“¿Cómo sigo? ¿Cuánto falta? Cambio la silla de lugar. Vuelvo
a cambiar la silla de lugar. El tiempo no pasa. Me siento en el suelo. Es bueno
sentarse en el suelo, muy bueno. Camino. Me detengo. Camino. Muevo las caderas.
Soy hombre. Soy mujer. Soy niño. Soy animal”. En: “Voces” de E. Pavlovsky
“El personaje de un determinado social histórico estalla
junto con la música en pleno acontecimiento devenir y se abre a un papel
impersonal. Sale de los límites de su yo corporal configurado y caracterizado
por una silueta de contornos definidos de una determinada clase social con su
gama de vicios y costumbres. “Rostrificado”, “reconocible” en su territorio
–para estallar en pleno acontecimiento y se impersonaliza, se desrostriza– se
desterritorializa, se vuelve otro, se abre en esporas, se rizomatiza, se
convierte en pura multiplicidad, puro devenir”. Pavlovsky en “Estética de la
multiplicidad”, publicado en “Lo grupal 10”.
“Un ¡basta! Pareció mover los cuerpos a luchar por nuevas
dignidades y nuevas éticas. Nuevos territorios y campos de lucha se inventaban
en el fragor del combate. Nuevas invenciones micropolíticas de la resistencia
civil. Con cuerpos dispuestos a jugarse al todo o nada. Y cuando hay muchos
cuerpos juntos con éticas y pasiones nuevas las intensidades se multiplican y
contagian entre sí. Se producen verdaderas máquinas de guerra. Las identidades
personales se funden en la construcción de nuevos territorios a conquistar. No
hay ejército que los pueda contener”. Pavlovsky en “La voz del cuerpo”.
“Cada gesto cada pausa son una pequeña usina de nuevos
espacios, tiempos y paradójicamente –cuando más lo reconocemos- es cuando más
ha sido capaz de desaparecer de sí mismo para devenir austeramente “otros” en
sus líneas abstractas. Parece contradictorio: cuanto más acudo a mi propio
estilo, más puedo desaparecer”. Pavlovsky en “Escenas Multiplicidad (Estética y
Micropolítica).
“Todos estamos solos; eso es verdad. Todos tememos la
muerte; eso también es verdad. Pero nuestra vida puede tener más alegría si
aparece un sentido de proyecto y de futuro. Allí entonces la angustia frente a
la muerte se mitiga en la realización de
un proyecto solidario”. Pavlovsky en “Proceso creador. Terapia y existencia”.
“Nos hemos vuelto obscenos a fuerza de querer ser modernos,
imitando siempre lo peor del mundo desarrollado. Se está produciendo una nueva
forma de subjetividad: la legitimación del individuo perverso. Interiorización
obvia del individuo radicalmente obsceno, pornografía de la transparencia,
exhibicionismo perverso de las fallas éticas. Todo vale. Todo se hace visible.
Nada se oculta. Todo se devela públicamente, hasta los mecanismos secretos de
la corrupción sindical se pueden mostrar sin pudor; por el contrario, con
orgullo. Nueva pornografía de la inmoralidad que se vuelve toscamente
hipervisible, ya no hay nada más que ocultar. Todo debe ser develado ante la
mirada atónita de individuos que miran sin mirar, sin imaginar, carentes de
capacidad crítica, como ocurrió, en el complejo fenómeno de la complicidad
civil, durante el terrorismo de Estado. La fractura de la solidaridad exacerba
la cultura del individualismo a ultranza, narcisista hasta el límite de la obscenidad”. Eduardo Pavlovsky
en “Lo grupal 9”.
“La escena dramática (ya sea en el campo de la
investigación, la docencia o la psicoterapia), la utilizamos para sentir y
compartir emociones emanadas de ella, para actuar “juegos” destinados a
movilizar y para “corporizar” nuestras palabras y nuestros pensamientos.
Sentimos, actuamos, pensamos y hablamos “en escenas”, es un modo de trabajar y
hasta de vivir y comunicarse”. Pavlovsky y Kesselman en “Las escenas temidas
del coordinador de grupos”.
“Pero lo dramático, ¿es solamente un lenguaje o un medio
para investigar? ¿Es algo nuevo que se “agrega” o se incluye junto a los
métodos ya conocidos, o es otra cosa? ¿Es otra manera de concebir la
experiencia grupal o de participar en los grupos? Pensamos que es otra manera
de “estar”, de compartir, de dirigirse a los otros, de pensarse uno mismo. Esto
podría ampliarse diciendo que la participación del cuerpo en la comunicación
cambia el tipo de mensaje, o al mismo tiempo que el “otro” cobra más realidad,
entran más elementos en juego. Es por lo tanto mucho más que un intercambio de
cosas mentales o pensadas”. Pavlovsky, Moccio y Martínez Bouquet en
“Psicodrama. Cuándo y Por Qué Dramatizar”.
“Soy muy spinoziano en este sentido. Creo que en la vida hay
afectos tristes y afectos alegres. Los afectos tristes, en general, conducen a
malas combinatorias, no producen pasiones. Los afectos alegres generan buenas
combinatorias, potencian nuevos descubrimientos, nuevas alegrías. Hay que salir
de los afectos tristes a que nos llevan el encierro o la incomunicación. Hay
que abrir el dique a los afectos alegres que nos sacan del territorio depresivo
y conducen a nuevos encuentros amorosos, a nuevos encuentros políticos,
culturales o sociales. Y es allí donde se recobra la acción, porque la tristeza
es más afín con la melancolía, la parálisis, la inacción.” Pavlovsky en “Una
charla con Olga Cosentino. Eduardo Pavlovsky”.
“La vida nos arroja al vacío y nosotros decimos en el aire
“voy por este camino, elijo este otro, me bamboleo por aquí o por allí”. Bien
quisiera yo explicar los hechos, las circunstancias desencadenantes, explicar
las causas. Decir este acto lo puedo explicar
de este modo. Solo puedo decir que soy absolutamente responsable de
todo, de absolutamente nada me arrepiento, porque mis actos son lo único donde
puedo encontrar algún sentido, alguna línea a seguir… soy responsable de cada una de mis intensidades… eso es
cierto… absolutamente cierto. Esa es mi certeza”. Pavlovsky en “Sensatez”,
incluído en “Diagramas de Psicodrama y Grupos” (comp. Ana María del Cueto).
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