FRAGMENTOS DE DISTINTOS AUTORES PARA
PENSAR LA CLÍNICA ESQUIZOANALÍTICA Y EL ENCUADRE MÓVIL
Ian Buchanan (“Esquizoanálisis. Un
proyecto incompleto” en "Félix Guattari. Los ecos del pensar"):
“el esquizoanálisis puede ser
considerado un ‘proyecto incompleto’ porque existe en un estado de ‘revolución
permanente’” (pág. 141)
“en ninguno de los escritos de D-G
se explica exactamente cómo se hace la práctica esquizoanalítica” (pág. 141)
“esto no significa que tengamos que
abandonar el empeño de desarrollar una metodología esquizoanalítica porque
paradójicamente –y este es el otro sentido en el que es importante decir que el
esquizoanálisis es un proyecto incompleto- por muy difícil que sea extrapolar
un método para aplicar la práctica esquizoanalítica a partir del trabajo de
Deleuze y Guattari, sin un esfuerzo contante en esa dirección, su pensamiento resulta
literalmente inerte” (142).
Suely Rolnik en “Guattari no cesa de
proliferar” (Félix Guattari. Los ecos del pensar):
“No por casualidad, Guattari se
refirió a un ‘paradigma estético’ (o ‘protoestético’), para designar al
principio que rige a esta ética del pensamiento. Podríamos atribuirle los
atributos de clínico y político, ya que,
desde esta perspectiva, pensar es necesariamente una práctica de ‘cura’ de las
obstrucciones del flujo vital, y también una práctica política, dado que esa
acción pensante participa activamente en la definición de los destinos de esa
sociedad. En suma, estética, clínica y política son inmanentes a este tipo de
práctica del pensamiento” (pág. 33)
Sobre el esquizoanálisis (o mejor
dicho la obra de D-G), en el mismo texto: “Una cartografía en la cual el rigor
de los conceptos es indisociable de su poder de dar cuerpo a una experiencia de
desplazamiento real, lo que los hace portadores de una potencia de contagio,
responsable de sus resonancias en las prácticas cuestionadoras de la
contemporaneidad que encuentran en ese pensamiento una rica fuente de oxígeno
para la invención de sus dispositivos singulares” (pág. 43)
Cita Suely a Deleuze en el mismo texto (cita de
“Entrevista sobre El Anti Edipo (con F. Guattari)”: “Nos dirigimos a los inconscientes que
protestan. Buscamos aliados. Tenemos gran necesidad de aliados. Tenemos la
impresión de que nuestros aliados están ya por ahí, que se nos han adelantado,
que hay mucha gente que está harta, que piensan, sienten y trabajan en una
dirección análoga a la nuestra: no se trata de una moda, sino de algo más
profundo, una especie de atmósfera que se respira y en la que se llevan a cabo
investigaciones convergentes en dominios muy diferentes” (pág. 44).
Del mismo libro, pero de Berti,
Forcadell, Serra y Sol de Grupo Esquizo Barcelona (“El pensamiento desde la
fontera: de Tosquelles a Guattari”):
Cita de F. Guattari (“De Lerós a La
Borde”): “La institución de curación, si atiende a su fin, puede devenir un
instrumento de la subjetividad individual y colectiva, de recomposición de
territorios existenciales que conciernen a la vez al cuerpo, al yo, al espacio
vivido, a la relación con el otro”. (pág. 61)
“…las instituciones (en este caso
psiquiátricas) son algo más que un espacio confinado de curación, tratamiento o
contención, más bien deben convertirse en un despliegue de multiplicidades:
espaciales, subjetivas, etc. , que desequilibren, perturben los conceptos y
prácticas ocluídas. Sin embargo la desestabilización de los sistemas tienen
siempre una tendencia a volver a sistematizarse, es decir, a unificarse y a
sedimentarse, pero es el trabajo del pensamiento y la función del teórico,
quien a través de sus formulaciones y propuestas puede provocar la
diferenciación, evitando el estancamiento. Esto es lo que hizo el
revolucionario catalán desde sus primeras experiencias en Reus y, más tarde,
también Guattari siguió en esa línea en sus prácticas de La Borde”. (pág. 61)
Ian Buchanan (“Esquizoanálisis. Un
proyecto incompleto”):
“Guattari opinaba que la psiquiatría
no puede ser considerada una disciplina o práctica aislada y que debe
incorporar todo aquello que hace de la vida la compleja realidad que es” (pág.
142).
Grupo de los Lunes (“Grupo-virus y
experiencia institucional en un centro de protección de menores”):
“Se trataba entonces de reinventar
la institución: cumplir el encargo institucional, pero ir más allá, hacer de la
institución un espacio dinámico, creativo, vivo y vinculado a lo social. “La
transversalidad es una dimensión que pretende superar las dos impasses, la de
una pura verticalidad y la de una simple horizontalidad; tiende a realizarse
cuando una comunicación máxima se efectúa entre los diferentes niveles y sobre
todo en los diferentes sentidos” (Guattari: Las Tres Ecologías).
Transversalidad como una forma de estar, de hacer, de situarnos en el complejo
entramado de una institución; como una actitud que nos permite atravesar, no
dejarnos atrapar, ganar pequeñas batallas sin necesidad de confrontación
directa.
Hay que ‘pensar lo que se puede en
una institución’, pensar su reconstrucción creativa y democrática, pero no
podemos suponer una solución fácil que nos haga elegir entre horizontalidad y
verticalidad. El “coeficiente de transversalidad”, en palabras de Guattari, sale
de la ecuación vertical-horizontal para hablarnos de reversibilidad, de
escucha, de plasticidad, de lo múltiple. Guattari introduce la idea de que la
institución democrática no es la que elimina la verticalidad, sino aquella que
no se atemoriza por los movimientos de las composiciones horizontales”. (Ecos,
pág. 338)
Osvaldo Saidón (“La clínica de
Guattari y los post-guattarianos”):
“en el esquizoanálisis, se trata
menos de una técnica y más de una actitud, de la generación de un territorio
existencial que dé cuenta de la diversidad y la potencialidad en que cada
singularidad se manifiesta, ya sea en la sesión, en la institución o en el
grupo” (Ecos, pág. 225).
Baremblitt (Compendio de Análisis Institucional):
Una clínica esquizoanalítica es un
procedimiento para pensar y comprender lo real, y se compone de tareas
negativas (crítica y desconexión de valores dominantes) y tareas positivas
(destinadas a propiciar el libre fluir de la producción y del deseo en la vida
en todos sus aspectos: biológico, psicológico, comunicacional, político,
ecológico, etc.).
Baremblitt (Psicoanalisis y Esquizoanalisis.)
Puede el esquizoanálisis
acontecer-devenir en una disciplina, por ejemplo la Psicología. Y lo hace para intentar asumir y desempeñar la
singularidad, para parodiar lo que ella tiene de reproductiva o
anti-productiva, como para transmutar e intensificar lo que tiene de
virtualmente productivo e inventivo.
Puede haber una infinita variedad de
modos singulares de devenir esquizoanalista.
El esquizoanálisis consiste en el
montaje en variación continua de redes rizomáticas “en” y “entre” “todo” tipo
de materialidades y de praxis discursivas y no discursivas, “animadas” y
“recorridas” por el Deseo-Producción.
Miguel Denis Norambuena (prólogo de
El devenir de la subjetividad de Guattari):
No parar nunca de preguntarse que
hacemos en nuestro jardín secreto, con nosotros mismos, con los que queremos,
en el trabajo, con los colegas, con las ideas, con el mundo, con esos millares
de mundos que nos rodean y que danzan jubilosamente melodías propias que no
siempre se entienden.
Guattari (“El nuevo paradigma
estético”-1992, en “La ciudad subjetiva y post-mediática. La polis
reinventada”. Fundación Comunidad. Cali-Colombia. 2008. )
La cuestión de la transversalidad
implica replantear el cerco disciplinario, el re-encerramiento de Universos de
valor, hoy prevalecientes en muchos dominios. Ej: re-definición abierta de los
cuerpos, necesario para la promoción de agenciamientos terapéuticos de la
psicosis: cuerpo concebido como intersección de componentes autopoiéticos
parciales, en configuraciones múltiples y cambiantes, trabajar en conjunto
tanto como cada uno por sí mismo, todos los cuerpos: cuerpo propio especular,
cuerpo fantasmático, esquema corporal neurológico, soma biológico y orgánico,
sí-mismo inmunitario, identidad personológica en el seno de los eco-sistemas
familiares y medio-ambientales, la rostridad colectiva, los ritornelos míticos,
religiosos, ideológicos. Territorialidades existenciales enlazadas por la misma
caósmosis transversalizada.
Estrategia combinada: análisis,
psicot. Institucional, psicofarmacología, re-composición personal delirante o
de carácter estético.
Guattari (“Vértigo de la inmanencia.
Refundar la producción del ICC. Junio 1992, entrev. Hecha por John Johnston.
Inmanencia.net):
Lo que me interesa del
esquizoanálisis es el carácter heterogéneo de esta práctica. Cada cura
desarrolla una constelación de universos singulares, construye una escena, un
teatro particular, forja instrumentos para captar esa diversidad, singularidad,
heterogeneidad.
Hernán Kesselman (La psicoterapia
operativa 1. Crónicas de un psicoargonauta. Lumen Humanitas. Bs. As. 1998).:
Pág. 23 y 24 (se seleccionan algunos
puntos coinicidentes): paradigmas en la caja de herramientas para una clínica
esquizoanalítica (para Kesselman: psicoanálisis operativo):
-desmitificación de la institución
que forma a los psicoanalistas oficialmente con sus reglamentos de encuadre y
de “asepsia” con el paciente y la sociedad.
-una Psicología Vincular que
desmitifique la neutralidad del analista. No hay enfermedades sino enfermos. No
hay terapias sino terapeutas. Cada enfermo responde con mayor o menor
fragilidad a los ataques patogénicos y reacciona de manera singular para
defenderse de esos ataques. Las generalidades de un padecimiento figuran en un
manual pero las singularidades de cada enfermo hay que explorarlas en ese ser
humano, en la persona. Los recursos técnicos de las corrientes terapéuticas
figuran en manuales pero las singularidades con que lleva a cabo esos recursos dependen
del terapeuta como persona. Terapeuta y paciente se conectan cada uno desde su
psicopatología singular, configurando geometrías, figuras pasibles de ser
diagnosticadas para elegir las herramientas y el momento táctico de emplearlas,
según convenga al desarrollo productivo del encuentro de ambas patologías. Para
poder ser curador, hay que conocer y reconocer primero al herido que llevamos
dentro.
-desmitificación de la figura
idealizada del psicoterapeuta y del coordinador de grupos.
-multiplicación: final de la
monarquía causal. Desmitifica la vocación reduccionista, de simplificar, de
llegar a lo simple, a la causa única. Multiplicidad de disposiciones presentes
en un fragmento, cada uno con su devenir
y sus conexiones, desde el inicio, y no ya de lo Uno a lo Múltiple, ni
de lo múltiple a la unidad. Multiplicidad desde el comienzo, para desplegar,
para multiplicar en lugar de reducir.
-clínica antropofágica: contagiarse
de ideas de otras disciplinas para transformarse y producir nuevos conceptos.
Valerse de la caósmosis transdisciplinaria que ayude a fundar utopías
dominadas por el paradigma de la
creatividad (el que es alternativo al paradigma cientificista que domina el
universo capitalista). Estamos hablando del paradigma estético y de una ética
de la multiplicidad.
-cartógrafo operador en salud
mental: desmitifica en sus quehaceres y saberes los axiomas más rígidos de la
psicología dominante, que hacen de la palabra el vehículo privilegiado por excelencia,
oponiendo uso de la palabra y actividad corporal. Dos estares (molar y
molecular) como dos formas de docencia, coordinación y cura de pacientes. Se
vale de la antropofagia, aceptando intervenciones de diferentes corrientes con
las que se simpatiza. Estimula la invención (tanto por el terapeuta,
estudiantes o pacientes) de nuevas intervenciones para operar, dando
legitimidad actual a los multirrecursos, intervenciones múltiples.
25 - 26: investigar estrategias y
medios que permitan trabajar para cambiar (operar: trabajar para cambiar) en el
campo de la cura e interrogar los instrumentos para ese cambio. Operar
significa abrir para explorar. Una psicología es abierta cuando se dispone a
alojar al extraño que se introduce por esa puerta abierta y transitar con él el
malestar de la incertidumbre. Una psicoterapia es abierta o no cuando está
desprovista de cualquier tipo de racismo para alojar pensamientos de corrientes
diferentes y es capaz de llegar a considerar válido cualquier tipo de medios de
expresión en el camino ético de la cura. Incluso acudir a la música, pintura,
literatura, etc.
Pichón Rivière refiere que operar es
desplegar sin prejuicios lo que se aborda, para ponerlo a la vista y ensayar
soluciones para el alivio de los padecimientos subjetivos.
32: entrenarse para ser cartógrafos
es acostumbrarse a la tensión de ser artistas científicamente y científicos
artísticamente. Que el camino de la cura se oriente para hacer de la propia
vida una obra de arte.
Lans: Esquizoanálisis. Cartografías
clínicas. Ed. Psicolibros universitario. 2008 mdeo.
9: clínica psicológica como una
práctica de extrema humanidad, más que científica se trata de una práctica
ética, aunque de lo científico también se nutre, pero si no deviene en una
tarea amorosa de nada sirve. Sólo el amor cura, de ello no queda dudas. La cura
afecta tanto a pacientes como a psicoterapeutas.
10: a los psicoterapeutas,
humildemente ejercitarse para vivir el esfuerzo de cuidar a otros en la
incertidumbre, tener en cuenta a Sócrates: “sólo sé que no sé nada”.
40: la unidad elemental del lenguaje
no es el significante sino el enunciado, porque pone a la palabra en relación a
una sociedad concreta, a un campo social en el cual en definitiva el lenguaje
se va a jugar. Esto introduce un problema clínico fundamental pues lo que
hacemos no es un análisis del discurso sino un análisis pragmático, de los
actos, efectuaciones y actualizaciones que están jugados e incluídos en el
discurso del paciente.
76: el problema es hacer oscilar el
deseo, desde el polo paranoico hacia el polo esquizo, jamás hacia el nudo
neurótico pues eso lo envenenaría todo, haría caer el proceso en el círculo de
la posición depresiva. Un loco no te envenena, un neurótico sí, no es una
metáfora ni una provocación de D-G, es así, lo neurotiza todo, es contagioso,
es la peor de las pestes.
87: el esquizoanálisis rechaza lo
estructurado en un discurso y se opone a la reducción en función de un código
pre-establecido. La situación clínica nos obliga a abordarla bajo sus tres
síntesis: conectivas, disyuntivas e inclusivas. Más que introducir las “o” que afirman las disyunciones
excluyentes hay que afirmar las síntesis conectivas que nos introducen en un
medio rizomático. Más que decir “o bien esto, o bien aquello”, hay que decir “y,
y, y además”.
113: el deseo no carece de nada, el
sujeto expresa la totalidad del mundo. La noción de sujeto contiene todo lo que
acontece en el mundo, y en tanto el mundo acontece es lo que le sucede al
sujeto, de modo que lo que constituye la identidad del yo no es otra cosa que
un punto de vista sobre el mundo. La perspectiva esquizoanalítica en
psicoterapia recupera la diferencia como afirmación de un mundo posible. Como
señala el perspectivismo de Leibniz: “cada uno de nosotros expresa la totalidad
del mundo, solo que lo hace oscura y confusamente”. En la terapia se pliega la
totalidad del mundo pero lo hace bajo la forma de la pequeña percepción,
percepciones infinitamente pequeñas de carácter icc que afirman la diferencia.
Las pequeñas percepciones son diferenciales de cc, es decir percepciones sin
cc. La porción del mundo que se expresa en forma clara y distinta es la que
afecta al cuerpo. Nuestras percepciones cc nadan en un flujo de pequeñas
percepciones icc diferenciales, pero la percepción no es un elemento, sino una
relación, lo diferencial es la relación.
121: en un esquizoanálisis nada está
dicho sobre cuál será el camino o el resultado. No acepta la idea de regresión.
El bloque de infancia no es un recuerdo, pertenece auténticamente a la experiencia
de la niñez y nada edípico se expresa en él. Se encontrará un conjunto de
conexiones maquínicas que forman la verdadera actividad icc, ésta no es
figurativa ni simbólica, sino un agenciamiento maquínico.
122: en los procesos
esquizoanalíticos nos proponemos como tarea extraer del recuerdo los bloques de
infancia, éstos son los fragmentos de experimentación del niño. La combinación
de agenciamientos maquínicos y producción de enunciados se opone al proceso de
interpretación que reposa sobre el recuerdo de infancia. Se lo hace para
favorecer todo tipo de devenires: moleculares, animales, minerales, niño,
mujer, guerrero, poeta, negro, indio, etc.
En el esquizodrama, en el trabajo
con escenas, e incluso la
instrumentación del encuentro en un dispositivo de análisis individual busca
promover potencias de liberación autopoiéticas, éstas son aquellas que nos
afectan de afectos alegres, el dispositivo funciona produciendo diversos
devenires, intensos e imperceptibles para devenir otro.
La enfermedad tiene las caras del
resentimiento y la mala consciencia, modos en que “el poder” se opone a la
potencia. Estos poderes a los que se
hace referencia son fundamentalmente instituciones hechas para afectarnos de
tristeza. Las instituciones sociales nos suministran modelos, a la vez que nos
llenan de afecciones, son máquinas sociales, máquinas de afectos que instituye
un juego de compensaciones que como resultado nos fijan al subjetivarnos,
bloquean la experimentación nómade del esquizo que nos habita para sedentarizarnos.
El proceso esquizoanalítico,
psicoterapéutico o como quieran llamarlo
se produce en función de liberar a las personas ya sean tratadas grupal o
individualmente de sus puntos de subjetivación, modificar su ángulo de significancia
y afectar su estrato orgánico a los efectos de experimentar su vida de un modo
diverso al que lo ha arrojado el sistema institucional que lo enferma.
Es importante trazar el mapa de los
puntos de subjetivación: familia, trabajo, historia, amistades, organizaciones
sociales, sexualidad, pareja, barrio, modo de vida, etc. Todo esto compone un
campo de problemas en que se puede discernir
atravesamientos y transversalidades como transferencias ilocalizables
que se diagraman en el campo corporal y afectivo.
124: el pasaje del padecimiento al
pensamiento es lo que el esquizoanálisis propone como vía “psicoterapéutica”,
es lo que se experimenta en el proceso clínico, en tanto el primero es
efectuación de un campo corporal y afectivo y el segundo actualización de un
campo de problemas.
La estrategia no depende del saber
ni de la práctica del terapeuta, sino del modo en que se agencia la situación.
Esto nos lleva a la instrumentación de un encuadre móvil y a la elección de una
caja de herramientas, tanto conceptuales como técnicas.
La clínica es una práctica creativa
en la que el diálogo espontáneo es fundamental, pero que además debe crear lo
que sea preciso para que el dispositivo continúe funcionando y el proceso
tienda a su realización. La intuición es su principal herramienta a los efectos
de poder captar toda relación, detectando aquello que, como señala Baremblitt:
“da a percibir a la percepción, imaginar a la imaginación, a desear al deseo, a
impulsar la voluntad, a pensar el pensamiento”.
Nadie soporta un grado de frustración
absoluta como el silencio. A veces es necesario decir algo intrascendente,
aunque mas no sea para sostener el diálogo, otras el equívoco cumple un papel
importante, pero siempre se pregunta, se indica, se sugiere, se concuerda y se
difiere el punto de vista, otras se informa. Hay tiempos de espera, otras en
que todo discurre a una velocidad asombrosa, hay líneas que se prosiguen y
luego no arrojan nada y muchas veces un imprevisible destraba un relato
repetitivo y monocorde que gira en el vacío.
125: muchas veces por mucho tiempo
nada significativo pasa y sin embargo se puede comprobar una notoria mejoría en
el paciente, dando cuenta que precisamente ese largo contacto con su
alternancia de presencia-ausencia, conexión-desconexión, es lo que “cura”, en tanto
es el vínculo como planteaba Pichón, lo relacional, el agente diferencial que
posibilita experimentar el juego de fuerzas que conforma el campo corporal y
afectivo, lo que da consistencia a la irrupción de focos autopoiéticos que
producen líneas de fuga creativas, al instrumentar la relación psicoterapéutica
se produce en el “entre” un diferencial, un juego de variación continua que se
constituye en un singular, es una inflexión en sí misma en la curva de
singularidades que componen al sujeto, ampliando de ese modo el ángulo de
significancia al producir un nuevo punto de vista y por ende nuevos puntos de
subjetivación. Nociones como la de holding juegan aquí un papel muy importante
debido a que sostiene no sólo el proceso de subjetivación que el paciente
inaugura, también al cuidado analítico que el analista ensaya. La clínica es la
práctica de un arte, en el que la autopoiesis se produce. La psicoterapia
esquizoanalítica en tanto dispositivo de producción de subjetividad deviene en
desvío de la producción-reproducción que implica los procesos de subjetivación
sedentarios o de estado, y puede devenir en clínica móvil o nómade que tiende a
producir variaciones problemáticas al privilegiar sus líneas de fuga. La
clínica nómade responde a la lógica de las ciencias menores propias de la
lógica turbulenta de la máquina de guerra, estas ciencias son problemáticas por
naturaleza y tratan con realidades difusas, su método es de variación continua,
de ahí nuestros esfuerzos por componer encuadres móviles que no se separen de
los procesos para entenderlos y abordarlos desde una exterioridad, los
encuadres móviles ponen las variables de los procesos en estado de variación
continua y acompañan sus variaciones desde dentro y para su instrumentación
requieren de un paradigma ético-estético.
126: en la clínica es necesaria una
invención permanente de recursos conceptuales de intelección e intervención.
Requieren del diseño y montaje de diversos dispositivos y tantas operaciones de
transformación como sean necesarios. A su vez la clínica requiere realizar un
raspaje de todos los instituidos organizados como Edipo, la familia, el
capital, entre otros a los efectos de desbloquear las líneas de fuga,
desviaciones e invenciones deseantes que produzcan nuevos procesos de singularización
de la subjetividad, nuevos devenires. Para ello es necesario provocar, incitar,
afirmar, preguntar, responder, dramatizar, como cuidar y acompañar ayudando a
montar defensas protectoras y estrategias de sobrevivencia contra las fuerzas
reactivas. Antes que interpretar,
sostener la experimentación del consultante, esta estrategia lleva a
privilegiar el encuentro en lugar de la transferencia, promoviendo así el
proceso productivo deseante. Se trata de componer un campo problemático en
donde la formulación de los problemas indica un pasaje del padecimiento al
pensamiento dando consistencia a los procesos de experimentación intensiva que
el encuentro promueve en la inmanencia del campo. Los abordajes
esquizoanalíticos se revelan rigurosos a la hora de captar devenires y líneas
de fuga, que son los que se requieren para acceder a un conocimiento de lo
difuso en tanto objetos estéticos, como funcionales al éthos que envuelve toda
acción humana. En último término se trata de que el sujeto pueda armonizarse
para ser digno de los acontecimientos que la vida le depara sean estos amores o
catástrofes. Ser dignos de los acontecimientos que en la vida suceden, esa es
la ética del esquizoanálisis.
129: Alfonso toma a Winnicott: si a
ustedes la persona les habla y ustedes no se aburren seguramente podrán
ayudarla, si la persona habla, habla y habla
y ustedes en un determinado momento se aburren, ya no podrán ayudarlo.
Joaquín Rodríguez “En la frontera. Trabajos de Psicoanálisis y
Socioanálisis”. Cap. Dispositivo y Encuadre:
131:
El encuadre es una forma de organizar el pensamiento y la experiencia.
Un fenómeno siempre es demasiado complejo para ser estudiado en su totalidad,
por eso nos vemos en la obligación de limitarlo, parcializarlo y separarlo, es
decir, aislarlo, para poder estudiarlo. Y se aísla desde un modelo de
pensamiento, con una hipótesis. El investigador, cientista o psicólogo sostiene
el modelo de pensamiento desde su praxis social e ideológica, desde su
inserción histórica y política, y por si fuera poco, de su advenir como sujeto
del inconsciente (novela familiar mediante) y con sus obstáculos
epistemofílicos. El encuadre tiene su base en la vida cotidiana. Ésta es
organizada en una serie interminable de encuadres, por lo menos para hacerla un
poco más tolerable.
132: Freud tuvo que construir el
encuadre y la teoría al mismo tiempo. El encuadre es parte de la teoría. El
encuadre no solamente contiene la organización del espacio y del tiempo,
también contiene los principios teóricos que sustentan tanto al encuadre como a
su objeto de trabajo. Es un dispositivo de semiotización. Existen dos tiempos:
el que ocurre dentro del encuadre y el tiempo que desarrolla el encuadre en sí
mismo.
133: en los dispositivos no existe
un adentro y un afuera temporal. El pasado es una construcción del presente con
un sentido prospectivo (futuro).
135: encuadre viene de encuadrar
(dicc. Ideológico Casares): “encerrar en un marco o cuadro, encajarlo,
introducir una cosa dentro de otra”, “incluir dentro de sí una cosa, servirle
de límite”. Etimológicamente (Corominas) deriva de Quadrum (cuadrado),
perteneciente a la familia Quattor (cuatro), “cuadro”, “cuadra” que significa
“encerrar los animales en la cuadra”; otras derivaciones “cuadrilla: grupo de
personas para un fin determinado especialmente si van armados”, etc. Quadrare:
“encuadrar, hacer cuadrado, y también acomodarse, estar perfectamente adaptado
(a algo), etc.
138-139: cuando proponemos un
encuadre funciona desde el punto de vista simbólico la/ s teoría/s a las que
adscribimos, desde lo imaginario el o los maestros de turno y desde el contexto
práctico la adscripción o afiliación institucional. Entra en el mismo también el estilo del
terapeuta o clínico, su condición deseante, la singular articulación de su
intertextualidad o multiplicidad.
152: el encuadre es vivido como algo
dado, y a la vez impuesto (arbitrario). Juegos con sus afectos en juego, sus
transgresiones, etc. El encuadre implica un contrato explícito.
192 (cap. Clínica móvil o re-pensar
la clínica: En la frontera): las subjetividades construyen cuadros que no se
ajustan a ningún modelo, las patologías tienden a reformularse ya que el
cotidiano social cambia paulatinamente.
193: las patologías nos llevan la
delantera, son las consecuencias de los malestares en la cultura,
permanentemente en movimiento. Cuando modelamos la teoría, ya está vieja y hay
que construir nuevamente. La clínica es móvil, la invención del artefacto
clínico debe acompañar las subjetividades y se encuentra en indagación y cuestionamiento
de sus propias prácticas. No existe una clínica sino muchas, es un artefacto
múltiple, que se redimensiona en los acontecimientos. Las singularidades de la
subjetividad son múltiples. La característica central del plano de
problemáticas es el sufrimiento de los agentes, que produce síntomas y
analizadores. La clínica móvil es la resultante de la construcción de espacios
situacionales, de planos de problemáticas, de fuerzas, que operan en el que
cristalizan en un punto de fuga; su captura es el síntoma y la precipitación
discursiva es la demanda.
Alfonso Lans (“Cuerpo e imagen.
Clínica de la sociedad de consumo”)
102: Encuadre móvil: intención
explícita de que es una herramienta para desplegar las potencias inmanentes al
proceso de trabajo. Importante para sostener lo que cada uno pone en juego,
para dejar venir el campo. Permite focalizar la mirada desde un punto de vista
que deviene móvil.
103: Dice Deleuze en “La imagen
movimiento” que “el cuadro está relacionado con un ángulo de encuadre, porque el
conjunto cerrado es él mismo un sistema óptico que remite a un punto de vista
sobre el conjunto de las partes”. Se propone encuadrar pero no totalizar,
delimitar pero no encerrar. El encuadre deviene soporte para el proceso de
trabajo y permite focalizar la mirada en un punto, producir una profundidad de
campo y una diversidad de planos. Fija un plano en la medida que configura un
cuadro, no obstante, no desconoce que (como señala Deleuze en la misma obra)
“el plano es la imagen-movimiento, en cuanto relaciona el movimiento con un
todo que cambia, es el corte móvil de una duración”. Operamos arrojando una
visibilidad en relación a un punto de vista, en sí mismo variable. El punto se
configura como efecto del encuentro de dos fuerzas de diferente valencia, expresión
de la acción y reacción de los cuerpos en referencia a relaciones de poder
concretas. Allí donde se produce un pliegue
hallamos, sin duda, un punto de encuentro de fuerzas diversas. Al seguir
el flujo de las líneas que componen un pliegue, se determina un movimiento del
propio punto de vista y al proseguir su
movimiento, se arrastra al foco fuera del cuadro, para producir en su
movimiento un nuevo cuadro, un nuevo punto de vista.
Alfonso Lans “El esquizoanálisis.
Una clínica en movimiento” (cap. Devenires de la subjetividad)
95: las clásicas definiciones de
encuadre señalan que es lo fijo, lo que no puede variar. Se dice que dentro del encuadre hay un marco
teórico, lo cual, en realidad, sólo es así en cuanto convenimos que una teoría
es un modo de ver, un modo de registrar, algo así como un lente, pero de ningún
modo una teoría puede enmarcar lo real. Es la teoría un instrumento que permite
componer un modo de ver. El encuadre es una delimitación, y puede ser concebido
desde una perspectiva geométrica o dinámica. Desde una perspectiva geométrica
es una serie de coordenadas, al menos dos, que anteceden al cuadro, o sea que
ya tengo el encuadre dado como su a
priori, pues antecede al cuadro y al contenido de aquello que va a ser
encuadrado.
96: desde la perspectiva dinámica el
encuentro de fuerzas produce una diferenciación de intensidades que se hace
figura. Se conforma un observable, manifestándose desde un determinado ángulo
de encuadre y con el cambio del punto de vista, lo que varía es el propio
cuadro. Es una forma móvil que lo que trata de capturar es el movimiento. Esta
modalidad de trabajo, más que interpretar, permite desplegar una línea de
experimentación.
98: el encuadre es el arte de
seleccionar los elementos, es un sistema óptico e informático.
99: no lingüístico, sino
informático, signalético, en tanto es un sistema abierto de informaciones
disponibles, actuales o virtuales, con sus reglas específicas de producción,
distribución y consumo en el cual, tanto la visión como la palabra son
factibles de componerse para actuar por postas, donde un acontecimiento le va
dando sentido a otro y activando diversos devenires. Debemos diferenciar esta
noción de encuadre como sistema óptico del encuadre como institución desde el
planteo clásico de Bleger, que es el sistema de normas que queda establecido en
el contrato. (clase de Alfonso en 1998 en Peñarol: dos elementos básicos
componen todo encuadre decía Pichon, roles y tarea). Esto nos sitúa en el
problema del devenir. Para Bleger el encuadre es el no-proceso, aquellas líneas
que se mantienen constantes de tal manera que el proceso pueda hacerse visible.
Es un modelo de registro de la psicología experimental, positivista, con sus
conceptos de invariante, constante, etc. Es asimilable a filmar con una cámara
de video estática. Pero si movemos la cámara podemos ver distintos territorios,
intensificar el movimiento, o seguir la acción, varío mi punto de vista,
selecciono otros elementos, relaciono otras cosas. La visión cientificista ya
no nos interesa. Se ha aceptado a la psicología y al psicoanálisis como una
ciencia hermenéutica diferente a las positivas. Además el paradigma científico
no nos interesa, y sí la invención y la puesta en práctica de paradigmas
ético-estéticos de referencia y de universos incorporales de valor o
consistencia.
100: hay encuadre en la ciencia, en
psicología como en la vida cotidiana y ese encuadre va a estar siempre en
referencia a la producción de un punto de vista, pero recordemos que ese punto
de vista esencialmente es un acto, una interacción. Estamos en el registro de
la percepción.
“Comunidad: clínica y complejidad”
(coord. por Lans). Art. De Leggiadro: ¿Ustedes curan el corazón?:
99: para producir puntos de vista,
deben existir tres dimensiones o dicho de otra forma, debemos movernos en
espacios y no en planos. Como cuando sacamos una foto, se produce un punto de
vista fijo y estático, nos puede gustar o no pero no admite nuevos enfoques o
puntos de vista. Pensamos en el encuadre móvil que pemite recuperar en parte el
espacio perdido ya que al realizar
varias tomas de una situación, posibilita –montaje de por medio- generar al
menos una imagen tridimensional, algo parecido a lo que sucede con las imágenes
en tres D.
100: también es útil la noción de
enfoque (siguiendo con la metáfora de fotos y videos o cine), donde una vez
encuadrada la toma, nos permite desplazarnos dentro de la misma, trabajar con
la profundidad del campo y producir diversos cortes en un mismo plano. Tanto el foco como el cuadro son variables espaciales
y están en relación con la coordenada temporal en la cual se está desplegando
la escena que pretendemos tomar. En este sentido debemos señalar que la foto es
un corte inmóvil de una duración. La foto congela el tiempo mientras la imagen
cinematográfica lo modula. Como señala Deleuze la fotografía es una especie de
moldeado, el molde organiza las fuerzas internas de la cosa de manera que en un
instante determinado alcanzan un estado de equilibrio (corte inmóvil). Pero la
modulación (cine) no se detiene por haberse alcanzado el equilibrio, y no cesa
de modificar al molde, de constituir un molde variable, continuo y temporal (La
imagen movimiento). De todos modos el tiempo de filmación no es el tiempo
cronológico, ya que se produce igual una deformación temporal.
102: por ende es importante en la
consulta no cerrar el campo, tomando la mayor cantidad de escenas posibles para
luego poder trabajar sobre ellas. Ej: trabajar en una casa de flia del/los
consultantes permite el despliegue de muchos puntos de vista. Importancia de la
distancia psicólogo-paciente, con la posibilidad de trabajar este vector
produciendo acercamientos o alejamientos en función de lo que es necesario, lo
cual abre nuevos campos de visibilidad. Ubicarse a la distancia más adecuada para
trabajar en función de lo necesario. La distancia es importante a la hora de
producir puntos de vista, hay dos formas de no percibir un objeto que está
dentro de nuestro campo visual: por muy cercano o por muy lejano. Es importante con todos estos puntos de vista
ir construyendo el guión que de sentido a la situación. Es en el montaje de los
diversos puntos de vista donde se irá construyendo la trama.
Idem. Cap. “El devenir: entre la
formación y la clínica” (Jorge Chávez):
131: una clínica móvil no naturaliza
una técnica, pues esto implica una no problematización del ejercicio, la
repetición de un dispositivo que sólo adquiere justificación en sí mismo, en su
propio corpus teórico. Es el
posicionamiento ético el que posibilita generar líneas de fuga, atravesar,
producir quiebres, y, y,y… Abrir visibilidad no es sólo tener múltiples
miradas, es hacer rizoma, entrando en contacto con otras líneas, ritmos,
diversas velocidades y afectos, que desde su clínica imponen un par que es
indisoluble a ésta: la crítica.
132; quien llega a la consulta es
una persona perteneciente a una comunidad, de ciertas condiciones económicas,
con una familia particular, con un trabajo, etc. Líneas: individuos o grupos
estamos hechos de líneas, de líneas de muy diversa naturaleza. La idea de
complejidad da cabida a una concepción de sujeto no reducida a su Yo o al mito
edípico, sino que hecha luz sobre las líneas que lo forman, lo modulan: líneas
segmentarias duras como las instituciones, leyes, la escuela, el liceo, el
cuartel, el trabajo; líneas moleculares como los amigos, la red de vínculos,
vecinos, las máquinas y universos incorporales
con los que se conecta (de todo tipo: estéticas, científicas,
revolucionarias, etc.). La teoría del campo subraya la importancia del hecho de
que todo acontecimiento es resultante de una multitud de factores, dejar venir
el campo indica el carácter múltiple que incide para que un sujeto (múltiples
líneas) consulte. Requiere nuestra
disposición de permitir expresar en todos sus sentidos las líneas que trazan
ese padecimiento. Disponerse es ser
afectado en ese encuentro. Nietzsche refiere que conocer es interpretar los
hechos, valorar las cosas según la manera como nos afectan, ya que el mundo es
susceptible de muchos sentidos e interpretaciones, e interpretar no puede ser
sino subjetivizar (Deleuze-Parnet, Diálogos).
133: Como paso siguiente a esa
afección se debe producir distancia y discriminar para la elaboración del
“problema” a resolver. El problema tiene siempre la solución que merece en
función de la forma en que se plantea, de las condiciones bajo las que es
determinado en cuanto problema, de los medios y los términos de que se dispone
para plantearlo (Deleuze, El Bergsonismo). Posibilidades de enunciación y
visibilidad que puede propiciar un
dispositivo clínico que problematice sobre su propia disposición y los efectos
que produce. Lograr sostener el deseo de quien consulta, propiciar que ese
deseo experimente, que produzca agenciamientos: no pueden captar o concebir un
deseo al margen de determinado agenciamiento en un plano que no preexiste, sino
que debe ser construido. Lo importante es que cada uno, grupo o individuo,
construya el plano de inmanencia que le permita sacar adelante su vida”
(Deleuze-Parnet Diálogos).