los Licenciados en Psicología: RáulPenino (fundador en el año 1993) yAlfredo Perdomo (desde 1994).

Desde una postura más cercana al Esquizoanálisis, la “locura” (o lo patológico diríamos), se entiende como un “quiebre en el devenir existencial en el sujeto” hasta ahora, es decir, a este momento; y se vuelca toda la atención a las potencialidades que tenga, a pesar del deterioro propio del padecimiento, en el entendido que la producción psíquica no se detiene, sino que, a veces, gracias a la posibilidad de “emerger” que se le brinda, toma una intensidad muy grande. Todo esto enmarcado en una actitud frente al usuario, que dista de ser como el tradicional “encuadre” de las técnicas psi; sino que se privilegia el encuentro y el vínculo: “lo humano por sobre lo técnico”.

El cambio drástico, en el sujeto internado, del entorno familiar-barrial, a lo institucional, genera la necesidad de conectarse de otros modos, inéditos hasta ahora, y tener que realizar un proceso de individuación. El trabajo en la sala, apunta a facilitar esta producción de la subjetividad en los tres niveles que señalaron Deleuze y Guattari;  a saber: Producción de Producción (lo nuevo, creativo, etc.). Producción de Reproducción (aquello que se mantiene más o menos igual o estable – lógicas institucionales por ejemplo) y Producción de Antiproducción (lo destructivo, necesario para la construcción de lo nuevo). Niveles que deben pensarse siempre entreverados entre sí, por lo que no es fácil identificarlos; además la producción de subjetividad (nuestra autoproducción o autopoiesis) está profundamente influenciada por nuestro entorno.

“El usuario de este Hospital, en el proceso de internación, necesita generar nuevas autopoiesis que lo hagan tender a una mínima producción estable. Se puede decir que la falla principal está en el Proceso de Reproducción (pero no exclusivamente, la Producción y la Antiproducciòn siguen jugando). Le falta la estructuración psíquica necesaria para tolerar de otra forma tanto al Ello como a la Realidad.”(Perdomo, A; 2012)

El dispositivo funciona en base a estímulos de todo tipo, que permitan potenciar la subjetividad tendiendo a que esta autopoiesis se enriquezca. Lo que se pretende es; primero, generar efectos de rehabilitación psicosocial en los usuarios; además, generar cambios que sean beneficiosos para el usuario y su posible reinserción social. Intentar que la internación, a través de este espacio, sirva como sostén de su situación.

El método a través del cual esto se lleva a cabo sería: Generar devenires espaciotemporales subjetivantes, en Modalidades Grupales y Psicosociales. Estos espacios y los estímulos que lo conforman, requieren de un esfuerzo personal del paciente para conectarse con las dinámicas, tiene que modificar su “sí mismo”, debe adaptarse. En este contexto, deben adoptarse oportunas Tecnologías del Yo [término del Psicólogo Michel Foucault:  “Son tecnologías que permiten localizar a un sujeto en el medio de un complejo entramado de técnicas, procedimientos disciplinarios y dispositivos del poder, por ejemplo: “tecnología de la confesión que asegura el “autoconocimiento” desde la introspección, es decir, el “autoexamen de conciencia”, el que descifrado de un modo adecuado por los expertos, le permitía al sujeto alcanzar la “normalidad” y la “salud mental”. (Albano, S. Michel Foucault. Glosario de Aplicaciones. 2005)].

El estímulo se da a través de lo que denominan “grupos dinámicos espontáneos”. Los materiales a encontrar en la sala pueden ser: mesa de pin pong, juegos de mesa, materiales para dibujo y pintura, libros, etc; y recursos humanos a disposición del usuario, teniendo en cuenta algunos necesarios límites y una continentación oportuna, según las distintas situaciones; por ejemplo: no fumar, no usar la sala como comedor, no entrar sin ropa ni descalzo, (higiene adecuada) etc.

“Ejemplos de esta Dinámica: mientras algunos usuarios juegan al pin pong, otros leen, otros conversan entre sí, otros conversan en un grupo espontáneo con el Psicólogo (donde en función de la situación implementará las reglas que técnicamente vea adecuadas), etc…”(Perdomo, A; 2012)

A continuación se detallan los talleres dirigidos por psicólogos, profesores, estudiantes y enfermeros:
“Locos por el arte” (espacio de expresión artística)
Taller de Humor (se cuentan y leen chistes, situaciones de humor, etc.)
Taller de Música (se cantan y tocan canciones conocidas, y también se crean nuevas piezas)
Taller de Periodismo (espacio de producción de proyecto de Diario del Hospital)
Taller Divagarium (a partir de estímulos, que pueden ser una canción, una lectura, etc. se da un espacio de producción oral).
Taller de Cerámica (espacio de producción de arte con dicho material)

 Algunas líneas a modo de cierre.

Esta “filosofía” por denominarlo de alguna manera, la interpreto; desde mi lugar de estudiante para la reinserción social del sujetointernado, en este tan duro proceso de crisis que vive; como relacionada de algún modo, al mito de Sísifo. La inclusión del arte, a través de todos los talleres, la posibilidad de que existan “puertas abiertas” de relacionamiento con el afuera para atenuar de alguna forma como sea posible, o mejor dicho, sobrellevar la terrible experiencia del padecimiento en sí mismo, más los efectos secundarios no deseados de los necesarios tratamientos farmacológicos, que muchas veces dificultan aún más el relacionamiento psicosocial, en definitiva, un espacio humanizante, en el que se sumen momentos como el de Sísifo en la cima, feliz aunque sea por un instante y el rodar abajo se sepa inminente. El producir, el compartir, el sentir, como posibilidad entre tantas dificultades, para un mejor pronóstico, o al menos para que el absurdo de la fatiga producida por el dolor, no genere el desenlace suicida del esquizofrénico.

El gran error, el único error, sería creer que una línea de fuga consiste en huir de la vida, evadirse en lo imaginario o en el arte. Al contrario, huir es producir lo real, crear vida, encontrar un arma” (Deleuze, G; Parnet, C; “Diálogos”, 1980)





Referencias.

-López-Ibor, J. (2002). “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. DSM-IV-TR”. Masson.
- Ey, Henry. (1996). “Tratado de Psiquiatría”.Masson.
- Del Castillo, Villar,Dogmanas. (2011) “Hacia una Rehabilitación Psicosocial Integral en el Uruguay”. Psicología, Conocimiento y Sociedad, Vol 1, No 4. Recuperado de http://revista.psico.edu.uy/index.php/revpsicologia/article/viewArticle/102
- Schwartzmann, L. (2003) “Calidad de vida relacionada con la salud: aspectos conceptuales” Ciencia y Enfermería. vol.9 no.2 Concepción. Recuperado de http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-95532003000200002&lng=en&nrm=iso&ignore=.html
- Cisneros, C. (2005) “Depresión, suicidio y esquizofrenia” Avances en Psiquiatría Biológica Vol 6. Recuperado de http://issuu.com/psiquiatriabiologica/docs/8_depresi__n_suicidio_y_esquizofren/1?e=5742529/5777744
- Palomo;  Jiménez-Arriero. (2009)“Manual de Psiquiatría”. Asociación Española de Neuropsiquiatría. Recuperado dehttp://www.aen.es/docs/Manual_Psiquiatria.pdf
- WAPR (Asociación Mundial de Rehabilitación Psicosocial)OMS (Organización Mundial de la Salud) (1997) “Rehabilitación Psicosocial:Declaración de Consenso WAPR / WHO”. Recuperado dehttp://www.asvar.es/WHO_WAPR_Declaracion_de_consenso_esp.pdf
- Deleuze, G; Parnet, C; (1980) “Diálogos” Recuperado de http://gnoseologia1.files.wordpress.com/2011/07/deleuze-gilles-claire-parnet-dialogos.pdf
- Ferreira M, (2006) “Inclusión y el aporte específico de las artes plásticas en el proceso de rehabilitación” Recuperado dehttp://www.arteysalud.psico.edu.uy/articulos/art%202008/articulo%20mariana.html
- Perdomo, A. (2012) “Un espacio humanizante en un hospital psiquiátrico” Recuperado dehttp://www.psicologos.org.uy/documentos10/XXIEncuentro_trabajos2010/XXI%20Encuentro%20Trabajo_Perdomo%20Penino.pdf