viernes, 6 de enero de 2017

GRANDE EL PUEBLO URUGUAYO

Ante la gran imbecilidad que vemos manifestarse en la vecina orilla con respecto a las problemáticas relacionadas con "la seguridad", donde parece que la culpa de todo la tienen los gurises pobres, escribo estas líneas. Argentina ya bajó la edad de imputabilidad a 16 años, y la gran pseudosolución que ofrece el facho-nazi de Macri es bajarla aún más, a los 14. Si seguimos así puede que se dé la locura que presentaba hace unos años aquel murgón de La Mojigata, donde terminaban bajándola al momento del parto.

El Capitalismo tiene claro que estos procesos son parte de las mutaciones del Imperio Neoliberal, que ya casi sin tapujos está señalando que no precisa de todos los humanos (incluso tampoco de muchos seres vivos más) para continuar su loca carrera desterritorializante destructiva eco-fágica. Como canta La Trampa (que por suerte tras varios años de ausencia anuncian nuevos recitales en marzo!!), "la talarrasa homicida aumenta mi insurrección" ("Las décimas", del CD "Laberinto").

Por suerte por aquí en su momento el pueblo uruguayo no la gileó tanto, logró detener la absurda movida derechista impulsada por el hijo del dictador. No faltan igual voces que se levantan pidiendo palo y manodura para "terminar con la delincuencia", al mejor estilo Goyo Álvarez (otro dictador que se lo llevó el 2016, sin declarar nada de sus secretos sobre los desaparecidos que el muy maldito se llevó a la tumba). O incluso al del personaje genial del argentino Capussotto, Micky Vainilla, aunque está perdiendo vigencia al lado de la cruel realidad del personaje siniestro de Donald Trump que asumirá el bastón de mando imperial el 20 de este mes. ¡Qué tiempos nos esperan!

No la tonteemos uruguayitos!!! La culpa de la delincuencia no la tienen los gurises ni los pobres, ni se arregla con más mano dura. Se puede llegar a solucionar en procesos que impliquen una desarticulación del Capitalismo, repartiendo equitativamente la riqueza, contribuyendo a un comunitarismo solidario, asistiendo a los pobres y otorgándoles la posibilidad  de trabajo sustentable. Cambiando las lógicas de este perverso mercado manejado al antojo de los grandes capistalistas, apelando a reformas educativas con valores que tiendan a eliminar la competividad y el egoísmo, y apunten más a reforzar la solidaridad, el trabajo en equipo, el cooperativismo. Las injusticias del Capitalismo son las que generan estas bestialidades socio-subjetivas, que no son nada en relación a la bestialidad de la fiera máquina del Capitalismo Mundial Integrado, como le gustaba decirle a Guattari. Como decía Wilhem Reich casi un siglo atrás, lo raro no es que haya delitos, robos, saqueos de parte de los pobres, lo realmente extraño es que no se den más seguido, que ese estado no sea casi una constante. Visión aguda de Reich que motivó la reflexión sobre el Deseo en Deleuze y Guattari en "El Anti Edipo", que nos invita constantemente a revisar las catexias que nos componen, aquellas que invisten las fuerzas sociales deseantes reaccionarias (que se adhieren al status quo) y las que invisten las que son transformadores, revolucionarias, con las que se puede pensar y hacer cambios.



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