lunes, 6 de enero de 2014

FRAGMENTOS DE DISTINTOS AUTORES PARA PENSAR LA CLÍNICA ESQUIZOANALÍTICA Y EL ENCUADRE MÓVIL



 FRAGMENTOS DE DISTINTOS AUTORES PARA PENSAR LA CLÍNICA ESQUIZOANALÍTICA Y EL ENCUADRE MÓVIL



Ian Buchanan (“Esquizoanálisis. Un proyecto incompleto” en "Félix Guattari. Los ecos del pensar"):
“el esquizoanálisis puede ser considerado un ‘proyecto incompleto’ porque existe en un estado de ‘revolución permanente’” (pág. 141)
“en ninguno de los escritos de D-G se explica exactamente cómo se hace la práctica esquizoanalítica” (pág. 141)
“esto no significa que tengamos que abandonar el empeño de desarrollar una metodología esquizoanalítica porque paradójicamente –y este es el otro sentido en el que es importante decir que el esquizoanálisis es un proyecto incompleto- por muy difícil que sea extrapolar un método para aplicar la práctica esquizoanalítica a partir del trabajo de Deleuze y Guattari, sin un esfuerzo contante en esa dirección, su pensamiento resulta literalmente inerte” (142).


Suely Rolnik en “Guattari no cesa de proliferar” (Félix Guattari. Los ecos del pensar):
“No por casualidad, Guattari se refirió a un ‘paradigma estético’ (o ‘protoestético’), para designar al principio que rige a esta ética del pensamiento. Podríamos atribuirle los atributos de clínico y político,  ya que, desde esta perspectiva, pensar es necesariamente una práctica de ‘cura’ de las obstrucciones del flujo vital, y también una práctica política, dado que esa acción pensante participa activamente en la definición de los destinos de esa sociedad. En suma, estética, clínica y política son inmanentes a este tipo de práctica del pensamiento” (pág. 33)
Sobre el esquizoanálisis (o mejor dicho la obra de D-G), en el mismo texto: “Una cartografía en la cual el rigor de los conceptos es indisociable de su poder de dar cuerpo a una experiencia de desplazamiento real, lo que los hace portadores de una potencia de contagio, responsable de sus resonancias en las prácticas cuestionadoras de la contemporaneidad que encuentran en ese pensamiento una rica fuente de oxígeno para la invención de sus dispositivos singulares” (pág. 43)
Cita  Suely a Deleuze en el mismo texto (cita de “Entrevista sobre El Anti Edipo (con F. Guattari)”:  “Nos dirigimos a los inconscientes que protestan. Buscamos aliados. Tenemos gran necesidad de aliados. Tenemos la impresión de que nuestros aliados están ya por ahí, que se nos han adelantado, que hay mucha gente que está harta, que piensan, sienten y trabajan en una dirección análoga a la nuestra: no se trata de una moda, sino de algo más profundo, una especie de atmósfera que se respira y en la que se llevan a cabo investigaciones convergentes en dominios muy diferentes” (pág. 44).

Del mismo libro, pero de Berti, Forcadell, Serra y Sol de Grupo Esquizo Barcelona (“El pensamiento desde la fontera: de Tosquelles a Guattari”):
Cita de F. Guattari (“De Lerós a La Borde”): “La institución de curación, si atiende a su fin, puede devenir un instrumento de la subjetividad individual y colectiva, de recomposición de territorios existenciales que conciernen a la vez al cuerpo, al yo, al espacio vivido, a la relación con el otro”. (pág. 61)
“…las instituciones (en este caso psiquiátricas) son algo más que un espacio confinado de curación, tratamiento o contención, más bien deben convertirse en un despliegue de multiplicidades: espaciales, subjetivas, etc. , que desequilibren, perturben los conceptos y prácticas ocluídas. Sin embargo la desestabilización de los sistemas tienen siempre una tendencia a volver a sistematizarse, es decir, a unificarse y a sedimentarse, pero es el trabajo del pensamiento y la función del teórico, quien a través de sus formulaciones y propuestas puede provocar la diferenciación, evitando el estancamiento. Esto es lo que hizo el revolucionario catalán desde sus primeras experiencias en Reus y, más tarde, también Guattari siguió en esa línea en sus prácticas de La Borde”. (pág. 61)

Ian Buchanan (“Esquizoanálisis. Un proyecto incompleto”):
“Guattari opinaba que la psiquiatría no puede ser considerada una disciplina o práctica aislada y que debe incorporar todo aquello que hace de la vida la compleja realidad que es” (pág. 142).

Grupo de los Lunes (“Grupo-virus y experiencia institucional en un centro de protección de menores”):
“Se trataba entonces de reinventar la institución: cumplir el encargo institucional, pero ir más allá, hacer de la institución un espacio dinámico, creativo, vivo y vinculado a lo social. “La transversalidad es una dimensión que pretende superar las dos impasses, la de una pura verticalidad y la de una simple horizontalidad; tiende a realizarse cuando una comunicación máxima se efectúa entre los diferentes niveles y sobre todo en los diferentes sentidos” (Guattari: Las Tres Ecologías). Transversalidad como una forma de estar, de hacer, de situarnos en el complejo entramado de una institución; como una actitud que nos permite atravesar, no dejarnos atrapar, ganar pequeñas batallas sin necesidad de confrontación directa.
Hay que ‘pensar lo que se puede en una institución’, pensar su reconstrucción creativa y democrática, pero no podemos suponer una solución fácil que nos haga elegir entre horizontalidad y verticalidad. El “coeficiente de transversalidad”, en palabras de Guattari, sale de la ecuación vertical-horizontal para hablarnos de reversibilidad, de escucha, de plasticidad, de lo múltiple. Guattari introduce la idea de que la institución democrática no es la que elimina la verticalidad, sino aquella que no se atemoriza por los movimientos de las composiciones horizontales”. (Ecos, pág. 338)

Osvaldo Saidón (“La clínica de Guattari y los post-guattarianos”):
“en el esquizoanálisis, se trata menos de una técnica y más de una actitud, de la generación de un territorio existencial que dé cuenta de la diversidad y la potencialidad en que cada singularidad se manifiesta, ya sea en la sesión, en la institución o en el grupo” (Ecos, pág. 225).


Baremblitt (Compendio de Análisis Institucional):
Una clínica esquizoanalítica es un procedimiento para pensar y comprender lo real, y se compone de tareas negativas (crítica y desconexión de valores dominantes) y tareas positivas (destinadas a propiciar el libre fluir de la producción y del deseo en la vida en todos sus aspectos: biológico, psicológico, comunicacional, político, ecológico, etc.).

Baremblitt (Psicoanalisis y Esquizoanalisis.) 
Puede el esquizoanálisis acontecer-devenir en una disciplina, por ejemplo la Psicología. Y lo  hace para intentar asumir y desempeñar la singularidad, para parodiar lo que ella tiene de reproductiva o anti-productiva, como para transmutar e intensificar lo que tiene de virtualmente productivo e inventivo.
Puede haber una infinita variedad de modos singulares de devenir esquizoanalista.
El esquizoanálisis consiste en el montaje en variación continua de redes rizomáticas “en” y “entre” “todo” tipo de materialidades y de praxis discursivas y no discursivas, “animadas” y “recorridas” por el Deseo-Producción.

Miguel Denis Norambuena (prólogo de El devenir de la subjetividad de Guattari):
No parar nunca de preguntarse que hacemos en nuestro jardín secreto, con nosotros mismos, con los que queremos, en el trabajo, con los colegas, con las ideas, con el mundo, con esos millares de mundos que nos rodean y que danzan jubilosamente melodías propias que no siempre se entienden.

Guattari (“El nuevo paradigma estético”-1992, en “La ciudad subjetiva y post-mediática. La polis reinventada”. Fundación Comunidad. Cali-Colombia. 2008. )
La cuestión de la transversalidad implica replantear el cerco disciplinario, el re-encerramiento de Universos de valor, hoy prevalecientes en muchos dominios. Ej: re-definición abierta de los cuerpos, necesario para la promoción de agenciamientos terapéuticos de la psicosis: cuerpo concebido como intersección de componentes autopoiéticos parciales, en configuraciones múltiples y cambiantes, trabajar en conjunto tanto como cada uno por sí mismo, todos los cuerpos: cuerpo propio especular, cuerpo fantasmático, esquema corporal neurológico, soma biológico y orgánico, sí-mismo inmunitario, identidad personológica en el seno de los eco-sistemas familiares y medio-ambientales, la rostridad colectiva, los ritornelos míticos, religiosos, ideológicos. Territorialidades existenciales enlazadas por la misma caósmosis transversalizada.
Estrategia combinada: análisis, psicot. Institucional, psicofarmacología, re-composición personal delirante o de carácter estético.

Guattari (“Vértigo de la inmanencia. Refundar la producción del ICC. Junio 1992, entrev. Hecha por John Johnston. Inmanencia.net):
Lo que me interesa del esquizoanálisis es el carácter heterogéneo de esta práctica. Cada cura desarrolla una constelación de universos singulares, construye una escena, un teatro particular, forja instrumentos para captar esa diversidad, singularidad, heterogeneidad.

Hernán Kesselman (La psicoterapia operativa 1. Crónicas de un psicoargonauta. Lumen Humanitas. Bs. As. 1998).:
Pág. 23 y 24 (se seleccionan algunos puntos coinicidentes): paradigmas en la caja de herramientas para una clínica esquizoanalítica (para Kesselman: psicoanálisis operativo):
-desmitificación de la institución que forma a los psicoanalistas oficialmente con sus reglamentos de encuadre y de “asepsia” con el paciente y la sociedad.
-una Psicología Vincular que desmitifique la neutralidad del analista. No hay enfermedades sino enfermos. No hay terapias sino terapeutas. Cada enfermo responde con mayor o menor fragilidad a los ataques patogénicos y reacciona de manera singular para defenderse de esos ataques. Las generalidades de un padecimiento figuran en un manual pero las singularidades de cada enfermo hay que explorarlas en ese ser humano, en la persona. Los recursos técnicos de las corrientes terapéuticas figuran en manuales pero las singularidades  con que lleva a cabo esos recursos dependen del terapeuta como persona. Terapeuta y paciente se conectan cada uno desde su psicopatología singular, configurando geometrías, figuras pasibles de ser diagnosticadas para elegir las herramientas y el momento táctico de emplearlas, según convenga al desarrollo productivo del encuentro de ambas patologías. Para poder ser curador, hay que conocer y reconocer primero al herido que llevamos dentro.
-desmitificación de la figura idealizada del psicoterapeuta y del coordinador de grupos.
-multiplicación: final de la monarquía causal. Desmitifica la vocación reduccionista, de simplificar, de llegar a lo simple, a la causa única. Multiplicidad de disposiciones presentes en un fragmento, cada uno con su devenir  y sus conexiones, desde el inicio, y no ya de lo Uno a lo Múltiple, ni de lo múltiple a la unidad. Multiplicidad desde el comienzo, para desplegar, para multiplicar en lugar de reducir.
-clínica antropofágica: contagiarse de ideas de otras disciplinas para transformarse y producir nuevos conceptos. Valerse de la caósmosis transdisciplinaria que ayude a fundar utopías dominadas  por el paradigma de la creatividad (el que es alternativo al paradigma cientificista que domina el universo capitalista). Estamos hablando del paradigma estético y de una ética de la multiplicidad.
-cartógrafo operador en salud mental: desmitifica en sus quehaceres y saberes los axiomas más rígidos de la psicología dominante, que hacen de la palabra el vehículo privilegiado por excelencia, oponiendo uso de la palabra y actividad corporal. Dos estares (molar y molecular) como dos formas de docencia, coordinación y cura de pacientes. Se vale de la antropofagia, aceptando intervenciones de diferentes corrientes con las que se simpatiza. Estimula la invención (tanto por el terapeuta, estudiantes o pacientes) de nuevas intervenciones para operar, dando legitimidad actual a los multirrecursos, intervenciones múltiples.
25 - 26: investigar estrategias y medios que permitan trabajar para cambiar (operar: trabajar para cambiar) en el campo de la cura e interrogar los instrumentos para ese cambio. Operar significa abrir para explorar. Una psicología es abierta cuando se dispone a alojar al extraño que se introduce por esa puerta abierta y transitar con él el malestar de la incertidumbre. Una psicoterapia es abierta o no cuando está desprovista de cualquier tipo de racismo para alojar pensamientos de corrientes diferentes y es capaz de llegar a considerar válido cualquier tipo de medios de expresión en el camino ético de la cura. Incluso acudir a la música, pintura, literatura, etc.
Pichón Rivière refiere que operar es desplegar sin prejuicios lo que se aborda, para ponerlo a la vista y ensayar soluciones para el alivio de los padecimientos subjetivos.
32: entrenarse para ser cartógrafos es acostumbrarse a la tensión de ser artistas científicamente y científicos artísticamente. Que el camino de la cura se oriente para hacer de la propia vida una obra de arte.

Lans: Esquizoanálisis. Cartografías clínicas. Ed. Psicolibros universitario. 2008 mdeo.
9: clínica psicológica como una práctica de extrema humanidad, más que científica se trata de una práctica ética, aunque de lo científico también se nutre, pero si no deviene en una tarea amorosa de nada sirve. Sólo el amor cura, de ello no queda dudas. La cura afecta tanto a pacientes como a psicoterapeutas.
10: a los psicoterapeutas, humildemente ejercitarse para vivir el esfuerzo de cuidar a otros en la incertidumbre, tener en cuenta a Sócrates: “sólo sé que no sé nada”.
40: la unidad elemental del lenguaje no es el significante sino el enunciado, porque pone a la palabra en relación a una sociedad concreta, a un campo social en el cual en definitiva el lenguaje se va a jugar. Esto introduce un problema clínico fundamental pues lo que hacemos no es un análisis del discurso sino un análisis pragmático, de los actos, efectuaciones y actualizaciones que están jugados e incluídos en el discurso del paciente.
76: el problema es hacer oscilar el deseo, desde el polo paranoico hacia el polo esquizo, jamás hacia el nudo neurótico pues eso lo envenenaría todo, haría caer el proceso en el círculo de la posición depresiva. Un loco no te envenena, un neurótico sí, no es una metáfora ni una provocación de D-G, es así, lo neurotiza todo, es contagioso, es la peor de las pestes.
87: el esquizoanálisis rechaza lo estructurado en un discurso y se opone a la reducción en función de un código pre-establecido. La situación clínica nos obliga a abordarla bajo sus tres síntesis: conectivas, disyuntivas e inclusivas. Más que introducir  las “o” que afirman las disyunciones excluyentes hay que afirmar las síntesis conectivas que nos introducen en un medio rizomático. Más que decir “o bien esto, o bien aquello”, hay que decir “y, y, y además”.
113: el deseo no carece de nada, el sujeto expresa la totalidad del mundo. La noción de sujeto contiene todo lo que acontece en el mundo, y en tanto el mundo acontece es lo que le sucede al sujeto, de modo que lo que constituye la identidad del yo no es otra cosa que un punto de vista sobre el mundo. La perspectiva esquizoanalítica en psicoterapia recupera la diferencia como afirmación de un mundo posible. Como señala el perspectivismo de Leibniz: “cada uno de nosotros expresa la totalidad del mundo, solo que lo hace oscura y confusamente”. En la terapia se pliega la totalidad del mundo pero lo hace bajo la forma de la pequeña percepción, percepciones infinitamente pequeñas de carácter icc que afirman la diferencia. Las pequeñas percepciones son diferenciales de cc, es decir percepciones sin cc. La porción del mundo que se expresa en forma clara y distinta es la que afecta al cuerpo. Nuestras percepciones cc nadan en un flujo de pequeñas percepciones icc diferenciales, pero la percepción no es un elemento, sino una relación, lo diferencial es la relación.
121: en un esquizoanálisis nada está dicho sobre cuál será el camino o el resultado. No acepta la idea de regresión. El bloque de infancia no es un recuerdo, pertenece auténticamente a la experiencia de la niñez y nada edípico se expresa en él. Se encontrará un conjunto de conexiones maquínicas que forman la verdadera actividad icc, ésta no es figurativa ni simbólica, sino un agenciamiento maquínico.
122: en los procesos esquizoanalíticos nos proponemos como tarea extraer del recuerdo los bloques de infancia, éstos son los fragmentos de experimentación del niño. La combinación de agenciamientos maquínicos y producción de enunciados se opone al proceso de interpretación que reposa sobre el recuerdo de infancia. Se lo hace para favorecer todo tipo de devenires: moleculares, animales, minerales, niño, mujer, guerrero, poeta, negro, indio, etc.
En el esquizodrama, en el trabajo con escenas, e incluso  la instrumentación del encuentro en un dispositivo de análisis individual busca promover potencias de liberación autopoiéticas, éstas son aquellas que nos afectan de afectos alegres, el dispositivo funciona produciendo diversos devenires, intensos e imperceptibles para devenir otro.
La enfermedad tiene las caras del resentimiento y la mala consciencia, modos en que “el poder” se opone a la potencia.  Estos poderes a los que se hace referencia son fundamentalmente instituciones hechas para afectarnos de tristeza. Las instituciones sociales nos suministran modelos, a la vez que nos llenan de afecciones, son máquinas sociales, máquinas de afectos que instituye un juego de compensaciones que como resultado nos fijan al subjetivarnos, bloquean la experimentación nómade del esquizo que nos habita para sedentarizarnos.
El proceso esquizoanalítico, psicoterapéutico o como quieran  llamarlo se produce en función de liberar a las personas ya sean tratadas grupal o individualmente de sus puntos de subjetivación, modificar su ángulo de significancia y afectar su estrato orgánico a los efectos de experimentar su vida de un modo diverso al que lo ha arrojado el sistema institucional que lo enferma.
Es importante trazar el mapa de los puntos de subjetivación: familia, trabajo, historia, amistades, organizaciones sociales, sexualidad, pareja, barrio, modo de vida, etc. Todo esto compone un campo de problemas en que se puede discernir  atravesamientos y transversalidades como transferencias ilocalizables que se diagraman en el campo corporal y afectivo.
124: el pasaje del padecimiento al pensamiento es lo que el esquizoanálisis propone como vía “psicoterapéutica”, es lo que se experimenta en el proceso clínico, en tanto el primero es efectuación de un campo corporal y afectivo y el segundo actualización de un campo de problemas.
La estrategia no depende del saber ni de la práctica del terapeuta, sino del modo en que se agencia la situación. Esto nos lleva a la instrumentación de un encuadre móvil y a la elección de una caja de herramientas, tanto conceptuales como técnicas.
La clínica es una práctica creativa en la que el diálogo espontáneo es fundamental, pero que además debe crear lo que sea preciso para que el dispositivo continúe funcionando y el proceso tienda a su realización. La intuición es su principal herramienta a los efectos de poder captar toda relación, detectando aquello que, como señala Baremblitt: “da a percibir a la percepción, imaginar a la imaginación, a desear al deseo, a impulsar la voluntad, a pensar el pensamiento”.
Nadie soporta un grado de frustración absoluta como el silencio. A veces es necesario decir algo intrascendente, aunque mas no sea para sostener el diálogo, otras el equívoco cumple un papel importante, pero siempre se pregunta, se indica, se sugiere, se concuerda y se difiere el punto de vista, otras se informa. Hay tiempos de espera, otras en que todo discurre a una velocidad asombrosa, hay líneas que se prosiguen y luego no arrojan nada y muchas veces un imprevisible destraba un relato repetitivo y monocorde que gira en el vacío.
125: muchas veces por mucho tiempo nada significativo pasa y sin embargo se puede comprobar una notoria mejoría en el paciente, dando cuenta que precisamente ese largo contacto con su alternancia de presencia-ausencia, conexión-desconexión, es lo que “cura”, en tanto es el vínculo como planteaba Pichón, lo relacional, el agente diferencial que posibilita experimentar el juego de fuerzas que conforma el campo corporal y afectivo, lo que da consistencia a la irrupción de focos autopoiéticos que producen líneas de fuga creativas, al instrumentar la relación psicoterapéutica se produce en el “entre” un diferencial, un juego de variación continua que se constituye en un singular, es una inflexión en sí misma en la curva de singularidades que componen al sujeto, ampliando de ese modo el ángulo de significancia al producir un nuevo punto de vista y por ende nuevos puntos de subjetivación. Nociones como la de holding juegan aquí un papel muy importante debido a que sostiene no sólo el proceso de subjetivación que el paciente inaugura, también al cuidado analítico que el analista ensaya. La clínica es la práctica de un arte, en el que la autopoiesis se produce. La psicoterapia esquizoanalítica en tanto dispositivo de producción de subjetividad deviene en desvío de la producción-reproducción que implica los procesos de subjetivación sedentarios o de estado, y puede devenir en clínica móvil o nómade que tiende a producir variaciones problemáticas al privilegiar sus líneas de fuga. La clínica nómade responde a la lógica de las ciencias menores propias de la lógica turbulenta de la máquina de guerra, estas ciencias son problemáticas por naturaleza y tratan con realidades difusas, su método es de variación continua, de ahí nuestros esfuerzos por componer encuadres móviles que no se separen de los procesos para entenderlos y abordarlos desde una exterioridad, los encuadres móviles ponen las variables de los procesos en estado de variación continua y acompañan sus variaciones desde dentro y para su instrumentación requieren de un paradigma ético-estético.
126: en la clínica es necesaria una invención permanente de recursos conceptuales de intelección e intervención. Requieren del diseño y montaje de diversos dispositivos y tantas operaciones de transformación como sean necesarios. A su vez la clínica requiere realizar un raspaje de todos los instituidos organizados como Edipo, la familia, el capital, entre otros a los efectos de desbloquear las líneas de fuga, desviaciones e invenciones deseantes que produzcan nuevos procesos de singularización de la subjetividad, nuevos devenires. Para ello es necesario provocar, incitar, afirmar, preguntar, responder, dramatizar, como cuidar y acompañar ayudando a montar defensas protectoras y estrategias de sobrevivencia contra las fuerzas reactivas.  Antes que interpretar, sostener la experimentación del consultante, esta estrategia lleva a privilegiar el encuentro en lugar de la transferencia, promoviendo así el proceso productivo deseante. Se trata de componer un campo problemático en donde la formulación de los problemas indica un pasaje del padecimiento al pensamiento dando consistencia a los procesos de experimentación intensiva que el encuentro promueve en la inmanencia del campo. Los abordajes esquizoanalíticos se revelan rigurosos a la hora de captar devenires y líneas de fuga, que son los que se requieren para acceder a un conocimiento de lo difuso en tanto objetos estéticos, como funcionales al éthos que envuelve toda acción humana. En último término se trata de que el sujeto pueda armonizarse para ser digno de los acontecimientos que la vida le depara sean estos amores o catástrofes. Ser dignos de los acontecimientos que en la vida suceden, esa es la ética del esquizoanálisis.
129: Alfonso toma a Winnicott: si a ustedes la persona les habla y ustedes no se aburren seguramente podrán ayudarla, si la persona habla, habla y habla  y ustedes en un determinado momento se aburren, ya no podrán ayudarlo.

Joaquín Rodríguez  “En la frontera. Trabajos de Psicoanálisis y Socioanálisis”. Cap. Dispositivo y Encuadre:
131:  El encuadre es una forma de organizar el pensamiento y la experiencia. Un fenómeno siempre es demasiado complejo para ser estudiado en su totalidad, por eso nos vemos en la obligación de limitarlo, parcializarlo y separarlo, es decir, aislarlo, para poder estudiarlo. Y se aísla desde un modelo de pensamiento, con una hipótesis. El investigador, cientista o psicólogo sostiene el modelo de pensamiento desde su praxis social e ideológica, desde su inserción histórica y política, y por si fuera poco, de su advenir como sujeto del inconsciente (novela familiar mediante) y con sus obstáculos epistemofílicos. El encuadre tiene su base en la vida cotidiana. Ésta es organizada en una serie interminable de encuadres, por lo menos para hacerla un poco más tolerable.
132: Freud tuvo que construir el encuadre y la teoría al mismo tiempo. El encuadre es parte de la teoría. El encuadre no solamente contiene la organización del espacio y del tiempo, también contiene los principios teóricos que sustentan tanto al encuadre como a su objeto de trabajo. Es un dispositivo de semiotización. Existen dos tiempos: el que ocurre dentro del encuadre y el tiempo que desarrolla el encuadre en sí mismo.
133: en los dispositivos no existe un adentro y un afuera temporal. El pasado es una construcción del presente con un sentido prospectivo (futuro).
135: encuadre viene de encuadrar (dicc. Ideológico Casares): “encerrar en un marco o cuadro, encajarlo, introducir una cosa dentro de otra”, “incluir dentro de sí una cosa, servirle de límite”. Etimológicamente (Corominas) deriva de Quadrum (cuadrado), perteneciente a la familia Quattor (cuatro), “cuadro”, “cuadra” que significa “encerrar los animales en la cuadra”; otras derivaciones “cuadrilla: grupo de personas para un fin determinado especialmente si van armados”, etc. Quadrare: “encuadrar, hacer cuadrado, y también acomodarse, estar perfectamente adaptado (a algo), etc.
138-139: cuando proponemos un encuadre funciona desde el punto de vista simbólico la/ s teoría/s a las que adscribimos, desde lo imaginario el o los maestros de turno y desde el contexto práctico la adscripción o afiliación institucional.  Entra en el mismo también el estilo del terapeuta o clínico, su condición deseante, la singular articulación de su intertextualidad o multiplicidad.
152: el encuadre es vivido como algo dado, y a la vez impuesto (arbitrario). Juegos con sus afectos en juego, sus transgresiones, etc. El encuadre implica un contrato explícito.
192 (cap. Clínica móvil o re-pensar la clínica: En la frontera): las subjetividades construyen cuadros que no se ajustan a ningún modelo, las patologías tienden a reformularse ya que el cotidiano social cambia paulatinamente.
193: las patologías nos llevan la delantera, son las consecuencias de los malestares en la cultura, permanentemente en movimiento. Cuando modelamos la teoría, ya está vieja y hay que construir nuevamente. La clínica es móvil, la invención del artefacto clínico debe acompañar las subjetividades y se encuentra en indagación y cuestionamiento de sus propias prácticas. No existe una clínica sino muchas, es un artefacto múltiple, que se redimensiona en los acontecimientos. Las singularidades de la subjetividad son múltiples. La característica central del plano de problemáticas es el sufrimiento de los agentes, que produce síntomas y analizadores. La clínica móvil es la resultante de la construcción de espacios situacionales, de planos de problemáticas, de fuerzas, que operan en el que cristalizan en un punto de fuga; su captura es el síntoma y la precipitación discursiva es la demanda.


Alfonso Lans (“Cuerpo e imagen. Clínica de la sociedad de consumo”)
102: Encuadre móvil: intención explícita de que es una herramienta para desplegar las potencias inmanentes al proceso de trabajo. Importante para sostener lo que cada uno pone en juego, para dejar venir el campo. Permite focalizar la mirada desde un punto de vista que deviene móvil.
103: Dice Deleuze en “La imagen movimiento” que “el cuadro está relacionado con un ángulo de encuadre, porque el conjunto cerrado es él mismo un sistema óptico que remite a un punto de vista sobre el conjunto de las partes”. Se propone encuadrar pero no totalizar, delimitar pero no encerrar. El encuadre deviene soporte para el proceso de trabajo y permite focalizar la mirada en un punto, producir una profundidad de campo y una diversidad de planos. Fija un plano en la medida que configura un cuadro, no obstante, no desconoce que (como señala Deleuze en la misma obra) “el plano es la imagen-movimiento, en cuanto relaciona el movimiento con un todo que cambia, es el corte móvil de una duración”. Operamos arrojando una visibilidad en relación a un punto de vista, en sí mismo variable. El punto se configura como efecto del encuentro de dos fuerzas de diferente valencia, expresión de la acción y reacción de los cuerpos en referencia a relaciones de poder concretas. Allí donde se produce un pliegue  hallamos, sin duda, un punto de encuentro de fuerzas diversas. Al seguir el flujo de las líneas que componen un pliegue, se determina un movimiento del propio punto de vista y al proseguir  su movimiento, se arrastra al foco fuera del cuadro, para producir en su movimiento un nuevo cuadro, un nuevo punto de vista.


Alfonso Lans “El esquizoanálisis. Una clínica en movimiento” (cap. Devenires de la subjetividad)
95: las clásicas definiciones de encuadre señalan que es lo fijo, lo que no puede variar.  Se dice que dentro del encuadre hay un marco teórico, lo cual, en realidad, sólo es así en cuanto convenimos que una teoría es un modo de ver, un modo de registrar, algo así como un lente, pero de ningún modo una teoría puede enmarcar lo real. Es la teoría un instrumento que permite componer un modo de ver. El encuadre es una delimitación, y puede ser concebido desde una perspectiva geométrica o dinámica. Desde una perspectiva geométrica es una serie de coordenadas, al menos dos, que anteceden al cuadro, o sea que ya tengo el encuadre dado como su a priori, pues antecede al cuadro y al contenido de aquello que va a ser encuadrado.
96: desde la perspectiva dinámica el encuentro de fuerzas produce una diferenciación de intensidades que se hace figura. Se conforma un observable, manifestándose desde un determinado ángulo de encuadre y con el cambio del punto de vista, lo que varía es el propio cuadro. Es una forma móvil que lo que trata de capturar es el movimiento. Esta modalidad de trabajo, más que interpretar, permite desplegar una línea de experimentación.
98: el encuadre es el arte de seleccionar los elementos, es un sistema óptico e informático.
99: no lingüístico, sino informático, signalético, en tanto es un sistema abierto de informaciones disponibles, actuales o virtuales, con sus reglas específicas de producción, distribución y consumo en el cual, tanto la visión como la palabra son factibles de componerse para actuar por postas, donde un acontecimiento le va dando sentido a otro y activando diversos devenires. Debemos diferenciar esta noción de encuadre como sistema óptico del encuadre como institución desde el planteo clásico de Bleger, que es el sistema de normas que queda establecido en el contrato. (clase de Alfonso en 1998 en Peñarol: dos elementos básicos componen todo encuadre decía Pichon, roles y tarea). Esto nos sitúa en el problema del devenir. Para Bleger el encuadre es el no-proceso, aquellas líneas que se mantienen constantes de tal manera que el proceso pueda hacerse visible. Es un modelo de registro de la psicología experimental, positivista, con sus conceptos de invariante, constante, etc. Es asimilable a filmar con una cámara de video estática. Pero si movemos la cámara podemos ver distintos territorios, intensificar el movimiento, o seguir la acción, varío mi punto de vista, selecciono otros elementos, relaciono otras cosas. La visión cientificista ya no nos interesa. Se ha aceptado a la psicología y al psicoanálisis como una ciencia hermenéutica diferente a las positivas. Además el paradigma científico no nos interesa, y sí la invención y la puesta en práctica de paradigmas ético-estéticos de referencia y de universos incorporales de valor o consistencia.
100: hay encuadre en la ciencia, en psicología como en la vida cotidiana y ese encuadre va a estar siempre en referencia a la producción de un punto de vista, pero recordemos que ese punto de vista esencialmente es un acto, una interacción. Estamos en el registro de la percepción.

“Comunidad: clínica y complejidad” (coord. por Lans). Art. De Leggiadro: ¿Ustedes curan el corazón?:
99: para producir puntos de vista, deben existir tres dimensiones o dicho de otra forma, debemos movernos en espacios y no en planos. Como cuando sacamos una foto, se produce un punto de vista fijo y estático, nos puede gustar o no pero no admite nuevos enfoques o puntos de vista. Pensamos en el encuadre móvil que pemite recuperar en parte el espacio perdido ya que  al realizar varias tomas de una situación, posibilita –montaje de por medio- generar al menos una imagen tridimensional, algo parecido a lo que sucede con las imágenes en tres D.
100: también es útil la noción de enfoque (siguiendo con la metáfora de fotos y videos o cine), donde una vez encuadrada la toma, nos permite desplazarnos dentro de la misma, trabajar con la profundidad del campo y producir diversos cortes en un mismo plano.  Tanto el foco como el cuadro son variables espaciales y están en relación con la coordenada temporal en la cual se está desplegando la escena que pretendemos tomar. En este sentido debemos señalar que la foto es un corte inmóvil de una duración. La foto congela el tiempo mientras la imagen cinematográfica lo modula. Como señala Deleuze la fotografía es una especie de moldeado, el molde organiza las fuerzas internas de la cosa de manera que en un instante determinado alcanzan un estado de equilibrio (corte inmóvil). Pero la modulación (cine) no se detiene por haberse alcanzado el equilibrio, y no cesa de modificar al molde, de constituir un molde variable, continuo y temporal (La imagen movimiento). De todos modos el tiempo de filmación no es el tiempo cronológico, ya que se produce igual una deformación temporal.
102: por ende es importante en la consulta no cerrar el campo, tomando la mayor cantidad de escenas posibles para luego poder trabajar sobre ellas. Ej: trabajar en una casa de flia del/los consultantes permite el despliegue de muchos puntos de vista. Importancia de la distancia psicólogo-paciente, con la posibilidad de trabajar este vector produciendo acercamientos o alejamientos en función de lo que es necesario, lo cual abre nuevos campos de visibilidad. Ubicarse a la distancia más adecuada para trabajar en función de lo necesario. La distancia es importante a la hora de producir puntos de vista, hay dos formas de no percibir un objeto que está dentro de nuestro campo visual: por muy cercano o por muy lejano.  Es importante con todos estos puntos de vista ir construyendo el guión que de sentido a la situación. Es en el montaje de los diversos puntos de vista donde se irá construyendo la trama.


Idem. Cap. “El devenir: entre la formación y la clínica” (Jorge Chávez):
131: una clínica móvil no naturaliza una técnica, pues esto implica una no problematización del ejercicio, la repetición de un dispositivo que sólo adquiere justificación en sí mismo, en su propio corpus teórico.  Es el posicionamiento ético el que posibilita generar líneas de fuga, atravesar, producir quiebres, y, y,y… Abrir visibilidad no es sólo tener múltiples miradas, es hacer rizoma, entrando en contacto con otras líneas, ritmos, diversas velocidades y afectos, que desde su clínica imponen un par que es indisoluble a ésta: la crítica.
132; quien llega a la consulta es una persona perteneciente a una comunidad, de ciertas condiciones económicas, con una familia particular, con un trabajo, etc. Líneas: individuos o grupos estamos hechos de líneas, de líneas de muy diversa naturaleza. La idea de complejidad da cabida a una concepción de sujeto no reducida a su Yo o al mito edípico, sino que hecha luz sobre las líneas que lo forman, lo modulan: líneas segmentarias duras como las instituciones, leyes, la escuela, el liceo, el cuartel, el trabajo; líneas moleculares como los amigos, la red de vínculos, vecinos, las máquinas y universos incorporales  con los que se conecta (de todo tipo: estéticas, científicas, revolucionarias, etc.). La teoría del campo subraya la importancia del hecho de que todo acontecimiento es resultante de una multitud de factores, dejar venir el campo indica el carácter múltiple que incide para que un sujeto (múltiples líneas) consulte.  Requiere nuestra disposición de permitir expresar en todos sus sentidos las líneas que trazan ese padecimiento.  Disponerse es ser afectado en ese encuentro. Nietzsche refiere que conocer es interpretar los hechos, valorar las cosas según la manera como nos afectan, ya que el mundo es susceptible de muchos sentidos e interpretaciones, e interpretar no puede ser sino subjetivizar (Deleuze-Parnet, Diálogos).
133: Como paso siguiente a esa afección se debe producir distancia y discriminar para la elaboración del “problema” a resolver. El problema tiene siempre la solución que merece en función de la forma en que se plantea, de las condiciones bajo las que es determinado en cuanto problema, de los medios y los términos de que se dispone para plantearlo (Deleuze, El Bergsonismo). Posibilidades de enunciación y visibilidad  que puede propiciar un dispositivo clínico que problematice sobre su propia disposición y los efectos que produce. Lograr sostener el deseo de quien consulta, propiciar que ese deseo experimente, que produzca agenciamientos: no pueden captar o concebir un deseo al margen de determinado agenciamiento en un plano que no preexiste, sino que debe ser construido. Lo importante es que cada uno, grupo o individuo, construya el plano de inmanencia que le permita sacar adelante su vida” (Deleuze-Parnet Diálogos).

No hay comentarios:

Publicar un comentario