ESQUIZOANÁLISIS Y LOCURA
Una historia posible y sus proyecciones en la
actualidad
(Trabajo presentado en diferentes versiones en: 7º Encuentro Nacional de Psicólogos de Salud Pública -Uruguay-, 4º Congreso Internacional de Esquizoanálisis y Esquizodrama -Brasil-, 12º Congreso Internacional de Salud Mental y Derechos Humanos -Argentina-, II Jornadas Gilles Deleuze -Argentina-, y además una de sus versiones anteriores fue publicada en Revista Campo Grupal -Argentina-).
Lic. Alfredo Perdomo (Psicólogo que se desempeña en
clínica liberal y en el Hospital Vilardebó, Esquizoanalista egresado del Centro
Félix Guattari de Montevideo y Miembro del equipo docente del mismo).
¿Por qué generar una práctica de trabajo con la
locura, por qué creer que vale la pena? Los flujos esquizoanalíticos están
ligados desde el arranque a los movimientos vitales, liberadores,
revolucionarios. Por ello es que sentimos profundamente estas bellas palabras
de Guattari: “Este deseo de liberación fundamental para introducirnos a una
práctica revolucionaria llama a que salgamos de los límites de nuestra persona,
que volquemos en nosotros al sujeto, que salgamos de la sedentariedad, del
estado civil para atravesar los espacios del cuerpo sin fronteras, y vivir en
la movilidad deseante más allá de la sexualidad, más allá de la normalidad, de
sus territorios, de sus repertorios.” (“Para terminar con la masacre del
cuerpo”. 1973)
Las fuerzas del sacerdote, del resentimiento, del
capitalista, del esclavista enferman, generan miseria, desamor, desencuentro,
mala locura. Por ello es necesario y deseante romper ciertos modos de la
normalidad y el sedentarismo, de una adaptación pasiva en el mundo. Vivir en la
“movilidad deseante” implica también un querer, amar al otro (tal vez otro modo
de amarse a sí mismo, siguiendo aquella frase que tanto han popularizado las
Madres de Plaza de Mayo: el otro soy yo). Por ese querer, por ese amor (o
Deseo, o Producción), vale la pena vivir.
Desde 1994 estoy conectado a prácticas diversas
dentro del ámbito del denominado “hospital psiquiátrico” y la locura en su más
crítico y angustiante sentido (aunque no en el más preocupante, coincidiendo
plenamente con Baremblitt en una conferencia sobre Guerra y Locura realizada en
uno de los Congresos de Salud Mental y DDHH, donde señala que los locos más
peligrosos son los que ocupan los principales lugares del poder mundial). Con
el amigo y compañero de ruta Raúl Penino hemos hecho varios viajes, con
diversos compañeros, en el campo de la denominada “Rehabilitación” (campo que
prefiero denominar Acompañar o Humanizar siguiendo también a Penino, o
potenciar o subjetivar siguiendo conceptualizaciones esquizoanalíticas). Penino
es un colega que fundó el Programa Puertas Abiertas en 1993, permitiendo que
voluntarios hagan diversas praxis desmanicomializantes en el principal Hospital
Psiquiátrico del país, integro este Programa nómade desde 1994 y llevo desde
hace algunos años la co-coordinación del mismo.
Talleres lúdicos, teatro, clínicas tanto dentro como
fuera del consultorio e incluso fuera del hospital en muchos momentos (lo que
se denomina comúnmente “acompañamiento terapéutico”, que no son más que
modalidades de la clínica e incluso de la psicoterapia), grupos con diversas
modalidades de trabajo, etc. En 1996 me marcó la primera vez que fui a Buenos
Aires en mi vida, y la primera semana de convivencia a su vez con compañeros
internados y externados que componíamos junto a estudiantes de psicología y el
equipo director y técnico a cargo, un intenso grupo de teatro. Fue en el marco
del Encuentro Internacional de Artistas Internados en Hospitales Psiquiátricos.
Una experiencia riquísima, donde por primera vez escuché no sólo la voz de los
profesionales, de los expert, sino también la de los más involucrados porque
son quienes padecen la cuestión: los pacientes, los internados, los usuarios.
Antipsiquiatría y Desmanicomialización fueron dos términos que empezaron a
pegar fuerte en mi ECRO (Término del Dr. E. Pichón Rivère: Esquema Conceptual,
Referencial y Operativo).
Antipsiquiatría no es estar contra los psiquiatras,
ni desmanicomializar es cerrar los manicomios y a otra cosa. Los principales
gestores del movimiento antipsiquiátrico y desmanicomializador han sido
psiquiatras. Y no han dejado de dar medicación ni atención médica. Desmanicomializar
es llegar a un sistema que sustituya la actualidad de la atención aún muy
centrada en el hospital psiquiátrico, por una red que sostenga, por ejemplo:
las internaciones en hospitales comunes y/o comunidades terapéuticas, aumento
considerable de los centros diurnos y nocturnos de rehabilitación, trabajo y leyes y estructuras sociales que sostengan
económica y laboralmente al sujeto con trastornos mentales crónicos, programas
de vivienda digna sustentable, inclusión social en su más amplio sentido, etc.
Indudablemente que toda la difusión en pro de sensibilizar la situación de
estas personas y desestigmatizar es fundamental. Desmanicomializar es también
generar conciencia crítica en nuestras cabezas, y que no sean las lógicas
psiquiátricas ni las manicomiales las que imperen el pensamiento y acción sobre
la locura, incluso en el más amplio sentido: sobre la vida.
Movimientos socio-históricos mundiales vienen
gestándose, en forma clara al menos desde los años 50-60, arrancando con los
antipsiquiatras europeos (Basaglia, Laing y Cooper entre los más destacados),
proponiendo modos de integración y terapéuticas psico-sociales a la
problemática de los internados en los manicomios. Así se ha desplegado todo un
movimiento de activistas, profesionales de la salud e intelectuales (entre los
cuales podemos destacar a Castel, Guattari, y Rotelli, entre tantos otros) en
Europa y América que han trabajado a lo largo de varios encuentros y movidas
que pudieron llegar a logros en lo institucional, legal, sanitario y social,
incluso en cuanto a avances en democracia y derechos humanos al respecto de
estas personas sumergidas en una cosificación subjetiva histórica a lo largo de
varios siglos. En varios países se lograron cambiar reglas de juego como en
Italia, Brasil y Argentina, donde se prohibió la creación de nuevos hospitales
psiquiátricos y se llevan a cabo reformas desmanicomializantes, apuntando a
otras estrategias de intervención sanitaria y de inclusión social.
Y vale aclarar que en este camino, quienes
trabajamos el esquizoanálisis, desde el lugar de psicólogos, educadores,
artistas, filósofos o el que fuera, tenemos mucho para aportar, desde lo
técnico, inventivo y crítico-productivo. Porque sin dudas es necesario tanto
hacer como formarse, estudiar, profundizar. En esa línea rescato las palabras
de Félix Guattari en 1991, quien señaló que con la Antipsiquiatría tuvo “muchas
afinidades pero también muchas ambigüedades”. “Lo que me molestaba en Laing era
que para él las dimensiones políticas y sociales no tenían prácticamente ningún
valor” (Guattari, F. “Antipsiquiatría, psicoanálisis e institución”. En: Guattari, F. (1998) “El
devenir de la subjetividad”. Santiago de Chile, Ed. Dolman). Participó el
francés con Basaglia y Jervis en Italia, moviéndose con los partidos políticos,
buscando abolir los hospitales psiquiátricos. “Pero al mismo tiempo, la
dimensión prepersonal, analítica, de producción de subjetividad, no solamente
en el campo social, sino también en el de la creatividad social y del análisis
en su sentido más amplio (psicoanálisis, autoanálisis, análisis de grupo,
pedagogía institucional), carecían de interés para Basaglia” (idem). Guattari le reprochaba mucho esta postura, señalándole
que al margen de lo capital de las acciones sociales, se debía tener también
una posición crítica y de formación en el terreno de las técnicas: psicoterapia
para los psicóticos, técnicas de psicoterapia para los niños, psicoterapia de
grupo, psicoterapia institucional, etc. En 1965 se crea la Red Alternativa a la
Psiquiatría, con muchos encuentros en Europa y América. “Las cosas se
deshicieron mucho porque todo se deshizo en Europa. Actualmente atravesamos un período de hielo, pero el problema sigue
ahí. Afortunadamente, aún perduran algunos centros alternativos muy
interesantes que se originaron a partir de esa red, por ejemplo en Trieste, en
torno a Franco Rotelli, que es el sucesor de Basaglia. Ahí asistimos a un
principio de síntesis entre diferentes perspectivas. A la vez, hay todo tipo de
actividades microsociales, con la creación de cooperativas, en los cuales se
encuentran no solamente los antiguos enfermos mentales, sino también personas
con problemas sociales, delincuentes, cesantes, prostitutas. Son centros de creación institucional muy
apasionantes. Siempre hay esa perspectiva de acción en el campo social, no
solamente en Italia, sino a nivel internacional. El grupo de Franco Rotelli interviene
en Brasil, Grecia, entre otros países” (idem). Cabe resaltar la gran
implicación que tuvo Félix Guattari con la locura desde su praxis iniciada
desde muy joven en la clínica La Borde, espacio en el que trabajó hasta su
muerte, y donde su experimentación se plasmó en buena parte de la obra
esquizoanalítica, tanto la escrita a dúo con Deleuze como sus textos
personales. Hoy día La Borde en Francia
es un lugar clave de las prácticas desmanicomializantes en el mundo (ver
Grebert, L, en Bibliografía)
Mis más recientes contactos con ese tipo de
experiencias han sido en algunos de los Congresos Internacionales de Salud
Mental y DDHH (organizados por Madres de Plaza de Mayo), donde se han expuesto
experiencias de este tipo en Brasil y Argentina, así como han mostrado la
continuación y la actualidad del proceso en Trieste. En 2012 visitó nuestro
país Ramón Blasi, psiquiatra catalán que con varios colectivos lleva más de 30
años haciendo camino en el mismo sentido, logrando no solo una importante
des-hospitalización sino también la inserción al mundo laboral de varios locos,
la apuesta a proyectos comunitarios y cambios legales que apoyan la reinserción
socio-laboral de estas personas. También estuvo en el mismo marco de
conferencias y cursos que el Ministerio de Salud Pública llevó a cabo ese año,
el terapeuta ocupacional chileno Alejandro Guajardo, quien con varios
compañeros chilenos han llevado 4 procesos de desmanicomialización en
diferentes lugares de su país, y nos ha invitado a trabajar desde una impronta
ética y estética muy compartibles.
En Uruguay se prometió desde este gobierno en la
Facultad de Psicología en el 2012 que las Colonias Psiquiátricas se cerrarían
en 2020. Y cabe esperar de aquí en más cambios en este sentido. Evidentemente
este cambio que el Estado y la Psiquiatría a su servicio están iniciando, van
de la mano con la ética de la eficacia neoliberal: “el neoliberalismo al igual
que el cientificismo, se conciben, sustentan en una ‘racionalidad instrumental’
es decir: la racionalidad de la acción humana con ‘arreglo a fines’ y no con
‘arreglo a valores’. Esto implica una ‘ética de la eficacia’” (Giorgi, V;
Rebellato, J.L.; del Huerto Nari, M. “Incidencia de la cultura neoliberal sobre
la salud, sus técnicos y sus instituciones”. En: “Segundas Jornadas de
Psicología Universitaria”. Montevideo-Uruguay. 18 y 19 de agosto de 1995. Ed.
Multiplicidades.). Y es que los administradores estatales han visualizado el
enorme gasto que acarrean las estructuras de atención psiquiátrica tal cual
están en la actualidad. “Esto es un cálculo ya hecho por Franco Basaglia veinte
años atrás, que cuesta muchísimo menos una Red que el Hospital Psiquiátrico.
Cuesta mucho menos, ¿por qué?. Porque directamente dentro del Hospital
Psiquiátrico hay estructuras que se están alimentando no sabemos muy bien para
qué” (idem).
Evidentemente estos cambios tienen su raigambre en
los nuevos devenires sociohistóricos. Estamos pasando de las sociedades
disciplinarias a las sociedades de control. Pasaje que marca la crisis de los “moldes” de los encierros (prisión, hospital,
escuela, etc.) a la “modulación” de los controles que actúan “como un molde autodeformante que cambiaría
continuamente, de un momento a otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un
punto al otro” (Deleuze, G. “Posdata sobre las sociedades de control”. En
“Conversaciones”, Ed. Pre-textos). Según Deleuze tal pasaje marca el principio
del fin de las grandes organizaciones de encierro fundadas en el siglo 19
(escuela, fábrica, cuartel, etc.) y productoras de subjetividad disciplinada,
al control de la subjetividad a través de espacios abiertos modulándola a
través de la organización del tiempo libre y la vida cotidiana, la televisión,
la informática, el control satelital, etc…. produciendo básicamente una subjetividad
diagramada por el marketing, endeudada y consumista. Y en estos cambios urge la
modificación de las instituciones. “Por ejemplo, en la crisis del hospital como
lugar de encierro, la sectorización, los hospitales de día, la atención a
domicilio pudieron marcar al principio nuevas libertades, pero participan
también de mecanismos de control que rivalizan con los más duros encierros”
(idem).
El capitalismo sabe digerir y procesar en función de
sus intereses aquello que se le resiste. Así está pasando con el cierre de los
manicomios, uno de los principios más caros de la Antipsiquiatría y la
Contracultura en los años 60 y 70. Dicho movimiento no se restringió al cierre
de los manicomios, lleva intrínseco un devenir ético-político de cambio en las
relaciones sociales y en el lugar del poder médico-psiquiátrico. Celebremos la
desmanicomialización y estimulémosla en los lugares donde aún falta mucho por
desplegar y potenciar (como es muy evidente en Uruguay), pero urge no quedarse
alli. Las políticas de normalización continúan y aún podemos esperar monstruos
tanto o más temibles que el manicomio (basta esperar los aún insospechados
alcances que pueden tener los descubrimientos genéticos, la tecnología de la
clonación entre otros). Por ello vale la pena re-visitar críticamente, desde los textos
antipsiquiátricos clásicos, los de los institucionalistas y esquizoanalistas y
los de sus seguidores, al igual que los de la Psicología Social rioplatense,
así como investigadores de la talla de Goffman, Szaz o Foucault. Porque en
ellos hay toda una tradición de posicionamiento crítico hacia el poder
psiquiátrico, que puede ser muy útil para la generación de nuevos valores y
prácticas alternativas, transformadoras y desalienantes.
Desde este lugar reafirmo mi pertenencia e invito a
sumarnos en el marco de la lucha por cambios que genera el múltiple colectivo
denominado “Asamblea Instituyente Salud Mental, Desmanicomialización y Vida
Digna”, integrado por diversos actores profesionales y sociales. Surgió a
mediados del 2012 este gran colectivo compuesto por trabajadores de la salud,
estudiantes, usuarios, familiares y otras organizaciones sociales. Colectivo
que se propone realizar este año, en la semana de la Salud Mental en Octubre,
el Primer Encuentro Antimanicomial en Uruguay. Lleva en su planteo fundante las
siguientes propuestas que presento en este documento generado por el colectivo:
“Caracterización de la Asamblea:
Instituyente:
• Visibilidad
de condiciones de vulneración de Derechos, de producción de violencia institucional
y de relaciones de poder.
• Multiplicación
de prácticas de acción colectiva que promuevan vínculos solidarios y de
encuentros con la diferencia.
Salud Mental:
• Entendemos
la Salud Mental desde una perspectiva integral y como un Derecho Humano
fundamental. Salud entendida desde la acción transformadora.
• Como
se define en la propuesta de Anteproyecto de Ley de Salud Mental, implica:
“...la capacidad de participar en las
manifestaciones del entorno, promoviendo el desarrollo físico, intelectual,
afectivo y social y el de una serie de capacidades actuales o potenciales como
la solidaridad, la creatividad y la responsabilidad, la capacidad de amar,
trabajar disfrutar y tolerar. Y está vinculada a la concreción a los derechos
al bienestar, al trabajo, a la seguridad social, a la vivienda, a la educación,
a la cultura, a todas las expresiones artísticas, a la capacitación y a un
medio ambiente saludable, entre otros, inherentes a todas las personas,
teniendo en cuenta la equidad entre los géneros y las generaciones y la no
discriminación.” (Anteproyecto de Ley de Salud Mental, 2009)
Desmanicomialización:
• Desestigmatización
de la locura
• Entendemos
la lógica manicomial como una lógica de normalizacion y homogeneizacion, lógica
victimizante, estigmatizante y patologizante, de producción de aislamiento y
soledad.
• Consideramos
que la lógica manicomial no sólo está ubicada en el espacio hospitalario, entre
muros o rejas, sino también en las formas de relacionamiento y la construcción
de identidades psiquiatrizadas.
• Ante
esta realidad, se hace necesario promover prácticas sustitutivas humanizantes,
participativas, creativas y transdisciplinarias.
- Generación
de un modelo de atención que tenga en cuenta los siguientes puntos: vivienda
digna para las personas que egresan de internaciones, no a las insalubres casas
de salud, apoyar un sistema de cuidados adecuados, generación desde el Estado y
con regulación de éste de más centros de rehabilitación y sostén social,
des-hospitalización adecuada y progresiva, creación de espacios de atención
para crisis agudas en hospitales comunes y en pequeños centros al estilo de
comunidades terapéuticas (no más de 20-30 pacientes) con internaciones lo más
breves posibles.
Vida Digna:
• Promovemos
una ética que permita y promueva el ejercicio de la vida desde la autonomía, la
libertad, la singularidad y la acción transformadora, que garantice el acceso
pleno a condiciones de vida digna.
• Por
una Ley de Salud Mental
• Por
la despatologización de los modos de existencia no-hegemónicos
• Por
la no mercantilización de la salud
• Por
la participación y restitución de derechos de los usuarios y usuarias de la
salud”.
En esa lucha estamos, enfrentando las lógicas
manicomiales que más que en edificios represores están en los modos de
pensamiento reaccionarios estigmatizantes y discriminadores, en ese sentido
circulan estas lógicas en todo el campo social y subjetivo. Por eso es que la
máquina de guerra que enfrente este aparato de captura estatal debe ser
múltiple y atacar diferentes espacios de poder, buscando la mayor cantidad
posible de alianzas. Al modo de la lucha de Basaglia y los antipsiquiatras
italianos, buscando alianzas con organizaciones sociales y movimientos
políticos que se comprometan con la cuestión de la locura. El modelo de Italia,
con sus claros y oscuros, sigue siendo señero en este sentido, está a la
vanguardia en el mundo en lo que respecta a una Salud Mental
Desmanicomializadora e Inclusiva. Así al menos lo muestran los diferentes
documentos publicados recientemente en Uruguay en el libro compilado por Nelson
de León (pieza clave de la Asamblea Instituyente) titulado “Abrazos.
Experiencias y narrativas sobre la locura y la salud mental” (ver
Bibliografía), donde aparecen trabajos de varios uruguayos que hicieron
pasantías en diferentes lugares de Italia y, sobre todo, el artículo de Pasqualino
Evaristo, psiquiatra brasileño que ha trabajado en la reforma italiana desde
1978.
La situación de Argentina ha mejorado mucho desde
los procesos desmanicomializantes en provincias como Río Negro y San Luis,
junto a la aprobación de una ley muy beneficiosa en lo que respecta a la salud
mental, a la que obviamente la multitud instituyente debe defender. Brasil ha
tenido un fuerte movimiento con su reforma psiquiátrica que ya lleva varios
años en marcha (ver Amarante), donde Félix Guattari (entre tantos otros
intelectuales europeos y latinoamericanos) han dado sus aportes conceptuales y
de debate (ver de Guattari y Rolnik “Micropolíticas”). Gregorio Baremblitt,
introductor del Esquizoanálisis en el Río de la Plata y buena parte de América
Latina, lleva a cabo con sus compañeros y organizaciones aportes en ese
sentido, trabajando con psicóticos en proyectos laborales sustentables y
apostando a la inserción laboral y social de estas personas, y sobre todo a su
re-invención subjetiva, en el estado de Belo Horizonte (ver Bibliografía:
Baremblitt y Bichuetti). También el Filósofo Peter Pál Pelbart lleva a cabo una
tarea muy interesante en el mismo sentido, con una agrupación teatral integrada
por personas con padecimientos psiquiátricos en Brasil.
Cabe agregar que el próximo Congreso Internacional
de Esquizoanálisis y Esquizodrama, que será el año próximo en Montevideo,
tendrá como eje la situación de la Salud Mental en América Latina y Uruguay, y
debatirá las propuestas de cambio y desmanicomialización. Sigamos pues haciendo
camino, conectando deseantemente las diversas máquinas científicas, analíticas,
artísticas y revolucionarias (entre otras), generando procesos de afirmación de
la vida.
BIBLIOGRAFÍA:
-Amarante, P. (2006) “Locos por la vida. La
trayectoria de la reforma psiquátrica en Brasil”. Bs. As. Ed. Madres de Plaza
de Mayo.
-Baremblitt, G. (2003) “Introducâo à
Esquizoanálise”. Belo Horizonte, Ed. Biblioteca do Instituto Felix Guattari.
-Bichuetti, J. (1999). “Lembranças da Loucura”. Belo
Horizonte, Ed. Biblioteca do Instituto Felix Guattari.
-Bichuetti, J. (2000). “Crisevida. Outras
Lembranças”. Belo Horizonte, Ed. Biblioteca do Instituto Felix Guattari.
-Cano, A. (2013). “Algunos desafíos para la
desmanicomialización en el Uruguay”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y
narrativas acerca de la locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.
-Curto, M. (2013) “Locura: aproximaciones éticas y
estéticas”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y narrativas acerca de la
locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.
-Deleuze, G. (1990) “Posdata sobre las sociedades de
control”. En “Conversaciones”, Ed. Pre-textos.
-Evaristo, P. (2013) “La desinstitucionalización de
la psiquiatría en Trieste y en Italia”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias
y narrativas acerca de la locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.
-Giorgi, V; Rebellato, J.L.; del Huerto Nari, M.
“Incidencia de la cultura neoliberal sobre la salud, sus técnicos y sus
instituciones”. En: “Segundas Jornadas de Psicología Universitaria”.
Montevideo-Uruguay. 18 y 19 de agosto de 1995. Ed. Multiplicidades
-Grebert, L. (2013) “Clinique La Borde. Un espacio
de vida”. En: de León, N: “Abrazos. Experiencias y narrativas acerca de la
locura y la salud mental”. Ed. Levy, Montevideo.
-Guattari, F. (1998) “El devenir de la
subjetividad”. Santiago de Chile, Ed. Dolman
-Guattari, F. “Para terminar con la masacre del
cuerpo”. 1973. Texto publicado originalmente de manera anónima en la revista
francesa Recherches n° 12, 1973, intitulada “Tres mil millones de pervertidos:
Gran enciclopedia de las homosexualidades”, en la que entre otros participaron
Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jean Genet, Guy Hocquenghem y Jean-Paul Sartre.
El gobierno francés decomisó y destruyó todos los ejemplares de la revista y
tomó cargos contra Félix Guattari, director de la publicación, acusándolo de
“afrontar a la decencia pública”. Publicado en http://artilleriainmanente.blogspot.mx
-Guattari, F; Rolnik, S. (2006) “Micropolíticas.
Cartografías del deseo”. Bs. As. Ed. Tinta Limón.